El acuerdo de Ottawa acelera el desarme convencional
CARLOS MENDO, ENVIADO ESPECIAL, La conferencia sobre cielos abiertos, que durante dos d¨ªas reuni¨® en Ottawa a los ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza Atl¨¢ntica y del Pacto de Varsovia, ha terminado con dos acuerdos hist¨®ricos sobre dos temas que oficialmente no figuraban en el orden de? d¨ªa de la reuni¨®n: la unidad alemana y la reducci¨®n de tropas en Europa.
Como si los responsables de pol¨ªtica exterior de los dos bloques hasta ayer antag¨®nicos hubieran recordado la festividad de San Valent¨ªn, los ministros regalaron al mundo en la noche del mi¨¦rcoles (madrugada del jueves en Espa?a) un acuerdo sobre reducci¨®n de tropas en Europa que pr¨¢cticamente elimina el obst¨¢culo principal para la firma este a?o de un tratado sobre armas convencionales.Al mismo tiempo, y tras una reuni¨®n inesperada convocada a ¨²ltima hora de la tarde del mi¨¦rcoles, los responsables de pol¨ªtica exterior de las dos Alemanias y de las cuatro potencias vencedoras de la II Guerra Mundial -EE UU, la URSS, el Reino Unido y Francia- acordaron celebrar una conferencia en marzo, despu¨¦s de las elecciones en la RDA, para discutir Ios aspectos de seguridad" de la unificaci¨®n alemana.
Los ministros tuvieron mayores dificultades para ponerse de acuerdo en el comunicado sobre la pol¨ªtica de cielos abiertos -objeto de la conferencia-que en el que se refer¨ªa al desarme convencional. Pero nadie duda de que los expertos de los 23 pa¨ªses, que permanencer¨¢n en Ottawa hasta el pr¨®ximo d¨ªa 28, podr¨¢n resolver las dificultades surgidas, y que un tratado sobre las inspecciones a¨¦reas podr¨¢ ser firmado en la segunda parte de la reuni¨®n, prevista para la primavera en Budapest.
Los ministros de las dos alianzas, que podr¨ªan muy bien haber adoptado despu¨¦s de la reuni¨®n el eslogan "hoy te quiero m¨¢s que ayer, pero menos que ma?ar¨ªa", se comprometieron a conseguir "un acuerdo CFE [fuerzas convencionales en Europa] tan pronto como sea posible en 1990", y llegaron a un acuerdo de principio para la celebraci¨®n este a?o de una cumbre de la Conferencia para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) con la participaci¨®n no s¨®lo de los 23 miembros de las dos alianzas, sino la de los 35 pa¨ªses signatarios del Acta de Helsinki. La incorporaci¨®n de los 12 neutrales a la conferencia, en la que ser¨¢ firmado el acuerdo CFE, supone el triunfo del concepto de la Europa total sobre el de la Europa de los bloques.
Frase clave
La frase clave del comunicado sobre fuerzas convencionales tiene menos de tres l¨ªneas. "Los ministros", dice el comunicado, "han acogido con particular satisfacci¨®n el acuerdo alcanzado en Ottawa entre EE UU y la URSS sobre reducci¨®n de sus fuerzas estacionadas en Europa". El acuerdo supone la aceptaci¨®n total por parte de la URSS de las tesis norteamericanas sobre reducci¨®n de tropas expuestas por Bush en su discurso sobre el estado de la naci¨®n el pasado 31 de enero. Mosc¨² acepta la propuesta norteamericana para limitar los efectivos de las dos superpotencias en Europa central a 195.000 hombres y autoriza a Washington, sin contrapartida de ninguna clase, a mantener otros 30.000 hombres en otras zonas europeas.
La petici¨®n norteamericana de tropas adicionales no es caprichosa. Estados Unidos hab¨ªa argumentado que mientras que la retirada de sus efectivos le supon¨ªa que sus tropas se encontrar¨ªan a "un oc¨¦ano de distancia", seg¨²n Baker, en el hipot¨¦tico caso de un conflicto europeo, los sovi¨¦ticos tendr¨ªan sus tropas de reserva en la parte europea de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Mosc¨², que deseaba que el techo fuera establecido en 225.000 hombres, ha cedido finalmente a los argumentos norteamericanos y a la presi¨®n de varios pa¨ªses del Pacto de Varsovia, entre ellos Hungr¨ªa y Checoslovaquia.
Una reuni¨®n a seis bandas
La convocatoria de una conferencia, entre las dos Alemanias y las cuatro potencias vencedoras en la Il Guerra Mundial, acordada en Ottawa, supone la aceptaci¨®n de la teor¨ªa del dos m¨¢s cuatro en el tema de la unificaci¨®n germana, con el fin especifico de impedir una repetici¨®n del Deutschland ¨¹ber alles (Alemania sobre todos) del pasado.La teor¨ªa, expuesta por el secretario de Estado norteamericano, James Baker, en su reciente viaje a Mosc¨² y aceptada por la URSS, se resume en una sencilla ecuaci¨®n: dos (las dos Alemanias) discuten los aspectos internos de la unificaci¨®n, tales como la econom¨ªa y la configuraci¨®n del futuro Estado panalem¨¢n, y seis, las dos Alemanias m¨¢s los cuatro aliados de la ¨²ltima conflagraci¨®n, tratan de los aspectos externos que plantea la unidad.
Esos "aspectos externos" se pueden resumir en dos estrechamente ligados entre s¨ª: la seguridad de los vecinos alemanes, principalmente Polonia y Checoslovaquia, que estar¨ªan afectados por una te¨®rica vuelta a las fronteras de 1937, y la pertenencia de la nueva Alemania a la Alianza Atl¨¢ntica.
Cuando los seis se re¨²nan en marzo, probablemente en Berl¨ªn, el anclaje de Alemania en la Alianza Atl¨¢ntica constituir¨¢ sin duda el tema principal de discusi¨®n. La Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana quiere que las dos Alemanias abandonen sus actuales pertenencias a bloques militares a. medida que avanzan las conversaciones para la unificaci¨®n.
La Uni¨®n Sovi¨¦tica insiste, cada vez con menos convencimiento, en la neutralidad de la futura Alemania. Y los pa¨ªses del Este ni siquiera insisten en esa neutralidad rechazada de plano por Bonn, Washington y el resto de las capitales de la Alianza Atl¨¢ntica.
En esas circunstancias, los seis se concentrar¨¢n en la retirada gradual de las tropas sovi¨¦ticas del territorio germano oriental y en una cierta desmilitarizaci¨®n de ese territorio. Tanto el secretario de Estado norteamericano, James Baker, como el ministro de Asuntos Exteriores de la RFA, Hans-Dietrich Genscher, han insistido en que la OTAN no tiene ning¨²n inter¨¦s en desplazar su ¨¢rea de influencia hacia el Este.
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