El palco vac¨ªo
Castiza por nacimiento y por vivencias, por vocaci¨®n y por convencimiento. Madrile?a, pero tambi¨¦n sevillana, su afici¨®n a la fiesta de toros s.- fragu¨® en parte por obligaci¨®n espacio-temoral y en parte por su sincero amor a la cultura del pueblo que la acogi¨® con cari?o y que la admira con respeto y de verdad. Con la discreci¨®n por bandera, ideolog¨ªa y hasta lenguaje, do?a Mar¨ªa de las Mercedes de Borb¨®n y Orleans no duda en definirse turinamente, aunque ponga un indisimulado empe?o en marcar su pasi¨®n con la m¨¢xima de la prudencia, y se reconoce currista convencida desde hace mucho tiempo. Sin embargo, su exquisita y diplom¨¢tica moderaci¨®n, desbordante de humilde y honesta sinceridad, es patente y manifiesta, con lo que, haciendo todos los honores a la expresi¨®n aficionada cabal, deleita a la tauromaquia con su presencia en cualquier festejo, y no s¨®lo por ferias. En el palco real de la plaza de toros de Las Ventas (hoy vac¨ªo fisicamente, pero dotado de tal magnetismo que, irremediablemente, m¨¢s de una vez las miradas se concentran en ¨¦l) ocupa dignamente su localidad privilegiada lo mismo en un cartel rematado que en una novillada, igual ante el deseado deleite que se espera del pase¨ªllo de la figura que ante la impetuosa presencia de la juventud de luces dispuesta a labrarse un nombre.Nacida en el n¨²mero 3 de la Castellana, su madrile?ismo taurino se plasma en su rigor, en su defensa de la integridad de la fiesta, en su justa concepci¨®n de la lidia, dando todo el protagonismo -primero y b¨¢sico- al toro. Criada en Sevilla, all¨ª ha trenzado buena parte de su personalidad..., desde su marcado acento andaluz a su afici¨®n por el Real Betis Balompi¨¦, pasando por su activa participaci¨®n en acontecimientos tan arraigados al sevillanismo como la Semana Santa o la Feria de Abril. Ese andalucismo de la condesa de Barcelona queda patente en su adir?iraci¨®n por el torero, en su consideraci¨®n del arte taur¨®maco, en su aprecio por el detalle, venga del matador o de cualquiera que interviene en la pericia ornamental de crear frente a un toro bravo.
Hace ya muchos a?os que se gan¨® el respeto de la afici¨®n, que ha llegado a permitirse el lujo de olvidarse de nobles protocolos para compartir con ella el espect¨¢culo en igualdad de condiciones, consider¨¢ndola una m¨¢s y gozando cuando -como ellos- saca su pa?uelo blanco, sum¨¢ndose a la esencia de la democracia taurina, o expresando su protesta por la transgresi¨®n de las normas, aunque ella lo haga calladamente, en silencio, desde la deferencia. Disfruta como sus paisanos y discute con los par¨¢metros de las mas anejas y apasionantes tertulias. Aplaude cuando el lance lo reclama, y seguro que, sigilosa pero pl¨¢cidamente, deja escapar un "ol¨¦", siempre aflamencado, seco y profundo si es en el palco vente?o, y alegre y arrebatado en el irregular y resplandeciente albero sevillano.
Esta feria de San Isidro, su localidad, su tendido, estar¨¢ vac¨ªo, pero con seguridad la cort¨¦s y caballerosa gente de Madrid la tributar¨¢ un merecido recuerdo, quiz¨¢ menos bulliciosamente seductor que el del Guadalquivir, pero cabal y hasta catedralicio, porque la academia vente?a es tan tierna como considerada, tan aparentemente fr¨ªa como t¨ªmidamente apasionada, tan respetuosa como fiel. En la capital de la corte, ser aficionado a la fiesta ¨ªntegro y justo es todo un grado, y do?a Mar¨ªa de las Mercedes de Borb¨®n y Orleans, condesa de Barcelona, ocupa el palco,hoy vac¨ªo.
Babelia
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