El Madrid refuerza su opci¨®n al t¨ªtulo
El Real Madrid empez¨® a creerse su condici¨®n de aspirante en el campo donde se intuy¨® que pod¨ªa escap¨¢rsele la pasada Liga. Claro que este Oviedo no est¨¢ para repetir gestas de ese calibre, ni para amargarle la tarde a un Rocha que estuvo plet¨®rico en el lado izquierdo de la defensa. A los nueve meses de la gestaci¨®n del Proyecto Floro, en este equipo hay s¨ªntomas de vida. El Madrid empieza a jugar de memoria, a creer en su f¨²tbol sin importarle los elogios al m¨¢ximo rival. De momento, ayer se dio un paseo por Oviedo.Todo fue demasiado sencillo como para considerar la de ayer una prueba definitiva de poder¨ªo blanco y para hablar de alternativa al poder del Barcelona. S¨ª hay s¨ªntomas de que el Madrid es una opci¨®n s¨®lida para afrontar la recta final de un campeonato tan apretado. Cuesta pensar que este bloque pueda venirse abajo en trances como el de Tenerife. Floro y sus hombres empiezan a verlo claro.
Antic, por contra, no acaba de ver la luz al final del t¨²nel en el que anda metido el Oviedo. Al principio, casi por inercia, los jugadores reaccionaron bien al cierre de la larga era Irureta. El serbio enterr¨® el sistema de carrileros, convirti¨® a un marcador en enlace con el centro del campo, dio m¨¢s libertad a algunos jugadores y adelant¨® unos metros todas las l¨ªneas de un equipo fabricado para defender. El Oviedo marc¨® m¨¢s goles, sum¨® algunos puntos, y todos dieron por buena la evidente p¨¦rdida de solidez defensiva.
Pero ¨²ltimamente, tras un par de resultados adversos, los jugadores ovetenses saltan al campo desorientados, sin saber qu¨¦ carta quedarse. Luis Manuel, perdido en esa zona de nadie entre la defensa y la media, es el mejor exponente de la situaci¨®n.
El Madrid explot¨® esas dudas desde el primer minuto y ya jug¨® a placer. Adem¨¢s, para demostrar que lo de Londres eran exigencias del gui¨®n, mantuvo el list¨®n alto durante los 90 minutos. En ese tiempo, marc¨® cuatro goles y perdon¨® alguno m¨¢s porque Prosinecki parece ser la excepci¨®n en esa recuperaci¨®n an¨ªmica del grupo. El croata particip¨® con brillantez en muchas fases del festival de juego blanco, pero fall¨® dos ocasiones impensables en la figura de todo un campe¨®n de Europa. En la primera, tras una carrera en solitario, estrell¨® el bal¨®n en el cuerpo de Viti. En la segunda, con toda la puerta a su disposici¨®n, lo mand¨® a la madera.
A esas alturas, daba igual, porque Butrague?o y Michel, con el apoyo de Hierro en las dos jugadas, hab¨ªan ofrecido su particular homenaje a Antic, un enamorado incondicional de los l¨ªderes de la Quinta del Buitre que ¨¦l manej¨® con tan buenos resultados.
Lo ¨²nico que lamentar¨¢ el entrenador del Oviedo es que le hayan dado la raz¨®n frente a su equipo y en un momento en el que los puntos son m¨¢s necesarios que nunca para alejarse de la promoci¨®n. Su gran desgracia quiz¨¢ es haberse encontrado con el mejor Madrid de los ¨²ltimos tiempos.
El final de Liga se anuncia intenso. El duelo particular entre madridistas y barcelonistas qued¨® ayer m¨¢s aclarado tras la clara derrota del Deportivo en Valencia. La presi¨®n sobre el equipo de Cruyff es enorme. El Madrid, por lo visto ayer en Oviedo, acude al ¨²ltimo tramo plet¨®rico de forma y moral. El Barcelona, no tanto. El partido que hoy disputar¨¢ en el campo del Espa?ol es fundamental. El Madrid podr¨¢ degustarlo, para bien o para mal, con la sensaci¨®n del deber cumplido.
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