"Yo evitar¨ªa enviar soldados espa?oles al Golfo"
Cuando Fernando Mor¨¢n habla de pol¨ªtica internacional parece que dicta un libro de texto. Cuando lo hace sobre la pol¨ªtica espa?ola habla como si ese libro no se hubiera escrito aun. Este es el resultado de ambas perplejidades.Pregunta. ?Cu¨¢l es la salida del conflicto creado por Irak al invadir Kuwait?
Respuesta. El conflicto es regional, como ha dicho el presidente espa?ol, pero eso no significa que no vaya a globalizarse. Pero la soluci¨®n depende de una pol¨ªtica de acci¨®n regional. Las propuestas de Saddam Husein a los pa¨ªses ¨¢rabes est¨¢n destinadas a romper la cohesi¨®n de esos pa¨ªses y a aumentar las dificultades de acuerdo. Parece que el bloqueo resulta el procedimiento m¨¢s adecuado. No es un acto de guerra. El Consejo de Seguridad ha tomado una resoluci¨®n favoreciendo el embargo y otra condenando la anexi¨®n, pero no se ha llegado a una resoluci¨®n convocando a las medidas contempladas en el cap¨ªtulo s¨¦ptimo de la Carta, que es el que permite la intervenci¨®n militar.
P. ?Qu¨¦ obligaciones tiene Espa?a?
R. Tenemos una obligaci¨®n, de acuerdo con el tratado del Atl¨¢ntico Norte, de consultar y de coordinar posiciones con cada pa¨ªs en el caso de que sea atacado cualquier miembro de la alianza, en este caso Turqu¨ªa. Hay una tendencia, acariciada por el Gobierno espa?ol, de conceder a la Uni¨®n Europea Occidental (UEO) tareas de coordinaci¨®n y ejecuci¨®n militar. La UEO no las tiene.
P.?Le parece adecuado que Espa?a participe militarmente en el bloqueo?
R. Yo me pregunto qui¨¦n autoriza, constitucionalmente, una acci¨®n militar fuera del territorio espa?ol. El Parlamento tiene que jugar su papel. Espa?a sale de un periodo de neutralidad o de no beligerancia, y ser¨ªa bueno que de este proceso saliese robustecido un Parlamento que la opini¨®n p¨²blica considera ineficaz. El Gobierno debe convocar acaso la sesi¨®n conjunta de las comisiones de Exteriores y de Defensa, para debatir y explicar su posici¨®n. Ha habido una violaci¨®n flagrante de territorio, y eso merece una respuesta en la que Espa?a debe participar. Pero es necesario que el Gobierno explique m¨¢s.
P. ?Usted enviar¨ªa soldados espa?oles?
R. Yo lo evitar¨ªa. No es necesario. No est¨¢ preparado el pa¨ªs, incluso psicol¨®gicamente, para esa acci¨®n militar.
P. ?Pero estamos obligados?
R. No. Estamos obligados a exigir la reparaci¨®n de una violaci¨®n del derecho internacional. Y en el caso de una resoluci¨®n de la ONU, estar¨ªamos obligados a cooperar permitiendo el tr¨¢nsito de los aviones y de las fragatas. Y eso ya se hace.
P. ?La acci¨®n internacional es la soluci¨®n deseable?
R. Lo deseable es el derrocamiento interno de Sadam Husein, que es lo que busca EE UU.
P. Pasemos a la otra guerra, a la de su partido. ?Qu¨¦ sensaci¨®n le produce a usted?
R. Pienso que desde fuera del partido se intenta reducir el debate, equiparar a los favorables a que se produzca a una posici¨®n econ¨®mica neoliberal y a los contrarios con un supuesto oportunismo populista. A mi me parece que no hay populismo. Si algo est¨¢ ocurriendo es la derechizaci¨®n del PSOE y no es que se mantengan posiciones de izquierdismo populista, sino que se mantienen actitudes que son tradicionales en la vida interna del partido y que pueden tener ciertos aspectos autoritarios. Se ha llegado a decir -lo ha dicho Sempr¨²n- que hay un germen de largocaballerismo, y eso es una extrapolaci¨®n absurda que no se corresponde con la realidad. Largo Caballero pretend¨ªa la revoluci¨®n y estaba desencantado con el r¨¦gimen parlamentario y la reforma gradual. No hay nadie que tenga la m¨¢s m¨ªnima importancia dentro del partido que mantenga hoy esas posiciones. Yo estimo que es compatible desear el debate y al mismo tiempo poner ¨¦nfasis en los servicios p¨²blicos y en la cultura pol¨ªtica no dominada por el principio del enriquecimiento ilimitado. Creo que la sociedad espa?ola se ha desarmado ¨¦ticamente frente al embate de esas posiciones especulativas, de derrumbe de barreras morales, y el PSOE tiene que hacer un esfuerzo para recobrar su magisterio ¨¦tico.
