Men¨¢jem Beguin
El primer ministro israel¨ª que firm¨® la paz con Egipto
Muri¨® Men¨¢jem Beguin, uno de los grandes estadistas israel¨ªes. El pa¨ªs est¨¢ de luto. Incluso sus adversarios pol¨ªticos rinden homenaje a este hombre complejo, nacionalista convencido y liberal puntilloso, duro y compasivo a la vez, quien luchaba de manera implacable contra los ¨¢Irabes, pero supo tambi¨¦n hacer las paces con uno de los m¨¢s importantes enemigos de Israel: Egipto.Beguin muri¨® a los 79 a?os. La verdad es que de una cierta manera ya hab¨ªa desaparecido hace nueve a?os, en 1983. Dej¨® entonces el Gobierno, y vivi¨® desde aquel momento recluido en su piso en Tel Aviv. Fue, al final, una de las v¨ªctimas de la operaci¨®n de invasi¨®n de L¨ªbano al creer lo que le hab¨ªa dicho su ministro de Defensa Ariel Sharon: que esta campa?a terminar¨ªa en pocos d¨ªas, con muy pocas p¨¦rdidas del lado israel¨ª. Pero el Tsahal, el Ej¨¦rcito de Tel Aviv, estuvo metido en el atolladero liban¨¦s durante tres a?os. Murieron 650 soldados isral¨ªes y los heridos se contaron por millares.
Nacido en Brest Litovsk en 1913, Men¨¢jem Beguin estudi¨® Derecho en Varsovia. Excelente orador, sab¨ªa c¨®mo entusiasmar a los j¨®venes sionistas polacos. En 1939 se convierte en el jefe del Betar, el movimiento de las juventudes de la derecha sionista. Las tropas sovi¨¦ticas lo detienen cuando invaden Polonia, en 1940, y lo deportan a Siberia. Es liberado en 1941. La Uni¨®n Sovi¨¦tica necesita aliados despu¨¦s de ser atacada por las tropas de Hitler. Beguin es reclutado por el Ej¨¦rcito polaco en el exilio, dirigido por el general Anders. Su unidad est¨¢ destinada en el Oriente Pr¨®ximo. Llega a la Palestina bajo mandato brit¨¢nico, en 1942. Poco despu¨¦s se convierte en el jefe del Irgun. Este movimiento clandestino que lucha contra los brit¨¢nicos estar¨¢ involucrado en acciones como la matanza de la poblaci¨®n palestina de la aldea de Deir Yasin (m¨¢s de 200 muertos) y la voladura del hotel King David, en Jerusal¨¦n (varias decenas de v¨ªctimas).
Despu¨¦s de la creaci¨®n del Estado de Israel, en 1948, crea un partido pol¨ªtico de derecha, el Herut, que encabezar¨¢ durante 30 a?os en la oposici¨®n. Este partido se unir¨¢ posteriormente a otras formaciones de derecha y ganar¨¢ las elecciones de mayo de 1977. Beguin, nuevo primer ministro, invita entonces de manera solemne al rey Hussein de Jordania, al presidente sirio Hafez el Asad y al presidente egipcio Sadat a hacer las paces con Israel. Cinco meses despu¨¦s, Sadat llega a Jerusal¨¦n. Diecis¨¦is meses de negociaciones dif¨ªciles permiten a Beguin firmar al final los Acuerdos de Camp David y la paz con El Cairo.
En 1978, Beguin recibe, al mismo tiempo que Sadat, el premio Nobel de la Paz. Al firmar el tratado de paz con Egipto, Beguin se compromete a evacuar todo el Sina¨ª. Se trata de una importante concesi¨®n, no s¨®lo estrat¨¦gica sino tambi¨¦n financiera -es una zona rica en petr¨®leo-, para el Gobierno israel¨ª, que espera, en cambio, quedarse con los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza. Una vez haya recuperado el Sina¨ª, Egipto se olvidar¨¢ de los palestinos, piensan los asesores de Beguin. Es un grave error. Egipto no olvida, y no dejar¨¢ de defender los derechos nacionales del pueblo palestino. Los mismos palestinos, adem¨¢s, no se dejar¨¢n olvidar.
La guerrilla palestina sigue atacando Israel a partir de sus bases en L¨ªbano. Sharon asegura a Beguin que la invasi¨®n de este pa¨ªs destruir¨¢ "para siempre" la infraestructura militar de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), y permitir¨¢ la instauraci¨®n de un orden nuevo en L¨ªbano, cuyo Gobierno firmar¨¢ la paz con Israel. Se trata otra vez de un error. Las previsiones de Sharon no se confirman. La violencia contra Israel no cesa, y el Gobierno de L¨ªbano no hace las paces con Israel. Al rev¨¦s, la guerra hace surgir un enemigo nuevo, tal vez m¨¢s implacable, para Israel: los shi¨ªes extremistas del movimiento Hezbol¨¢. Siria, encima, domina m¨¢s que nunca al Gobierno de Beirut.
Enfrentado a las reivindicaciones nacionales de los palestinos, Beguin es inflexible. Pero este ultranacionalista religioso, totalmente convencido de que los territorios de Cisjordania y Gaza pertenecen a Israel por derecho divino, es tambi¨¦n un dem¨®crata y un jurista. Beguin exige que la represi¨®n no desborde el marco de las leyes. Cuestiona incluso los poderes excepcionales que el Gobierno israel¨ª hered¨® de la ¨¦poca del mandato brit¨¢nico, y que los laboristas hab¨ªan utilizado sin vacilar, que permiten mandar a los palestinos a la c¨¢rcel sin juicio, volar con dinamita sus casas y expulsarlos de su propio territorio.
En 1980, Beguin puso fin a los derribos de casas y a las detenciones administrativas, y prohibi¨® al Shin Beth, los servicios de seguridad israel¨ªes, utilizar la violencia en los interrogatorios de sospechosos palestinos -sus sucesores, Isaac Shamir e Isaac, Rabin, volver¨¢n despu¨¦s a permitir estas pr¨¢cticas-. Eso es otro aspecto de Beguin, un hombre que muri¨® destrozado, amargo, solitario.
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