El juez imputa a tres guardias civiles un delito de lesiones en una detenci¨®n

El Juzgado de Instrucci¨®n numero 3 de Coslada imputa a tres guardias civiles de Mejorada del Campo (15.000 habitantes) supuestos delitos de lesiones y detenci¨®n ilegal en el arresto, el 22 de octubre de 1993, de Antonio Avil¨¦s Valdueza, de 28 a?os. Cada uno de estos agentes -dos de patrulla y uno de puertas- ha tenido que pagar una fianza de 300.000 pesetas para obtener la libertad provisional.El juez implica tambi¨¦n a un sargento -comandante de puesto en la fecha del suceso- por su presunta dejaci¨®n ante los malos tratos, seg¨²n fuentes cercanas al caso. Avil¨¦s, en su denuncia, sostiene que fue detenido ilegalmente, lesionado y sometido a coacciones. La Asociaci¨®n contra la Tortura est¨¢ personada en la causa. Ninguno de los agentes imputados presta ya servicio en Madrid.
PASA A LA P?GINA 5
Los guardias sacaron de su casa al detenido por una multa de tr¨¢fico
VIENE DE LA P?GINA 1La decisi¨®n judicial ha causado sorpresa en la Guardia Civil. Tras una primera toma de declaraciones en marzo, el caso fue archivado. El recurso de la Asociaci¨®n Contra la Tortura, apoyado por el fiscal, reabri¨® lo que parec¨ªa un sumario abocado al olvido. Las ¨²ltimas manifestaciones de los agentes, sin embargo, han arrojado nuevas sombras sobre lo sucedido aquella noche de octubre. Por primera vez declararon el sargento y uno de los agentes de la patrulla. Adem¨¢s, los guardias han insistido en que durante la detenci¨®n no se produjo forcejeo alguno, lo que traslada el origen de los supuestos golpes al cuartel de la Guardia Civil de Mejorada de Campo. ?Qu¨¦ pas¨®?
Avil¨¦s mantiene que a medianoche del 22 de octubre, dos agentes de la Guardia Civil -uno de paisano- fueron a buscarle a su domicilio. Le acusaban de haber infringido la ley al conducir temerariamente. Avil¨¦s contest¨® que se trataba de un error. El guardia uniformado, seg¨²n la versi¨®n del denunciante, le solt¨®: "Antonio, eres un cabr¨®n". Despu¨¦s entr¨® en la casa. Se desataron los empujones y agarrones.
Una vez en la calle, Avil¨¦s fue puesto contra la pared y esposado. Tres polic¨ªas municipales se personaron en el lugar. La madre del detenido intent¨® evitar que se lo llevasen al cuartelillo. Su deseo, siempre a tenor de la querella, choc¨® con los empellones de los agentes. Avil¨¦s, al ver a su madre maltratada, estall¨®. Un guardia sac¨® su pistola reglamentaria. El detenido fue conducido al cuartel.
Firmar "por cojones"
El relato del denunciante prosigue: "En el cuartel empiezan a golpearme, propin¨¢ndome pu?etazos y patadas, hasta que uno grita que se estaban pasando". La Asociaci¨®n Contra la Tortura asegura que en el momento de la agresi¨®n se encontraba presente un sargento.
Avil¨¦s sostiene que tras ser golpeado le obligaron a firmar por cojones" un papel, sin informarle de su contenido. Ten¨ªa, supuestamente, un labio partido y la camisa ensangrentada. Despu¨¦s, fue trasladado al centro m¨¦dico de la localidad, donde "a expensas de las ¨®rdenes dadas por los guardias civiles, el m¨¦dico certifica que [Antonio] no ten¨ªa lesi¨®n", siempre seg¨²n la denuncia. Tanto el hermano del detenido como su abogado, que le vieron en el centro, afirman lo contrario.Los guardias, defendidos por un abogado del Estado, han negado las imputaciones y mantienen su inocencia. Un agente lleg¨® a se?alar que el detenido estaba embriagado y reconoci¨® que Avil¨¦s sufr¨ªa un peque?o corte en el labio.
Los partes m¨¦dicos que obran en poder de la asociaci¨®n y realizados despu¨¦s de la puesta en libertad del detenido indican que Avil¨¦s sufri¨® perforaci¨®n del t¨ªmpano izquierdo, contusiones m¨²ltiples y p¨¦rdida de movimiento en el codo izquierdo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
