El asesino de Budiaf recurrir¨¢ contra la pena de muerte
La pena de muerte dictada por un tribunal de Argel a ¨²ltima hora de la noche del s¨¢bado contra el subteniente Lambarak Bumaarafi como autor del asesinato del presidente argelino Mohamed Budiaf, cometido en junio de 1992, ser¨¢ recurrida ante la Corte Suprema por el abogado del procesado, Mustaf¨¢ Buchachi, de 41 a?os.El letrado Buchachi, natural de Jijel, es un propagandista de los derechos humanos formado en las universidades de Argelia y del Reino Unido, catedr¨¢tico de Derecho Internacional y de los Derechos del Hombre en la Universidad de Argel. Se incorpor¨® al proceso de Lambarak Bumaarafi la semana pasada, cuando el juicio se encontraba ya en la recta final. Con su presencia llenaba el vac¨ªo dejado por el antiguo equipo de abogados defensores, nombrados de oficio, que decidieron abandonar el juicio por discrepancias graves con el acusado.
"Al principio sent¨ª miedo. Un periodista amigo me llam¨® por tel¨¦fono hace dos semanas para advertirme que Bumaarafi pensaba designarme como abogado defensor. Pens¨¦ que no eran maneras de anunciarme este tipo de cosas. Pens¨¦ negarme. Sin embargo, cambi¨¦ de idea el s¨¢bado 27 de mayo, cuando recib¨ª una carta del propio Bumaarafi escrita desde la prisi¨®n de Serkayi. Me ped¨ªa su ayuda. Entonces decid¨ª asumir su defensa por razones humanitarias y profesionales", afirmaba Buchachi en Argel el pasado jueves. Mustaf¨¢ Buchachi, profesor de Derecho en la Universidad de Argel, en el Instituto de la Magistratura, publicista y animador en la radio de un programa de divulgaci¨®n del derecho, es un abogado conocido por su independencia y su valent¨ªa.
Ha venido defendiendo en los ¨²ltimos a?os a numerosos periodistas, pero tambi¨¦n ha asumido los intereses del ex partido ¨²nico Frente de Liberaci¨®n Nacional (FLN) e incluso de militantes islamistas acusados de delitos de terrorismo, entre ellos el n¨²mero tres del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS), Abdelkader Hachani.
Condiciones
"Cuando recib¨ª la carta de Bumaarafi lo primero que hice fue ir a visitarle a la prisi¨®n de Serkayi. Le puse mis condiciones y le dije que s¨®lo estaba dispuesto a hacerme cargo de su defensa si los magistrados estaban de acuerdo en revisar el proceso y empezar de nuevo, de cero, repitiendo todos los interrogatorios y actuaciones que se hab¨ªan hecho sin defensores. Fue muy comprensivo. Lo entendi¨® enseguida", recalca el letrado.Buchachi se hizo cargo oficialmente de la defensa el pasado jueves, pero abandon¨® precipitadamente la corte de Argel pocos minutos despu¨¦s de entrar en la sala. Fue un acto de protesta por la decisi¨®n de los magistrados, que le negaron un aplazamiento del juicio hasta el pr¨®ximo mes de septiembre para poder estudiar as¨ª los 1.500 folios de que se compone el sumario. Reconoci¨® que se trataba de una retirada estrat¨¦gica.
"He dejado el juicio, pero no el proceso ni a mi cliente. Cuando acabe el juicio y dicten sentencia iremos al Supremo. Pediremos la anulaci¨®n de la sentencia dictada por el tribunal de Argel y la repetici¨®n del juicio, incluida la declaraci¨®n de los testigos", declar¨® entonces. "Se han producido multitud de irregularidades que invalidan la vista, pero la m¨¢s grave es la de haber celebrado la mayor parte del juicio sin la presencia de la defensa. La jurisprudencia argelina es clara y tajante en ¨¦sto. Si se respetan las leyes, el Supremo ordenar¨¢ repetir todo el juicio. Desde el principio".
El jueves pasado, mientras Mustaf¨¢ Buchachi dejaba a sus espaldas el Palacio de Justicia de Argel y descend¨ªa por las escaleras de m¨¢rmol del inmueble, resonaban por los pasillos las palabras indignadas del fiscal, que vociferaba en medio de la sala pidiendo la aceleraci¨®n del proceso. Los argumentos del ministerio p¨²blico fueron contundentes. La sala le dio la raz¨®n y a pesar de la ausencia del defensor el juicio continu¨® su curso. Todo acab¨® el s¨¢bado a ¨²ltima hora de la tarde con una pena de muerte.
El condenado Lambarak Bumaarafi, que durante un mes permaneci¨® atrincherado en la caja de los acusados, fue devuelto a la prisi¨®n de Serkayi. Su cabeza, tan inexpresiva como ¨¦l resto de su cuerpo, s¨®lo resucitaba de vez en cuando, habitualmente al finalizar cada una de las sesiones. Entonces se levantaba de su asiento y de pie, como si fuera un actor de teatro, saludaba y sonre¨ªa al p¨²blico. Parec¨ªa como si se burlara de Argelia.
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