400 millones envainados
Qu¨ªmicos de la Complutense descubren un valios¨ªsimo sable persa en el Museo del Ej¨¦rcito

Hasta hace unas semanas pasaba inadvertido en una de las vitrinas de la sala ¨¢rabe del Museo del Ej¨¦rcito. Era un sable m¨¢s, una pieza damasquinada en Toledo cuyo valor, seg¨²n cuentan los expertos, era de unos seis millones de pesetas. Dorm¨ªa desde finales del siglo XIX al lado de varias pistolas de chispa marroqu¨ª, sables y dagas. Hasta que unos qu¨ªmicos de la Universidad Complutense lo despertaron y descubrieron su aut¨¦ntico valor.De ser el patito feo ha pasado a convertirse en una de las piezas m¨¢s valiosas del Museo del Ej¨¦rcito. