La juez dispone de la cuerda y el nudo utilizados para ahorcar a Anabel Segura
La autopsia que se efectu¨® al cad¨¢ver de Anabel Segura revela que ¨¦sta muri¨® ahorcada. La juez, de hecho, tiene en su poder el nudo cortado en su base, y la cuerda con que fue ahorcada de una viga que sobresal¨ªa de la pared de uno de los habit¨¢culos de la extinta f¨¢brica de cer¨¢mica de Numancia de la Sagra (Toledo), entre cuyos escombros fue hallado el cad¨¢ver, seg¨²n fuentes judiciales. El sumario cuyo secreto fue levantado el mi¨¦rcoles, no aclara qui¨¦n facilit¨® la pista inicial que condujo a la polic¨ªa hasta los asesinos de Anabel. S¨ª contiene, en cambio, una retah¨ªla de extra?as f¨¢bulas de personas que dec¨ªan conocer el paradero de Anabel y el de los secuestradores.
Los forenses determinaron que una parte del cad¨¢ver estuvo enterrada y otra expuesta a la intemperie durante alg¨²n tiempo. Los presuntos asesinos confesaron que tras matarla arrojaron el cuerpo a un hoyo que hab¨ªa en la f¨¢brica. Se supone que el cuerpo qued¨® totalmente enterrado al ser derruida esta industria cuando Anabel llevaba muerta aproximadamente un a?o.Los forenses apreciaron tambi¨¦n que varios huesos del cuerpo estaban rotos, pero ello no indica, en principio, que la chica hubiese sido torturada; m¨¢s bien, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, ello se debe a las tareas de rescate de la excavadora que destap¨® el cuerpo entre las ruinas de la f¨¢brica. Tambi¨¦n cabe atribuir a los dientes de la excavadora el hecho de que, junto con el cad¨¢ver, apareciera el traje de ba?o que llevaba Anabel el d¨ªa en que se top¨® en el camino homicida de sus secuestradores: Emilio Mu?oz Guadix y C¨¢ndido Ortiz, Candi, ambos de 35 a?os. "En el sumario no hay ning¨²n dato ni testimonio que induzca a pensar que Anabel fue violada", coinciden en se?alar los abogados personados en el sumario consultados por este peri¨®dico.
La polic¨ªa tambi¨¦n neg¨® desde el principio la existencia de agresi¨®n sexual. "La autopsia no dice nada al respecto, si bien la ausencia de partes blandas en el cad¨¢ver ha impedido constatarlo", seg¨²n fuentes policiales. Adem¨¢s, la juez de Illescas (Toledo) que instruye el crimen s¨®lo imputa detenci¨®n ilegal y asesinato a Emilio y a C¨¢ndido. Pero no hace ninguna menci¨®n a otro tipo de delitos.
'Pinchazo' telef¨®nico
El sumario -cuyo secreto se levant¨® el mi¨¦rcoles y consta de 22 tomos- no aclara de qui¨¦n parti¨® la pista inicial y fiable que condujo a la polic¨ªa a la detenci¨®n del transportista Emilio Mu?oz y del fontanero C¨¢ndido Ortiz encarcelados en la actualidad por el secuestro y asesinato de la chica. Tambi¨¦n est¨¢ entre rejas por este motivo, en la c¨¢rcel de Soto del Real, Felisa Garc¨ªa Campuzano, esposa de Emilio. La juez le acusa de haber cooperado en la trama. Fue Felisa quien simul¨® en una cinta la voz de Anabel para hacer creer a la familia Segura que la chica segu¨ªa viva y que deb¨ªa entregar 150 millones de pesetas a cambio de su liberaci¨®n.S¨ª figura en el sumario una petici¨®n de la polic¨ªa al juzgado de Alcobendas para intervenir el tel¨¦fono del domicilio de Pantoja (Toledo) en el que habitaban Emilio y Felisa. La polic¨ªa justifica su petici¨®n en que "fuentes fidedignas" le han informado de que Emilio estaba detr¨¢s del secuestro y asesinato de Anabel, indicaron ayer los citados medios.
Figura tambi¨¦n una conversaci¨®n telef¨®nica que mantienen Felisa Garc¨ªa y Alfonso Mu?oz, hermano de Emilio. Durante la conversaci¨®n, Alfonso comenta a Felisa que la acci¨®n de Emilio "es imperdonable". Felisa asiente, comenta que Emilio la tiene "aterrorizada" y pide a su interlocutor que no hable por tel¨¦fono de ese tema.
Lo que no se aclara en las diligencias es c¨®mo la polic¨ªa llega hasta Alfonso y le presiona para que telefonee a su cu?ada y saque a relucir el tema. Esa conversaci¨®n fue clave para la detenci¨®n de Emilio, Felisa y Candi.
El rapto, la persona que se baj¨® de la furgoneta e introdujo dentro por la fuerza a Anabel Segura, cuando ¨¦sta hac¨ªa ejercicio en la urbanizaci¨®n de La Moraleja, fue Emilio Mu?oz, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas.
Tambi¨¦n existen dudas, porque los dos principales encausados se contradicen, sobre qui¨¦n de ellos -o si fueron ambos- ejecut¨® el ahorcamiento. Candi, el fontanero, asegura que el autor material fue Emilio, y ¨¦ste, que fueron los dos.
En el careo al que fueron sometidos por la juez a finales de febrero no se pusieron de acuerdo. Emilia Zaballos, abogada de Emilio Mu?oz, sostiene que el crimen lo ejecutaron ambos "al 50%" de participaci¨®n. Y lo explica: "Es imposible que eso pudiera hacerlo una persona sola".
Ruidos
El auto de procesamiento atribuye a Felisa Garc¨ªa, esposa de Emilio, haber colaborado en los hechos, pues consta que Felisa simul¨® la voz de Anabel en la grabaci¨®n enviada a la familia. Efectu¨® la grabaci¨®n, amenazada por su marido, seg¨²n ella, en la furgoneta Ford Courier que su esposo y Candi utilizaron para el secuestro. La polic¨ªa, con t¨¦cnicas muy avanzadas analiz¨® la cinta y not¨® el ruido de un timbre y la voz de un ni?o, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas. El matrimonio tiene cuatro hijos; e1 mayor, de 17 a?os, y el menor, de cuatro. Todo indica que, mientras Felisa grababa la cinta, alguien llam¨® al timbre de su casa. La furgoneta, propiedad de su marido, estaba en el garaje de la vivienda que el matrimonio posee en Pantoja, y que va a ser embargada por orden de la juez para hacer frente a las fianzas impuestas.En el careo que Felisa y su mando mantuvieron en febrero, Emilio la exculp¨®. Aleg¨® que la hab¨ªa amenazado para que suplantase la voz de Anabel. Sin embargo, d¨ªas despu¨¦s, Emilio compareci¨® otra vez ante la juez y se retract¨®. Dijo que Felisa lo sab¨ªa todo desde el principio y actu¨® voluntariamente. La juez le cree, pues asegura que Felisa sab¨ªa que Anabel estaba muerta cuando grab¨® la cinta. Una presa, amiga de Felisa en la c¨¢rcel de Brieva (?vila), testific¨® a la juez que ¨¦sta era culpable y que su objetivo era huir de Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.