Una pasi¨®n creadora: Rafael Dieste
Como viene haci¨¦ndose cada a?o para celebrar el D¨ªa de las Letras Gallegas, 1995 est¨¢ dedicado a Rafael Dieste, escritor y poeta, dramaturgo, ensayista, matem¨¢tico, m¨²sico, y se realizar¨¢n congresos, seminarios, homenajes, conferencias, en Galicia, Madrid, Ginebra, Lausana, Basilea, Par¨ªs.Los recuerdos se agolpan desde mis 17 a?os, hasta una tarde que, pase¨¢bamos por los Cantones de La Coru?a, me asombr¨® la real vitalidad de sus 82 a?os al decirme con la m¨¢s espont¨¢nea sinceridad: "Estoy deseando llegar a viejo, para saber lo que se siente". Hab¨ªamos iniciado nuestra amistad en la tertulia del Caf¨¦ de las Flores, presidida por su hermano Eduardo, fundador de la revista PAN (Poetas, Andantes y Navegantes), a la que acud¨ªan pintores, poetas, m¨²sicos, escritores y sindicalistas. Casi todos j¨®venes de la generaci¨®n del 27, reclamaban inmediatas y necesarias transformaciones est¨¦ticas, pol¨ªticas, sociales en aquella sociedad que s¨®lo aceptaba las tradiciones heredadas, oponi¨¦ndose, a toda idea de progreso, pues aquellos artistas ten¨ªan clara conciencia del presente dram¨¢tico que viv¨ªan. Y llegado el momento, se unieron con sus voces y acciones solidarias a la contienda m¨¢s tr¨¢gica espa?ola. Rafael Dieste formaba parte de las Misiones Pedag¨®gicas, ya en esos a?os. Durante la guerra civil fue uno de los fundadores de la revista Hora de Espa?a, y particip¨® en el Congreso de la Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia, en 1937. Profundo simpatizante de la izquierda, nunca milit¨® en ning¨²n partido, pues era tan enemigo de la simplista ortodoxia como de la heterodoxia dispersiva. Al terminar la guerra civil, huyendo de las represalias que acarre¨® la tr¨¢gica derrota, pas¨® a Francia con su mujer, Carmen Mu?oz, herida de metralla en un brazo, donde fue internado en un campo de concentraci¨®n. El poeta Pablo Neruda, entonces c¨®nsul general de Chile en Par¨ªs, logr¨® su libertad. Viajaron hasta Holanda y en el puerto de Rotterdam embarcaron rumbo a Buenos Aires. All¨ª, en la Editorial Atl¨¢ntica, dirigi¨® la colecci¨®n Literatura Gallega. M¨¢s tarde fue profesor de la Universidad de Monterrey (M¨¦xico), y a?os despu¨¦s dict¨® varios cursos de literatura espa?ola en la Universidad de Cambridge. Regresa a Espa?a el a?o 1962, alternando temporadas en Madrid, La Coru?a, la casa de Rianxo donde hab¨ªa nacido el 15 de enero de 1899, y en la que cerr¨® los ojos para siempre, cayendo por sus centenarias escaleras de piedra el 15 de octubre de 1981.
En el pueblo natal conform¨® sus primeras impresiones. Conversaba con labriegos, pescadores, y tanto se interes¨® por su lenguaje popular, que le pidieron escribiera algo para que ellos lo pudieran representar. As¨ª naci¨® Fiestra valdeira (Ventana vacia), una escenificaci¨®n del ambiente que le rodeaba. Continuando esta l¨ªnea popular, en Arquivos do trasno (Archivos del diablo) pinta la realidad, pero los cuentos no imponen la inmediatez cotidiana, conservan intacta una verosimilitud misteriosa, pues se han transmitido de boca a o¨ªdo con palabras que conjugan la verdad popular. Estas narraciones audiovisuales son como obra del diablo, al unir la evidencia visible con los fantasmas invisibles del sue?o. Lo que se cuenta tiene plena objetividad, cimiento de toda verdadera obra art¨ªstica.
Conversando una tarde en su casa, me dijo: "Yo sue?o mucho cuando duermo y tambi¨¦n de d¨ªa, pero no interpreto mis sue?os ni los psicoanalizo, que es una forma de descomponerlos". Los deja intactos como si fuesen reales. Es la clave para comprender Historias e invenciones de F¨¦lix Muriel y el secreto de su encantamiento. Los sue?os son recuerdos vividos y, a la vez, experiencia de sue?os deseados, exploraciones de la memoria, b¨²squeda del tiempo ido, del valle de la tierra virgen, relatos que se convierten de problema tierno en trascendente, al interiorizar el drama objetivado.
