Tropiezo en la zona crepuscular
Como sol¨ªa decir el cardenal Talleyrand, ha sido peor que un crimen, ha sido un tropiezo. Me estoy refiriendo a la decisi¨®n del Gobierno de Israel de deportar a L¨ªbano a 415 activistas de Hamas y de Yihad Isl¨¢mica, los movimientos fundamentalistas de resistencia de Gaza. Un serio tropez¨®n. Se puede explicar, aunque no justificar, como un caso de exageraci¨®n y de excesiva obstinaci¨®n. Exageraci¨®n por parte de las autoridades militares, empe?adas como est¨¢n en emplear el m¨¢ximo de fuerza para causar el "m¨¢ximo da?o" al enemigo, garantizando el m¨¢s amplio margen de seguridad posible, "por si acaso". Excesiva obstinaci¨®n por parte de las autoridades civiles que controlan el Ej¨¦rcito y dan el visto bueno a las medidas que ¨¦ste propone. De hecho, la obstinaci¨®n es t¨ªpica de los Gobiernos de coalici¨®n, como el actual Gobierno israel¨ª, que tiene una escasa mayor¨ªa y est¨¢ fragmentado por las luchas entre los partidos ultraortodoxos y los ultralaicos. Y m¨¢s teniendo en cuenta que ¨¦ste es un Gobierno que tiene prisa, que intenta hacer demasiado en pocos meses: negociar la paz, dar una nueva direcci¨®n a la pol¨ªtica de asentamientos, atraer inversores, luchar contra el paro.Sin embargo, conviene valorar este tropiezo en su contexto para calibrar su probable resultado. Este contexto es sobre todo el de una zona crepuscular estadounidense, ese periodo que va desde las elecciones de noviembre hasta la investidura, el 20 de enero, en el que el poder del presidente cesante para emprender cualquier iniciativa a largo plazo es pr¨¢cticamente nulo. Significa que, aunque las negociaciones entre Israel y los palestinos ya estuvieran atascadas en noviembre -y lo estaban debido a la reticencia de ambas partes a hacer concesiones-, el actual tropiezo no podr¨ªa hundirlas m¨¢s en el fango. Israel no se expon¨ªa a que Estados Unidos reaccionara severamente a las expulsiones, ni tampoco es probable que los palestinos enfaden a los estadounidenses abandonando la mesa de negociaciones. El margen, de maniobra de George Bush es pr¨¢cticamente nulo. Pero en menos de un mes Clinton tomar¨¢ posesi¨®n, disfrutar¨¢ de la luna de miel que corresponde a todo nuevo titular y, sin duda, llamar¨¢ a ambas partes a reanudar el di¨¢logo, a pasar la p¨¢gina y todas esas cosas. Ambas partes, es decir, el Gobierno de Rabin y la OLP, tienen incentivos suficientemente fuertes como para negociar -gracias a su punto de vista moderado y pragm¨¢tico- y un sano respeto por los Estados Unidos de Am¨¦rica; de modo que es muy, probable que accedan.
Reticencias
Por consiguiente, es posible que las repercusiones sobre el proceso de paz no sean enormes. Pero es esencial dilucidar por qu¨¦ las dos partes tienen reticencias y de qu¨¦ clase de reticencias se trata. Rabin ha desconcertado a la mayor¨ªa de los observadores, que le suponen una persona h¨¢bil pero un comunicador mediocre. A su manera, contundente y concisa, ha dado muestras de poseer un notable talento para comunicarse con la opini¨®n p¨²blica israel¨ª: al desgastar y aislar a los colonos jud¨ªos en Cisjordania y Gaza, al granjearse la aprobaci¨®n de los israel¨ªes a la idea de la retirada -a cambio de paz- de los altos del Gol¨¢n, al introducir poco a poco la noci¨®n de negociaciones con la OLP -por el momento de manera indirecta, pero cada vez m¨¢s abierta-. Pero maniobr¨® con menos habilidad en -o tras- la mesa de negociaciones. No emple¨® el enorme poder que Israel tiene como soberano de facto de los territorios ocupados para transferir a los l¨ªderes locales palestinos, discreta pero efectivamente, importantes competencias -por ejemplo, la educaci¨®n y la seguridad social-, y as¨ª convencerles de que persigue realmente la autonom¨ªa palestina. Tambi¨¦n podr¨ªa haber reforzado a trav¨¦s de estos medios la autoridad de dichos l¨ªderes en las calles palestinas -frente a Hamas- y con respecto a la lejana sede de la OLP en T¨²nez. Rabin mejor¨® la oferta israel¨ª en la mesa de negociaciones, pero no lo suficiente. ?Se debe esto a una falta de imaginaci¨®n? Quiz¨¢s. Pero es probable que nada de lo que ¨¦l pueda proponer satisfaga a los palestinos en esta fase, divididos como est¨¢n, y recelosos, como siguen estando, de las intenciones ¨²ltimas de Rabin. Por esto es por lo que son tan importantes unas iniciativas claras y unilaterales sobre la forma de gobernar los territorios. Al no adoptar esas iniciativas, Israel contribuy¨® al estancamiento de las negociaciones.
Divisi¨®n palestina
La responsabilidad de los palestinos en este estancamiento se deriva del hecho de que siguen estando -como lo han estado tan a menudo en el pasado- tr¨¢gicamente divididos entre ellos. Las operaciones de Hamas contra las fuerzas israel¨ªes no fueron espectaculares hasta el mes pasado. Sin embargo, Hamas ha estado librando durante muchos meses una salvaje campa?a de terror contra los seguidores de la OLP y los l¨ªderes de los territorios como "venganza por su apoyo a esa traici¨®n, el proceso de paz". No es sorprendente que los l¨ªderes locales de la OLP -y sus delegados en Washington- se mostraran aprensivos a la hora de responder a la postura israel¨ª m¨¢s moderada presentada en las negociaciones, tras la victoria laborista. (Hace s¨®lo unos d¨ªas fue detenido un supuesto asesino de Faisal Huseini). Y se muestran a¨²n m¨¢s aprensivos porque Arafat y el mando supremo de T¨²nez no les dan suficiente margen y sospechan que lo que Rabin quiere no es una verdadera autonom¨ªa sino romper los lazos que les unen a los l¨ªderes locales dirigidos por Huseini.
En estas condiciones, a los palestinos les era m¨¢s f¨¢cil hacerse los remolones y as¨ª poner su granito de arena para bloquear el proceso. Pero tanto Rabin como Huseini deber¨ªan sacar ¨¢nimo de las posturas de Hamas. Esto podr¨ªa parecer parad¨®jico -puesto que Hamas es el enemigo de la paz y de la autonom¨ªa- pero lo es s¨®lo en apariencia. No hay m¨¢s que escuchar, como yo suelo hacer, a los que predican los viernes en la mezquita de Hamas. Su objetivo no es s¨®lo luchar contra la "traici¨®n a la autonom¨ªa". Cuando sus oyentes preguntan: ?y si a pesar de nuestro terrorismo, en Washington se llega a un acuerdo sobre la autonom¨ªa?, entonces, responden los predicadores, deber¨ªamos presentar nuestros candidatos en las elecciones y procurar obtener el m¨¢ximo de participaci¨®n en la gesti¨®n de la Administraci¨®n auton¨®mica. El mensaje se sobreentiende, pero es claro como el agua: esta autonom¨ªa podr¨ªa darnos una dosis considerable de autogobierno. Vale la pena hacerse con ella, siempre y cuando se materialice.
De modo que en cuanto Estados Unidos salga del limbo y Clinton se haga cargo del proceso de paz es posible que israel¨ªes y palestinos vuelvan a retomar el hilo, y, escarmentados por sus respectivos tropiezos, busquen nuevas v¨ªas para avanzar hacia un acuerdo.
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