Cabrera Infante dice que la memoria es la fuente de toda novela
No, que no quiero novela, es el t¨ªtulo de la ponencia con la que el escritor Guillermo Cabrera Infante clausur¨® ayer, en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, de Cuenca, el curso titulado C¨®mo se escribe una novela. El escritor, que se autodefine como "periodista profesional que a veces escribe novelas", y que advierte que sigue considerando Tres tristes tigres y La Habana para un infante difunto, "simplemente libros", reuni¨® en este encuentro, con, el apoy¨® del poeta y periodista Jos¨¦ Luis Jover, secretario del ciclo, a cinco escritores m¨¢s, novelistas de diversas tendencias: Rosa Reg¨¢s, Almudena Grandes, Marcos-Ricardo Barnat¨¢n, Juan Madrid y Eduardo Mendicutti.En la memoria como material del que surge esa narraci¨®n que se llama novela, coincidieron todos, y curiosamente, la infancia, seguida de la seguridad de los escenarios narrados, casi siempre autobiogr¨¢ficos, fue otra coincidencia porcentualmente alta. La casa de los abuelos, con lo que tiene de nostalgia de lo mejor de esa infancia, y seguramente de autodefensa contra el tiempo, fue tambi¨¦n un dato en el que coincidieron, en este encuentro acad¨¦micamente maratoniano, en el que las paredes del viejo convento de monjas carmelitas que es hoy la sede conquense de la UIMP recog¨ªan un ¨¢mbito de discusi¨®n, a veces acalorada, siempre espec¨ªfica y verdaderamente universitaria. Maldades, iron¨ªas, bromas, informaciones, confesiones, se sucedieron en estos dos d¨ªas y medio entre la sinceridad casi alarmante de los discursos de los escritores. Si en alg¨²n momento los alumnos -60 matriculados, licenciados o cursando ¨²ltimo a?o de carrera, y mayoritariamente no de Letras- parecieron a?orar una receta de escritura -es decir, una respuesta literal al t¨ªtulo C¨®mo se escribe una novela- pronto se conformaron a la evidencia: en la coincidencia autobiogr¨¢fica de los ponentes, que, todos ellos, contaron su propia experiencia de noveladores, supieron ver -y se not¨® en la evoluci¨®n de los siempre animados debates- la disparidad de los m¨¦todos, de las escrituras de las concepciones de ese hecho literario que es una novela.
Romper el g¨¦nero
Como siempre, Guillermo Cabrera Infante puso la, ¨²ltima palabra en la definici¨®n de un genero que, si unos trasgreden, otros utilizan y reconducen: "El primer editor de Tres tristes tigres", dijo, lo rotul¨® novela, y me explic¨® que si no, no sabr¨ªan los libreros en qu¨¦ anaquel ponerlo". Bien: la novela, escrita a oscuras -Grandes- o control¨¢ndola desde el origen -Mendicutti-, rompiendo el g¨¦nero -Barnat¨¢n- o utilizando sus estructuras m¨¢s antiguas -Madrid-, construy¨¦ndola como un puzzle a partir de la ¨²ltima frase -Reg¨¢s- o neg¨¢ndola desde el principio -Cabrera Infante- la novela, digo, declarada muerta tantas veces, parece, pareci¨® en Cuenca, gozar de una estupenda salud.
Babelia
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