Rojo farol amante, poemas de lirismo sint¨¦tico tenso, liberados de intimismo subjetivo, realiza la poes¨ªa esencialista de objetos intelectuales, que anticipara Antonio Machado. La magia de la naturaleza culmina en el poema La monta?a, una simultaneidad de enfoques que condensan la belleza p¨¢nica del ¨¦xtasis.
Su teatro arranca de esta poes¨ªa conceptual y logra hacer pl¨¢stica la abstracci¨®n. Viaje y fin de don Front¨¢n evoca una moralidad medieval, con la solidez de dibujo tosco y violento del rom¨¢nico gallego. Obra metaf¨ªsica y simb¨®lica, representa el eterno drama entre padre e hijo. El padre encarna el se?or, propietario feudal en una Galicia primitiva; el hijo, heredero de las virtudes del padre, con su mismo af¨¢n de poder quiere independizarse de ¨¦l, ser tambi¨¦n amo, creador de su ser, generador de estirpes. El conflicto entre padres e hijos rebeldes podr¨ªa quedar abierto como ley natural, pero este drama encuentra soluci¨®n cuando el hijo, m¨¢s tarde, se reconoce tambi¨¦n padre. No es un mero drama cotidiano, tiene significaci¨®n universal: la rebeli¨®n del hijo llega a un final, "pavor de la semejanza cuando un peregrino ve en ¨¦l la misma carne de su padre. Y como en toda verdadera tragedia, nadie es culpable y todos lo son.
Al estallar la guerra civil, la abstracci¨®n po¨¦tica de su teatro se vuelve conciencia dram¨¢tica de la historia. Si don Front¨¢n representa la totalidad de una vida, sus farsas y comedias de la guerra muestran al hombre sumergido en el conflicto de su destino hist¨®rico. En Nuevo retablo de las maravillas, el juego m¨¢gico termina en castigo de las clases dominantes, que se encuentran por azar asistiendo a una entretenida comedia. Y, entre burlas y veras, se van diciendo verdades sonoras y profundas. Los personajes de Al amanecer, el arist¨®crata esc¨¦ptico, su hermana, fan¨¢tica beata, el militar y el obispo, instalados en un castillo para tejer los hilos de una conspiraci¨®n, est¨¢n caracterizados por su fuerte personalidad. Pero al fracasar las tentativas se caen todos a un tiempo, simbolizando el fin del mundo que representan. Por obra de la farsa, estos hombres enteros se descubren mu?ecos de trapo, criaturas de barro que se vuelven polvo al menor soplo de una revoluci¨®n. Su teatro se convierte as¨ª en mensajero de una ideolog¨ªa, portavoz de un combate dram¨¢tico, sin perder su poes¨ªa originaria. Y del signo abstracto pasa a la verdad desnuda, real, del teatro contempor¨¢neo portador de una nueva concepci¨®n del mundo.
La gravedad de los hechos se, esconde siempre, aun en los que parecen m¨¢s inocuos, como en Duelo de m¨¢scaras, donde la cortes¨ªa de una t¨ªmida reverencia desencadena la tragedia. "?Oh, qu¨¦ ligera es la eternidad!", exclama don Juan agonizando, pues muere a consecuencia de ella. Quebranto de do?a Luparia escenifica los problemas de unos personajes que sienten un amor puro, sencillo, natural, como Hern¨¢n y Dorotea. "?Es tan dif¨ªcil conocer la verdad en el amor!", pero al final triunfa sobre las intrigas, tapujos y alcahueter¨ªas de do?a Luparia.
La narrativa de Rafael Dieste es plat¨®nica, pero tambi¨¦n dial¨¦ctica, pues aunque el tiempo mana de un punto fijo, sus relatos incitan a trascenderlo, superar lo establecido, el conformismo, y ascender a la idea, ese sol de justicia en que nos sumerge, o encontrar la verdad de nuestro ser. B¨²squeda que exige paciencia y espacio de tiempo desde el peregrinaje al retorno, con saltos, ca¨ªdas, desgarramientos.
Como le mueve un ¨ªmpetu hacia la verdad, desemboca en la revoluci¨®n ideal, que no la entiende sue?o irrealizable, y tambi¨¦n investigaci¨®n de la realidad de su tiempo. Idealismo b¨¢sico que es conciliable con la dial¨¦ctica innovadora para crear un mundo diferente, esperanzador, un destino universal.Carlos Gurm¨¦ndez es ensayista, autor de Tratado de las pasiones.
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