Tres solistas de excepci¨®n

Los conciertos extraordinarios de las Juventudes Musicales de Madrid, que preside Mar¨ªa Isabel Falabella, se cuentan por grandes ¨¦xitos, tal y como fue el protagonizado el jueves por la violinista Anne Sophie Mutter, en d¨²o con el pianista Lambert Orkis, ante una audiencia que abarrotaba la sala.La Mutter, ya se sabe, es una concertista fuera de serie. Posee todo en alto grado: esencia, presencia y potencia; musicalidad intensa, depuraci¨®n estil¨ªstica, poder comunicativo, belleza sonora, virtuosismo trascendente y un arco que parece no tener fin. Su colaborador, Lambert Orkis, es maestro en toda la extensi¨®n y exigencia del concepto, con lo que la perfecci¨®n absoluta est¨¢ garantizada y, con ella, la emoci¨®n m¨¢s fuerte alcanzada por v¨ªas de un ejemplar rigor art¨ªstico.

El programa era precioso y sin concesi¨®n alguna ni a la vulgaridad ni a los fuegos artificiales del virtuosismo vanidoso: Partita, de Lutoslavski; Fantas¨ªa en do, de Schubert, y Sonata a Kreutzer, de Beethoven. La Partita (1985-1988), dedicada en su primera versi¨®n a Pinchas Zuckerman y en su segunda a Anne Sophie Mutter, justifica la categor¨ªa de este cl¨¢sico viviente de nuestro siglo que es el maestro polaco, capaz de reducir a unidad la herencia pret¨¦rita y las m¨¢s alertadas corrientes de la modernidad. Arte de primer¨ªsima categor¨ªa y singular belleza, vino a demostrar que ante la obra bien hecha y significante el p¨²blico reacciona con entusiasmo, cualquiera que sea la est¨¦tica y el lenguaje que se utilice.

Como tantas veces, pero en l¨ªnea de mayor virtuosismo, Schubert, en la Fantas¨ªa en do -escrita al final de sus d¨ªas-, hace alta m¨²sica a partir de casi nada: unas ideas sencillas y un par de motivos populares, alguno ya explotado por Mozart. Pero esta m¨²sica sensible precisa. de int¨¦rpretes igualmente sensibles, como lo fueron la Mutter y Orkis. En la segunda parte, el misterio siempre inquietante de Beethoven en su Sonata en la mayor, opus 47, dedicada a Rodolfo Kreutzer. Este "quasi concerto", como reza la primera edici¨®n de la obra, es pura maravilla y exige de los int¨¦rpretes un poder de penetraci¨®n al margen de todo convencionalismo. La versi¨®n escuchada fue de antolog¨ªa y ante las aclamaciones el d¨²o ofreci¨® varias obras fuera de programa.

Versi¨®n poderosa y fascinante

Por la tarde, en el ciclo Chaikovski, el gran premio de Santander 1992, Eldar Nebolsin, se alz¨® con el santo y la peana en el Concierto en si bemol menor. La versi¨®n del joven pianista fue poderosa, fascinante y madura, a pesar de que ejecutaba la obra en p¨²blico por vez primera. Encendi¨® el ¨¢nimo de todos y el triunfo fue clamoroso. Colabor¨® la Sinf¨®nica de Madrid con el maestro V¨ªctor Pablo P¨¦rez, quien sobre la encomiable labor en el concierto nos hizo escuchar una preciosa traducci¨®n de la Segunda sinfon¨ªa 'Peque?a Rusia', adem¨¢s. de la danza eslava, ejemplo maestro de m¨²sica superficial y de entretenimiento.