Alberto Herreros es el blanco
El vecino vuelve a aporrear la puerta. Su meta es llegar a la despensa. Ante la inminente fecha de caducidad de algunos de sus v¨ªveres y la escasa dosis alimenticia de otros, pretende robarle al rival su manjar m¨¢s exquisito, que asegure una supervivencia en abundancia. El Real Madrid ya imprime los pasquines que dan cuenta de la orden de caza y captura: se busca a Herreros.Hace tiempo que los blancos siguen la pista al alero del Estudiantes, pero el inter¨¦s se ha incrementado con el tiempo. Herreros es el objetivo prioritario del Real Madrid. El Estudiantes, siempre especialmente sensibilizado por los avatares del vecino, ya est¨¢ en guardia. Y la fuerza est¨¢ de su lado: Herreros tiene contrato hasta junio de 1996.
"Si se confirma el inter¨¦s del Madrid por Herreros, s¨®lo puedo decir que tiene muy buen gusto y que hay otro equipo que le lleva delantera", asegura, refiri¨¦ndose al Barcelona, el presidente estudiantil Juan. Francisco Moneo. "Es obvio que el Estudiantes no quiere ni oir hablar de una posible marcha de Herreros. Desde luego, afirmo rotundamente que no le vamos a traspasar y que cumplir¨¢ el contrato", se?ala.
Para que Moneo acierte su pron¨®stico falta lo m¨¢s importante: que Herreros se sit¨²e en la misma l¨ªnea de pensamiento. Y eso est¨¢ por ver.
Y es ah¨ª, en junio del 96, donde hay que situar a Herreros, que en esas fechas acabar¨¢ de cumplir 27 a?os (20-4-69), una edad en la que a un jugador que tiene asegurada su bonanza econ¨®mica le interesan tambi¨¦n otros aspectos. Y m¨¢s en el caso de un ganador como es el capit¨¢n estudiantil. "Mi continuidad o mi salida del Estudiantes depender¨¢, mas que de la oferta econ¨®mica, del futuro deportivo que me espere en uno o en otro equipo. Tengo hambre de triunfos y hasta ahora s¨®lo he obtenido una Copa del Rey. Para quedarme en el Estudiantes, lo que pido es que se forme un equipo fuerte que est¨¦ en los puestos altos de todas las competiciones. Y con claras posibilidades de ganar".
La puerta est¨¢, pues, entornada. Todos ya saben lo que exige el guardian de la llave: un equipo campe¨®n. Y, paradojas de la vida, para serlo nada m¨¢s f¨¢cil que tener a Herreros como estandarte.
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