Brotes totalitarios negros en Checoslovaquia
Ataques de grupos de skinheads (cabezas rapadas) y punkis contra gitanos y vietnamitas por un lado, y la creciente excitaci¨®n y rechazo de la poblaci¨®n por otro, han caracterizado la situaci¨®n social de Checoslovaquia en las ¨²ltimas semanas. El pueblo, que ha hecho hincapi¨¦ en la tolerancia a lo largo de toda su historia, al igual que en los aspectos positivos de su revoluci¨®n de noviembre, est¨¢ agitado y asombrado por una ola de violencia inesperada y pr¨¢cticamente desconocida hasta ahora. "Hemos condenado el totalitarismo rojo mientras el totalitarismo negro trata de introducirse por la puerta trasera", comenta el peri¨®dico Svododne Slovo.Los ataques empezaron hace aproximadamente un mes en el norte de Bohemia, donde vive un gran n¨²mero de romos -nombre que se aplica a los gitanos en Checoslovaquia-, tras largo tiempo de tranquilidad en esa zona del pa¨ªs. Praga se despert¨® hace una semana con cruces gamadas pintadas en la estatua de San Wenceslao. Los ciudadanos fueron informados de que unos 200 cabezas rapadas recorrieron por la noche la plaza en busca de sus v¨ªctimas. Acabaron hiriendo a dos canadienses de piel oscura que confundieron con gitanos. La polic¨ªa intervino tarde.
Viejas aversiones
Siguieron acciones contra los trabajadores vietnamitas, quienes fueron agredidos en la calle, en sus casas e incluso, ¨²ltimamente, en un tren, donde fueron brutalmente golpeados por un grupo de hinchas de un club de f¨²tbol. Reina la inseguridad, puesto que tanto los gitanos como los vietnamitas comienzan a armarse, fabric¨¢ndose pu?ales y porras. Y muchas veces no se sabe con certeza qui¨¦nes han provocado algunos enfrentamientos.
Checoslovaquia parece moverse en un c¨ªrculo vicioso. ?Cu¨¢les son las causas?
Es verdad que ciertas aversiones exist¨ªan en la sociedad antes y en la incipiente democracia van saliendo a la superficie, y es cierto que quienes se sienten inseguros e incapaces de orientarse entre las alternativas de la nueva situaci¨®n buscan a qui¨¦n echar la culpa.
Un funcionario del Ministerio de Trabajo de Checoslovaquia se?al¨® que, desgraciadamente, mucha gente est¨¢ convencida de que los trabajadores vietnamitas viven en este pa¨ªs por cuenta del Estado, lo que no es verdad.
"Debemos darnos cuenta de que semejantes ataques raciales dirigidos contra cualquiera son ataques contra nosotros, son ataques contra los principios fundamentales de la ¨¦tica y del humanismo, ataques contra el naciente Estado de derecho y niegan los ideales de nuestra revoluci¨®n democr¨¢tica. Si los toleramos callados, somos tambi¨¦n responsables" consta en una resoluci¨®n de la Carta 77 y del comit¨¦ checoslovaco de Helsinki.
Tambi¨¦n cientos de j¨®venes se reunieron en la plaza de la Ciudad Vieja de Praga en un concierto contra el racismo, el fascismo y la violencia para repudiar las acciones violentas. Hab¨ªa entre ellos numerosos skinheads y punkis que no quieren ser identificados con los criminales. Todos se preguntan qu¨¦ hace la polic¨ªa en un pa¨ªs que con tanta eficacia interven¨ªa antes contra la oposici¨®n pol¨ªtica. Muchos se preguntan si estas acciones violentas no ser¨¢n provocadas por alguien en un claro intento desestabilizador de la incipiente democracia.
El presidente, Vaclav Havel, en una en¨¦rgica intervenci¨®n despu¨¦s de haber recibido a una delegaci¨®n de la asociaci¨®n de los gitanos, manifest¨® que existen documentos seg¨²n los cuales incluso las informaciones sobre los conflictos raciales son manipuladas con el objetivo de "incrementar el p¨¢nico en la sociedad, reforzando la convicci¨®n de que, aunque es verdad que en los viejos tiempos todo era malo, hab¨ªa por lo menos cierta seguridad".
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