Suecia inicia un complicado camino de integraci¨®n en la CE

Una nueva fase en el largo camino de Suecia hacia la integraci¨®n se ha abierto a partir de la decisi¨®n adoptada el mi¨¦rcoles por el Parlamento -calificada como hist¨®rica y sin retroceso- de autorizar al Gobierno a que solicite en 1991 el ingreso en la Comunidad Europea (CE). Si todas las etapas previstas se cumplen normalmente dicha integraci¨®n quedar¨¢ consumada en 1995. Decir que el camino que falta va a ser tanto o m¨¢s complicado que el que ya se ha recorrido no es exagerado. Y no s¨®lo por la complejidad de las negociaciones en marcha. Existe la impresi¨®n de que acontecimientos externos e internos forzaron la adopci¨®n de una medida que muchos hubieran deseado diferir hasta que las cosas estuvieran m¨¢s claras. Algunos observadores piensan que no todos los que votaron por el ingreso estaban convencidos.Un hecho que la oposici¨®n se encarg¨® de destacar durante el largo debate que precedi¨® a la resoluci¨®n fue la ausencia del primer ministro, Ingvar Carlsson, y del ministro de Exteriores, Sten Andersson, durante la discusi¨®n. El l¨ªder conservador Carl Bildt, que se perfila como el futuro primer ministro despu¨¦s de las elecciones de septiembre, seg¨²n las encuestas, se?al¨® que esa ausencia era un caso ¨²nico entre los pa¨ªses de Europa que han adoptado una resoluci¨®n semejante y sugiri¨® que tal vez ello obedec¨ªa a discrepancias con dicha resoluci¨®n. La ministra de Comercio, Anita Gradin, que en virtud de su cargo ha participado activamente en todas las negociaciones, descalific¨® esas conjeturas y afirm¨® que los socialdem¨®cratas votaban convencidos el ingreso en la CE.

[EL PA?S inform¨® ayer err¨®neamente que el resultado de la votaci¨®n parlamentaria fue de 198 votos a favor, 105 en contra y 26 abstenciones. El resultado correcto fue de 288 votos a favor, 41 en contra (21 izquierdistas y 20 verdes) y 20 abstenciones].

El problema ha suscitado escaso inter¨¦s en el ciudadano de a pie. Ninguna semejanza con lo que ocurri¨® con la discusi¨®n del mismo problema en Noruega y Dinamarca. En estos pa¨ªses se convoc¨® un plebiscito para decidir.