Pel¨ªculas negras escritas sobre papel de estraza
El cine independiente de EE UU recupera el estilo de las 'puIp fiction' de entreguerras
El estreno de la pel¨ªcula Pulp fiction, ganadora en Cannes y favorita en los pr¨®ximos oscars, reaviva una tendencia persistente en la evoluci¨®n del cine norteamericano independiente desde hace dos d¨¦cadas: el rescate del thriller -rebautizado en Francia como g¨¦nero negro- y de algunas de sus variantes fundacionales m¨¢s ¨¢giles, como las ficciones llamadas pulp (t¨¦rmino alusivo al tosco papel de pulpa o estraza de las revistas que las dieron cauce), relatos de gran violencia e intensidad sint¨¦tica que en el periodo de entreguerras fueron el vivero donde tomaron forma los m¨¢s radicales rasgos de la narrativa urbana policiaca en EE UU, por la de Dashiell Hammett, cuya obra completa acaba de editarse en Espa?a.
Los historiadores del cine y quienes siguen las huellas del cine estadounidense durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas suelen fijar un punto sin retorno de su evoluci¨®n en las dos primeras entregas de El padrino, de Francis Coppola. Es decir: en la recuperaci¨®n por el cine independiente neoyorquino -y m¨¢s tarde por el de la costa Oeste- de una de las minas argumentales que abastecieron el cine policiaco (o thriller) cl¨¢sico de Hollywood.En este rescate, Coppola no estuvo solo, sino avalado por tradiciones de gran riqueza y flanqueado por otros cineastas empe?ados en la misma aventura, sobre todo Martin Scorsese (Malas calles y Uno de los nuestros son filmes negros mod¨¦licos) y Paul Schrader (suyo es el gui¨®n de la indispensable Taxi driver). Los tres nombres forman el eje de un giro que no s¨®lo perdura, sino que se acentu¨® en los ¨²ltimos a?os y absorbe antecedentes hist¨®ricos e infinidad de consecuentes, como son partes esenciales de la obra de John Landis, Bob Rafelson, Briam de Palma Ridley Scott, Alan Parker, Michael Cimino, William Friedkin, Clint Eastwood, Walter Hill, Sidney Pollack, John Casavettes, Jim McBride, Robert Altman, Spike Lee, Lawrence Kasdan, David Lynch, Jonathan Demme y otros cineastas independientes que han encontrado en el thriller y sus variantes m¨¢s duras, comenzando por la llamada pulp, el relato urbano por excelencia, que les permite expresar su propia idea del asfalto que pisan.
Desde entonces, cada a?o se produce en EE UU un n¨²mero importante de pel¨ªculas de estas caracter¨ªsticas y, aunque. Hollywood se apunt¨® m¨¢s tarde a la oleada, y de un tiempo a esta parte ofrece thrillers de gran espect¨¢culo (como las recientes Instinto b¨¢sico, El fugitivo, En el punto de mira, Peligro inminente y otras pel¨ªculas de alto presupuesto), el protagonismo del rescate sigue estando en manos de los peque?os n¨²cleos de producci¨®n independientes, que encuentran en la austeridad y la radicalidad del estilo pulp una s¨®lida base para la humildad de sus presupuestos de producci¨®n, mientras Hollywood contamina sus incursiones con la intromisi¨®n adulteradora de su man¨ªa circense por los efectos especiales: de las series Robocop y Arma letal a otros muchos superficiales y aparatosos suced¨¢neos del austero y profundo cine negro.
El cine de EE UU crea mimetismo en la producci¨®n de todo el mundo y se percibe as¨ª la anchura y autenticidad del arraigo del rescate de esta tradici¨®n literaria: el g¨¦nero negro experimenta tambi¨¦n un auge en el cine europeo, incluido el espa?ol. Recordemos que en estos d¨ªas -mientras en la cartelera de Madrid se ofrecen ahora mismo, entre unas 50 pel¨ªculas de estreno, 16 de g¨¦nero negro o muy cercanas a ¨¦l: casi la tercera parte, y esto lo dice casi todo- se baraja, como m¨¢s que probable vencedora en los inminentes premios Goya, D¨ªas contados, filme inimaginable fuera de la zona de alcance de este rescate.
Canal + emiti¨® hace unos d¨ªas Marcado por la rabia, que en algunos aspectos parece un relato arrancado de un pu?ado de p¨¢ginas de un viejo thriller barato y, en concreto, procedente del periodo de incubaci¨®n (y esplendor) del g¨¦nero durante la ¨¦poca de entreguerras, antes y despu¨¦s del abismo de la Gran Depresi¨®n de 1929, a?os en los que proliferaron los pulp magazines, t¨¦rmino intraducible, equivalente a revistas de papel de estraza.
Estas publicaciones toscas y baratas, editadas con escas¨ªsimos medios, sirvieron de vivero a un tipo de relato de acci¨®n muy sint¨¦tico, destinado al consumo popular r¨¢pido y masivo, que cre¨® una escritura directa, sin adjetivos, punzante y extremadamente violenta, en la que el cine reciente ha entrado a saco, sobre todo a ra¨ªz de Muerte entre las flores y, entre docenas, las sacudidas de American me; Reservoir dogs; Bad lieutenant; Henry, retrato de un asesino; Amor a quemarropa; Simple man y ahora Pulp fiction, Fresh y Posibilidad de escape, esta ¨²ltima escrita y dirigida por Paul Schrader, uno de los nombres de aquel c¨¦lebre tri¨¢ngulo neoyorquino que inicio el rescate, lo que cierra por ahora el c¨ªrculo.
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