Misa diaria y 'caja b'
Un empleado de banca muy religioso sustrae cientos de millones a monjas y jubilados
Era un hombre relig¨ªoso -"de misa diaria", seg¨²n quienes le conocen- y un empleado tan fiel que durante a?os la entidad donde trabajaba, Caja Espa?a, le encomend¨® la misi¨®n de captar fondos de instituciones religiosas y jubilados. Actualmente el juez imputa a Antonio S., de unos 50 a?os, haber creado una caja b, opaca al fisco, y dilapidar los ahorros -tasados en cientos de millones de pesetas- de varios conventos de monjas y de un grupo de jubilados.Todo empez¨® casualmente, cuando un cliento pidi¨® el saldo mientras Antonio estaba de vacaciones. De momento, Caja Espa?a, responsable civil subsidiaria, le ha despedido y ha tenido que avalar la fianza de 1.000 millones de pesetas que impuesta por un juez de Madrid para afrontar los desmanes econ¨®micos. Antonio S. sali¨® hace dos meses de la c¨¢rcel a la espera del juicio, tras seis meses de cautiverio provisional. El paradero del dinero sigue siendo una inc¨®gnita, seg¨²n fuentes cercanas a la investigaci¨®n. Fuentes jur¨ªdicas sospechan que Antonio prest¨® ese dinero a amigos en apuros y luego no pudo recuperarlo. Cuando un compa?ero de Caja Espa?a le inquiri¨® sobre el destino dado a los millones, se limit¨® a decir: "Dios me lo perdonar¨¢". Este peri¨®dico ha intentado infructuosamente dialogar con ¨¦l.
Caja Espa?a, exculpada de responsabilidad por su ex empleado, cifra en unos 400 millones el dinero desaparecido, 600 millones menos que los fijados por el juez en concepto de responsabilidad civil subsidiaria. La entidad ha presentado un recurso de apelaci¨®n por considerarla excesiva. Las irregularidades se produjeron entre 1993 y 1995.Seg¨²n las pesquisas, Antonio aprovech¨® "sus antiguos y estrechos lazos de amistad con instituciones religiosas" y logr¨® captar muchos millones. Les ofrec¨ªa intereses superiores a los del mercado, "entre el 12% y el 13%". Unas veces facilitaba resguardos a sus clientes con membrete de la caja, y otras justificaba los dep¨®sitos con el ¨²nico aval de su firma. Funcion¨® as¨ª durante muchos meses, hasta que fue descubierto al ausentarse por vacaciones.
A ra¨ªz de una consulta de saldo solicitada por un cliente, Caja Espa?a descubri¨® la dimensi¨®n del agujero: 120 millones de pesetas de un convento madrile?o dedicado a la educaci¨®n, 40 millones entregados por las monjas de un convento de clausura de Cuenca, otros 200 millones de una jubilada madrile?a... "Y sospechamos que hay gente que le entreg¨® dinero y que no se han enterado del esc¨¢ndalo", aseguran. .
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