Lo que hay que hacer

, Un interesante festejo en noche de c¨¢lida temperatura veraniega vimos el s¨¢bado, y a un novillero que repet¨ªa actuaci¨®n, ganada en el mismo coso en donde volvi¨® a alegrar al respetable con su entrega y valerosas faenas. Su nombre es Luis Mariscal y llega desde Sevilla. Entre la chavaler¨ªa, que entraba gratis si iba acompa?ada, alg¨²n infante tomar¨ªa nota de lo que hay que hacer para triunfar en el ruedo.A su primero, Luis Mariscal lo recibi¨® de rodillas, a porta gayola, con un vibrante farol, y despu¨¦s dio lances a la ver¨®nica decididos y calentones. Y en su faena de muleta, comenz¨® cambiando el viaje por la espalda hasta dos veces, a su noble y colaborador burel. Una primera serie mandona de redondos, y luego se acopl¨® en el toreo al natural, e interpret¨® bien el pase, en series ligadas. Se adorn¨® Luis Mariscal con variedad y, antes de entrar a matar, reanim¨® la faena a base de un circular por la espalda y otros recursos toreros.

El novillero sevillano, de saludo a su segundo novillo, le propin¨® en total cuatro faroles de rodillas, para despu¨¦s torear de manera aceptable la la ver¨®nica. Fue a reventar, y consigui¨® que los tendidos le aclamaran. En su trasteo de muleta, volvi¨® a tirar bien del pit¨®n izquierdo del novillo, ¨²nico potable, y luego peg¨® un borr¨®n al manejar mal la espada. Ahora se lamentar¨¢.

Agust¨ªn Serrano, a pesar de su edad, est¨¢ poco toreado, y se le not¨® en el momento de utiliza r los enga?os. Pero puso voluntad y tambi¨¦n su estilo, A su primero, parado, poca agua le pudo sacar. Y en su segundo, que met¨ªa bien la cara, se dobl¨® con marchoser¨ªa en el principio de faena, y lleg¨® a dar pases sueltos con regusto: tal derechazo, un trincherazo, que la afici¨®n aplaudi¨®. En ese novillo, El Boni breg¨® de capote de forma ejemplar y necesaria.

Alberto Manuel es un novillero con estilo, de buen corte, que realiz¨® dos faenas bien comenzadas, que luego fueron a menos, por las condiciones de sus novillos y por la tendencia a retrasar la muleta. Los adornos, cambios de mano y trincherillas que dio Alberto Manuel tuvieron garbo y excelente aire. Sufri¨® una voltereta sin consecuencias al entrar a matar al novillo que abri¨® plaza, y tuvo m¨¦rito que al final recetara un espadazo por arriba al dif¨ªcil burel.