Delincuentes ,de cuello blanco
Los tiburones de Wall Street encarcelados en los ochenta rehacen su vida
Ha transcurrido una d¨¦cada desde que Ivan Boesky, Michael Milken, Charles Keating y el resto de los tiburones de Wall Street de los a?os ochenta, los m¨¢s famosos delicuentes de cuello blanco de la ¨²ltima ¨¦poca, los llamados "se?ores de la avaricia", fueran procesados por cargos de fraude, estafa y otros delitos financieros que conmocionaron a Estados Unidos. ?Qu¨¦ fue de ellos? ?C¨®mo reconstruyeron sus vidas despu¨¦s de salir de la c¨¢rcel?Estos hombres han intentado enderezar sus destinos de distinta forma. Ninguno cree que hizo mal al especular con los llama dos bonos-basura, que en la jerga financiera significan activos de alto rendimiento y alto riesgo, o aprovecharse de informaci¨®n privilegiada, sino que, por el contrario, piensan que hicieron una gran contribuci¨®n creando riqueza y puestos de trabajo. Casi todos han desarrollado, por imposici¨®n judicial, una esf¨®rzada labor social. Algunos llevan una vida m¨¢s o menos p¨²blica a trav¨¦s de la cual buscan la reconstrucci¨®n de su imagen y otros se esconden en el rinc¨®n m¨¢s apartado del pa¨ªs.
Michael Milken, el ni?o prodigio de la cultura de los bonos-basura de Wall Street en la d¨¦cada de los ochenta, fue puesto en libertad en 1993 de una c¨¢rcel de Pleasanton (California), tras cumplir s¨®lo dos de los diez a?os de su sentencia. Milken, de 46 a?os en la actualidad, fue diagnosticado de c¨¢ncer de pr¨®stata poco despu¨¦s de salir de prisi¨®n. 500 millones de d¨®lares (66.000 millones de pesetas) m¨¢s pobre despu¨¦s de ajustar cuentas con el Gobierno y varias entidades, Milken ha recurrido a su todav¨ªa considerable fortuna para establecer la Fundaci¨®n Cap Cure para la cura del c¨¢ncer de pr¨®stata y financiar equipos de investigaci¨®n en 24 centros acad¨¦micos por todo el pa¨ªs. Milken ha utilizado sus a?os de experiencia como sagaz hombre de negocios, en los que hizo ganar 125.000 millones de d¨®lares a su empresa, Drexel Burnham Lambert -s¨®lo en 1986-, para recaudar fondos para su fundaci¨®n.
Las actividades filantr¨®picas de Milken, sin embargo, no se limitan a la Fundaci¨®n. Tambi¨¦n decidi¨® cumplir 1.800 horas anuales de servicio social, durante tres a?os, educando a ni?os de los barrios pobres de Los Angeles sobre el peligro de las drogas. Con los conocimientos acumulados en la c¨¢rcel, donde Milken dedic¨® la mayor parte de su tiempo a dar clases a otros presos, el rey de los bonos-basura ha hecho un v¨ªdeo para una empresa de productos did¨¢cticos sobre el abec¨¦ de los negocios. En una entrevista con The New York Times, Milken habl¨® de su experiencia en la c¨¢rcel: "Ni me pareci¨® el punto m¨¢s bajo de mi vida, ni me dio miedo. No es humillante sacar la basura, ni limpiar el suelo. Lo que s¨ª es humillante es que alguien haga una caricatura de m¨ª, de mis ideas y creencias. Lo peor de todo fue la separaci¨®n de mi familia y el sentimiento que no estaba haciendo nada constructivo".
Milken tambi¨¦n ha anunciado que va a volver a trabajar, aunque tiene prohibido hacerlo en Wall Street. Tiene previsto un proyecto junto al cantante Michael Jackson para crear una cadena de televisi¨®n educativa por cable. Milken y Jackson se han convertido en muy buenos amigos en los ¨²ltimos a?os.
Ivan Boesky, el s¨ªmbolo de la codicia financiera, que fue descubierto haciendo uso de informaci¨®n privilegiada en 1986, paso algo m¨¢s de dos a?os en una c¨¢rcel de California. El hombre que condujo a las autoridades hasta la pista de Milken, a cambio de una sentencia m¨¢s leve, sigue disfrutando del mismo nivel de vida lujosa que le hizo famoso antes de su ca¨ªda.
Desde su puesta en libertad en 1989, Boesky ha fijado su residencia en La Jolla, en la casa de un amigo de la infancia, un multimillonario iran¨ª. All¨ª, seg¨²n un reportaje de la revista Vanity Fair, Boesky pasa sus d¨ªas levantando pesas en el famoso gimnasio Gold's, y sus noches, en compa?¨ªa de chicas de alterne.
Boesky, que tampoco puede Volver a poner el pie en Wall Street, ha afirmado que los 100 millones de d¨®lares que pag¨® en multas le han dejado en bancarrota. Utilizando su mala situaci¨®n financiera, Boesky entabl¨® en 1993 un proceso contra su ex Mujer, la multimillonaria Seema Silberstein, a la que un juez conden¨® a compensar a su antiguo marido con 20 millones de d¨®lares.
Charles H. Keating Jr., el cerebro que tram¨® las irregularidades que desembocaron en el esc¨¢ndalo y posterior crisis de las cajas de ahorros en todo el pa¨ªs, -todav¨ªa se consume en una c¨¢rcel de Arizona. Ha cumplido solo un a?o y medio de una sentencia de diez a?os como m¨ªnimo. Keating, ex presidente de Lincoln Savings & Loan, no est¨¢ arrepentido de su delito, que cosit¨® al contribuyente norteamericano casi 3.000 millones de d¨®laress. Keating afirma que es insolvente vente y se niega a pagar los 122,4 millones de d¨®lares con los que el Gobierno le mult¨®.
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