Dos enfermeras se culpan mutuamente de la imprudencia que caus¨® la muerte de un ni?o

La enfermera Natividad Rom¨¢n Villar y la auxiliar de cl¨ªnica Amalia Sancho S¨¢nchez, del hospital infantil de La Paz, se atribuyeron mutuamente la responsabilidad en la muerte del ni?o Eduardo Aguero Rabes, de dos a?os y medio de edad, en el juicio visto ayer en la Audiencia de Madrid. El peque?o, al¨¦rgico a la leche y a los derivados l¨¢cteos, falleci¨® por la reacci¨®n que le produjo preparado de queso que le dieron para merendar, pese a la advertencia que constaba en la gr¨¢fica que colgaba de su cuna. Las dos mujeres siguen en activo, a expensas del resultado del proceso.

En su informe, el fiscal F¨¦lix Pantoja hizo un llamamiento al Insalud para que facilite la estancia de las madres al lado de los ni?os internados, medida que, seg¨²n dijo, recomienda la psiquiatr¨ªa infantil y que, "en este caso, hubiera evitado los hechos".La enfermera y la auxiliar declararon en un tono lastimero, en un juicio te?ido de patetismo por las circunstancias de la muerte del peque?o; un ni?o de dos a?os y medio al que sus padres ingresaron cautelarmente por un proceso de bronquitis y al que su madre, Renata Rabes, hab¨ªa querido llevarse a casa la tarde anterior, al encontrarle notablemente restablecido.

La tragedia sobrevino en la tarde del 24 de noviembre de 1986. En el cambio de turno, la enfermera Natividad Rom¨¢n, con 12 a?os de experiencia, recibi¨® instrucciones de que el ni?o era al¨¦rgico a la leche y sus derivados y as¨ª constaba en la gr¨¢fica "subrayado en rojo" seg¨²n la procesada y otros testigos. Natividad dijo en su descargo que la auxiliar no le consult¨® cuando dio de merendar al ni?o.

Estar con cien ojos

La enfermera era la encargada de supervisar la dieta de los 16 ni?os internados en la planta "Yo no ten¨ªa porqu¨¦ estar m¨¢s pendiente de Eduardo que de los dem¨¢s ni?os. Hab¨ªa otros ni?os con patolog¨ªas y no puedo estar con cien ojos. Esperaba que se me consultara antes de darle la merienda", a?adi¨®.El reproche iba dirigido, obviamente, a la auxiliar de cl¨ªnica Amalia Sancho, con 15 a?os de experiencia, que manifest¨® ante tribunal: "Yo pienso que la que me ten¨ªa que dar instrucciones era ella a m¨ª, que soy una mandada". La auxiliar dijo que en la primera hoja de la gr¨¢fica "no hab¨ªa nada" que indicase que el ni?o era al¨¦rgico pero su afirmaci¨®n fue contradicha por los dem¨¢s testigos.

Dos doctoras que declararon como peritos dijeron que el ni?o estaba "tan sensibilizado que cuando su madre le acariciaba despu¨¦s de tocar alg¨²n producto l¨¢cteo el peque?o ten¨ªa una reacci¨®n al¨¦rgica".

El ni?o muri¨® a los 10 minutos de ingerir el petit suisse. Su madre esperaba en la cola de las visitas para verle. El padre, Eduardo Aguero, hab¨ªa decidido no ir ese d¨ªa "porque no pod¨ªa pasar de la cristalera y el ni?o lloraba [al verle]".

El fiscal solicit¨® cuatro a?os, dos meses y un d¨ªa para cada una de las procesadas por negligencia profesional y pidi¨® 10 millones de indemnizaci¨®n, aunque se mostr¨® favorable a una propuesta de indulto.

El abogado Gonzalo Mart¨ªnez-Fresneda, representante de los padres, pidi¨® sendas penas de ocho a?os de prisi¨®n y una indemnizaci¨®n de 30 millones que justific¨® en que "no es lo mismo la muerte de un ni?o que un atentado al honor". Los defensores consideraron las penas "absolutamente desorbitadas" y pidieron la absoluci¨®n.