R¨¦plica de Carlos Caball¨¦
Reci¨¦n llegado a Espa?a me apresuro a usar el derecho de r¨¦plica que me concede la ley de prensa en referencia al art¨ªculo publicado en EL PA?S el d¨ªa 21 de febrero de 1992 bajo el t¨ªtulo La voz de la sangre, en la p¨¢gina 25, y firmado por la periodista Maruja Torres. Desear¨ªa aclarar los siguientes puntos:
1. Jam¨¢s Montserrat Caball¨¦ impuso a Jos¨¦ Carreras en ning¨²n reparto, ni Jos¨¦ Carreras hizo lo propio con Montserrat Caball¨¦, por motivos obvios y ¨¦ticos.
2. Mi ¨²nica labor en referencia a la ¨®pera Crist¨®bal Col¨®n fue la de mantener las conversaciones oportunas con el se?or Jos¨¦ Mar¨ªa Bond¨ªa, director general de la Sociedad Estatal Quinto Centenario, para que se establecieran los contratos con Montserrat Caball¨¦, Carlos Chausson y Jos¨¦ Carreras; desconozco completamente el coste total de la ¨®pera, ya que nunca fui su promotor ni nunca estuve vinculado a la producci¨®n ejecutiva.
3. Jam¨¢s fui el contratador ¨²nico de La nit y jam¨¢s se me entregaron a m¨ª personalmente 10 millones de pesetas en concepto de gastos; lo que s¨ª es verdad es que consegu¨ª que los cantantes actuaran gratuita y gustosamente, ya que todos los beneficios obtenidos fueron a parar a la Cruz Roja para la ayuda a los ni?os v¨ªctimas de las zonas en guerra, seg¨²n acuerdo firmado entre el alcalde de Barcelona, el presidente del COOB 92 y el presidente de la Cruz Roja Espa?ola, en fecha 14 de julio de 1988.
4. No existe ninguna tensa separaci¨®n entre el Festival de Peralada y Carlos Caball¨¦. Aun despu¨¦s de dejar la direcci¨®n art¨ªstica por motivos de trabajo profesional, he continuado colaborando como agente en 1991, prueba de ello es que en 1992 Montserrat Caball¨¦ inaugura el citado festival con un concierto conmemorativo rossiniano junto a mi admirado amigo Ruggero Raimondi. Mi cordial e incondicional amistad con la presidenta del festival, do?a Carmen Mateu de Suqu¨¦, est¨¢ por encima de cualquier duda.
5. En referencia al Gran Teatre del Liceu, creo que don Luis Andreu, ex administrador art¨ªstico del teatro y actual director art¨ªstico del teatro de la Maestranza de Sevilla, ha contestado en este mismo apartado en fecha 10 de marzo a la mayor¨ªa de las insinuaciones del art¨ªculo en cuesti¨®n. Quisiera a?adir solamente el nombre de Carmen Kraus, hermana de don Alfredo Kraus, a la larga lista de agentes mencionada por don Luis Andreu. Personalmente dej¨¦ de colaborar con la actual direcci¨®n del consorcio que rige los destinos del Gran Teatre del Liceu, a trav¨¦s de una carta que dirig¨ª a don Jos¨¦ Mar¨ªa Busquets, administrador general del Gran Teatre del Liceu, en fecha 28 de noviembre de 1988; tambi¨¦n motivo principal en mi decisi¨®n fue el que se produjera un aumento en el cachet del artista Bernd WeikI, de un 117%, por el mero hecho de ser contratado a trav¨¦s de otra agencia alemana y representada en este caso en Barcelona por un colega m¨ªo al que admiro y respeto. Siendo este aumento muy por encima de nuestro IPC, consider¨¦ que no era correcto ni ¨¦tico, ya que ¨¦ste, irremediablemente, producir¨ªa una inflaci¨®n a corto plazo en los contratos de la mayor¨ªa de los artistas.
6. Contin¨²o teniendo mi despacho en Viena, s¨®lo que ahora no es privado, sino estatal.
7. Jam¨¢s he contribuido a la educaci¨®n de mi hermana Montserrat Caball¨¦; ella la tiene en demas¨ªa; creo que el caso es opuesto, de lo cual me siento orgulloso.
8. El continuar escribiendo sobre una supuesta mafia en nombre de personas que no quieren dar su nombre est¨¢ ya fuera de lugar cuando el mismo se?or Alfredo Kraus se disculp¨® p¨²blicamente el d¨ªa 13 de febrero en un programa radiof¨®nico de m¨¢xima audiencia nacional; l¨®gicamente acept¨¦ sus disculpas, por lo cual me dio las gracias, y, por tanto, estas desafortunadas declaraciones est¨¢n olvidadas por mi parte. Siempre he sentido una gran admiraci¨®n por la profesionalidad de Maruja Torres, por lo que debo suponer que todos los informadores sin nombre y apellidos dados en sus art¨ªculo deben estar desinformados o bien deben actuar de mala fe por motivos que desconozco. Bien hubiera estado contrastar la informaci¨®n que recibi¨® con mi propio despacho, ya que de esta manera le hubiera podido ense?ar la informaci¨®n que figura en mis archivos y nos hubi¨¦ramos podido evitar toda esta p¨¦rdida de tiempo causada por una serie de personas y "fuentes cercanas" sin nombre ni apellido.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.