Las escuder¨ªas de f¨®rmula 1 retan a la federaci¨®n
Los despachos, el paddock, los talleres y la pista del circuito de Montmel¨® vivieron ayer una de las trifulcas m¨¢s importantes de los ¨²ltimos a?os en la f¨®rmula 1. Los pilotos primero, y los equipos m¨¢s importantes, despu¨¦s, amenazaron la disputa del Gran Premio de Espa?a al enfrentarse a la Federaci¨®n internacional (FIA). La pelea de los pilotos, que ped¨ªan medidas de seguridad y m¨¢s participaci¨®n en las decisiones, acab¨® con una leve modificaci¨®n en el circuito. La disputa entre la FIA y la asociaci¨®n de escuder¨ªas (FOCA) fue m¨¢s dura. Estaba en juego el reparto de poder. Acab¨® triunfando la FOCA, encabezada por el director de Benetton, Flavio Briatore, respaldado en la sombra por el verdadero due?o de la F-1, Bernie Ecclestone.
La disputa del Gran Premio de Espa?a estuvo amenazada durante horas. El jueves de madrugada los pilotos, encabezados por el retirado ex campe¨®n austriaco Niki Lauda y por el actual l¨ªder del mundial, el alem¨¢n Michael Schumacher, insinua¨®n que pod¨ªan negarse a correr si no les hac¨ªan caso. Trabajando toda la noche, los organizadores colocaron una chicane artificial, con neum¨¢ticos, unos metros por delante de la verdadera chicane (doble curva: en forma de zigzag). Los pilotos hab¨ªan dicho que ¨¦sta era insegura.Ayer, a primera hora de la ma?ana, el obst¨¢culo de neum¨¢ticos estaba preparado. Los pilotos quedaban satisfechos. Y los entrenamientos, en teor¨ªa, pod¨ªan empezar. Entonces se hizo patente el verdadero enfrentamiento, entre las escuder¨ªas y la federaci¨®n internacional. En el primer plano, nuevamente la seguridad. En el fondo, la lucha por el poder entre la FOCA y la FIA.
Todo estall¨® el mi¨¦rcoles, cuando Benetton, a trav¨¦s de su jefe, Flavio Briatore actual hombre fuerte de la asociaci¨®n de escuder¨ªas, advirti¨® al presidente de la FIA, el ingl¨¦s Max Mosley, que no admit¨ªa la responsabilidad si sus coches sal¨ªan a correr con las nuevas especificaciones, dictadas por los expertos de la federaci¨®n. La reducci¨®n del apoyo aerodin¨¢mico y la disminuci¨®n del efecto, suelo creado por el fondo plano del coche, que permite una mayor adherenciaparec¨ªan precipitadas a la mayor¨ªa de los equipos.
La FIA respondi¨® al manager de Benetton que, si ¨¦l no se responsabilizaba, no pod¨ªa autorizar a sus b¨®lidos a tomar parte en el gran premio. El enfrentamiento, con la seguridad de los monoplazas como detonante, estaba planteado. La postura de Briatore, jefe del mejor equipo del momento, respond¨ªa a una maniobra de la FOCA y de Ecclestonel disconformes con la actitud de Mosley y la federaci¨®n.
Inicialmente, Mosley fue un hombre de Ecclestone, que le apoy¨® para desbancar al anterior presidente, el franc¨¦s Jean-Marie Balestre. Pero con el tiempo se ha ido apartando del gran jefe y sus decisiones, tras los ¨²ltimos accidentes graves, no han contado con el respaldo de las escuder¨ªas.
Una vez que explot¨® el conflicto, los Benetton no participaron en los entrenamientos libres y la mayor¨ªa de los equipos se solidarizaron con su postura. S¨®lo nueve coches rodaron durante esa sesi¨®n, entre ellos los de Ferrari, que prefiri¨® no enfrentarse directamente a la federaci¨®n. Esta situaci¨®n cre¨® dudas sobre la disputa del gran premio, aunque los organizadores siempre se mostraron tranquilos: Eclestone tiene parte en los ingresos por entradas y estaba claro que no pondr¨ªa en peligro su negocio.
Tras numerosas discusiones, Briatore acept¨® la responsabilidad sobre sus coches y los Benetton salieron a la pista por la tarde, en los entrenamientos cronometrados. El responsable de la escuder¨ªa italiana admiti¨® esta derrota, pero gan¨® la guerra. En una reuni¨®n con Mosley y Ecclestone, se decidi¨® que a partir de ahora el reglamento t¨¦cnico de la F-1 estar¨¢ en manos de una comisi¨®n formada por ingenieros de las escuder¨ªas, pilotos y tambi¨¦n algunos representantes de la FIA. Mosley hab¨ªa sido derrotado. Como consecuencia inmediata, las modificaciones en los coches previstas para el pr¨®ximo Gran Premio de Canad¨¢ quedan en suspenso.
Al final, las aguas volvieron a su cauce. Los pilotos, satisfechos porque se les reconoci¨® un papel en la toma de decisiones, compitieron, aunque mantienen la psicosis respecto a su seguridad. Y su idea, la chicane de neum¨¢ticos, se revel¨® como un parche poco eficaz.
En medio de tanta pelea quedaron el circuito de Montmel¨® y sus responsables. Su carrera y suinstalaci¨®n, Posiblemente la m¨¢s segura del mundo, sirvieron de marco a las batallas. Y al final volvi¨® la normalidad. Hoy deben celebrarse los ¨²ltimos entrena mientos, y ma?ana la carrera, sin incidentes. En la primera sesi¨®n de ensayos eronometrados, Schumacher (Benetton) demostr¨® su superioridad. Aunque no hab¨ªa rodado en los libres por la ma?ana, super¨® por m¨¢s de un segundo al siguiente, el fin¨¦s Mika Hakinen (McLaren).
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