El Atl¨¦tico aguant¨® en Valladolid, pero jug¨® mal
El Atl¨¦tico de Madrid decepcion¨® en Zorrilla. Un equipo hecho a golpe de talonario que aspira a ser campe¨®n no puede o no debe actuar sin centro del campo, sin creadores y con una suma de jugadores rota en dos bloques. La imagen empez¨® a fraguarse por la extra?a disposici¨®n de los madrile?os en el campo. Donato se coloc¨® junto a Ferreira y Juanito en el centro de la defensa y Manolo se situ¨® a la misma altura que Rodax y Futre. Toda la zona ancha se la adjudicaron por tanto a Soloz¨¢bal y Julio Prieto, dos fajado res incapaces de organizar f¨²tbol y que se limitaron a correr.Partido en dos por el eje, el Atl¨¦tico de Madrid se qued¨® sin aire y redujo su actuaci¨®n a aguantar las oleadas locales y a alguna incursi¨®n de Futre. Rodax en cambio estuvo de turista. S¨®lo se not¨® su presencia por el vendaje aparatoso que luc¨ªa en una mano.
El Valladolid ofreci¨® otra cara muy distinta. Los esquemas de Pacho Maturana comienzan a pasar de la quimera a la realidad y ya funcionan. La retaguardia se coloc¨® a s¨®lo 10 metros de la l¨ªnea central lo que oblig¨® al contrario a retrasarse e inutiliz¨® la peligrosidad de Rodax cerca del ¨¢rea. El centro del campo jug¨® r¨¢pido y desahogado y se benefici¨® de la brega de Minguela y Ayarza y de los apoyos de Cuca y Moya.
Basado en su solidez defensiva, el Valladolid domin¨® claramente en el periodo inicial y lleg¨® a hacer un f¨²tbol espectacular al primer toque que encandil¨® al p¨²blico. Pero le falt¨® remate. Las de On¨¦simo, que se hart¨® de dejar en rid¨ªculo a Pedro, el juego vertical de Moya y la calidad de Cuca se disipaban al llegar al ¨¢rea. El nuevo negativo vallisoletano hay que achac¨¢rselo a eso y no a ning¨²n m¨¦rito del Atl¨¦tico que no despert¨® en todo el partido. La verdad es que se esperaba la resurrecci¨®n en la segunda mitad porque peor ya no se pod¨ªa hacer. Pero no lleg¨®. Ivic se dio cuenta de sus problemas en el centro del campo y cambi¨® a Manolo por Alfredo. Despu¨¦s relev¨® al inoperante Rodax por el temido Baltazar pero todo sigui¨® igual.
Maturana, por el contrario, mantuvo el 11 inicial pese a que hab¨ªa jugadores cansados y a que ten¨ªa en el banquillo a un goleador como Alberto. Quiz¨¢s hubiera sido una buena soluci¨®n pero el colombiano no quiso experimentar, temeroso quiz¨¢ de que una mayor ambici¨®n ofensiva dejase m¨¢s huecos para el contragolpe rojiblanco y la velocidad de Futre.
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