Linchamientos morales
P. La gente no va a creer en ese magisterio mientras siga el caso Guerra. ?Usted cree que el vicepresidente debe irse?
R. Yo he analizado ese tema con mucho respeto a la persona, porque yo tengo respeto a la persona, y porque creo que su aportaci¨®n a la vida p¨²blica espa?ola es muy importante, y no he llegado a una conclusi¨®n clara. El art¨ªculo de Ignacio Sotelo [v¨¦ase EL PA?S del pasado lunes] sobre la necesidad de que Alfonso Guerra abandone la pol¨ªtica implica la conclusi¨®n de que cualquiera que sea la responsabilidad ¨¦tica o moral de alguien, si se constituye un ambiente determinado esta persona queda disminuida porque lo que manda ya no es la opini¨®n sino la imagen que la opini¨®n p¨²blica cree. Esto es muy peligroso. En la historia ha habido ejemplos de linchamientos morales y estos linchamientos no se pueden admitir sin m¨¢s. Es una situaci¨®n insana que no puede mantenerse.
P. Por eso aconsejan la dimisi¨®n: para que no se prolongue la situaci¨®n insana...
R. Tengo mis dudas. La gente no muy bien informada considerar¨ªa que ha dimitido por tener participaci¨®n en los negocios de ese grupo, y teniendo Guerra un papel tan central en el proceso pol¨ªtico espa?ol, el sistema quedar¨ªa en cierto modo afectado con su dimisi¨®n.
P. Usted tambi¨¦n sufri¨® un proceso de linchamiento moral persistente al principio de su ejercicio como ministro...
R. Me afect¨® poco porque estaba embebido en otras cosas, y s¨®lo me preocupaba c¨®mo recibir¨ªan esa campa?a los otros ministros de Exteriores. No pas¨® nada. Ahora bien, fue la campa?a p¨²blica m¨¢s dura desde la que se emprendi¨® contra Manuel Aza?a, y proven¨ªa de varios sitios. Se trataba de crear una fisura entre el presidente y yo, que era un ministro importante, y alguna canciller¨ªa contribuy¨® a alentar la campa?a.
P. ?La de Estados Unidos?
R. No tengo pruebas para hacer una afirmaci¨®n tan seria.
"En pol¨ªtica todo es pol¨ªtica
P. ?Fue una campa?a pol¨ªtica?
R. Claro. En pol¨ªtica todo es pol¨ªtica. Como la que hay en tomo a Guerra, y ¨¦sta persigue la derechizaci¨®n del PSOE. En el estado de ¨¢nimo general hay un factor no planificado, que es la reacci¨®n natural ante lo que se atribuye a los hermanos del vicepresidente, y hay tambi¨¦n una aplicaci¨®n en t¨¦rminos pol¨ªticos que en base a este tema trata de demostrar lo que es capaz de hacer alguien que se consideraba como una referencia de izquierdas dentro del PSOE. En realidad, esto no corresponde a toda la verad porque Guerra ejecuta fielmente la pol¨ªtica de Felipe Gonz¨¢lez, y la completa, y nunca ha hecho una oposici¨®n abierta a los aspectos m¨¢s neoliberales de esta pol¨ªtica econ¨®mica.
P. ?Tiene usted ya claro por qu¨¦ Felipe Gonz¨¢lez le ape¨® del Gobierno?
R. No. No he dedicado mi pensamiento a clarificarlo. Supongo que se cumpli¨® un objetivo, que coincidi¨® con la entrada en la CE. Y se acab¨®.
P. ?No ha hablado de ello luego con el presidente?
R. Tengo estima por ¨¦l y creo que ¨¦l la tiene por m¨ª. Pero nunca ha habido una relaci¨®n tan ¨ªntima como para prolongar un di¨¢logo que se produc¨ªa cuando yo estaba en el Gobierno.
P. ?Qu¨¦ le separ¨® de Felipe?
R. En lo esencial hubo entendimiento. ?Qu¨¦ nos dividi¨®? No fue la Alianza, sino la perspectiva de un presidente y de un ministro de Exteriores que ven la relaci¨®n con el extranjero de modo diferente. ?l la ve¨ªa como una prolongaci¨®n del interior y yo la ve¨ªa como ministro de Exteriores.
P. ?Hubo alguna discusi¨®n grave?
R. No. El origen de eventuales tensiones era la relaci¨®n bilateral con Estados Unidos. No hubo enfrentamientos frontales, pero en 1985 yo era m¨¢s partidario de reducir esa relaci¨®n antes de entrar en una definici¨®n general de alianzas.
P. Y usted cesa en julio de 1985.
R. S¨ª, pero no hay ning¨²n hecho concreto que motive esa salida.
P. Le sorprender¨ªa, pues...
R. Me sorprendi¨®. Pero el presidente no ten¨ªa que darme explicaciones.
P. Y no se las dio.
R. Y no me las dio.
P. ?Habla usted con su sucesor?
R. No. Muy poco.
P. Usted dijo, cuando le quitaron del Gobierno, que volver¨ªa a ser ministro...
R. Dije que estaba dispuesto a serlo.
P. ?Y est¨¢ dispuesto a ser alcalde de Madrid?
R. Eso no se ha planteado nunca de una manera clara. Se plante¨® un poco en 1987. De haberlo hecho en esa fecha el resultado hubiera sido muy bueno. Respecto al a?o pr¨®ximo no tengo la menor noticia. De tener noticias tendr¨ªa que considerarlo porque Madrid es una ciudad muy complicada y nunca ha dado votaciones muy alentadoras. Pero es una labor muy importante. Tendr¨ªa que estudiarlo.
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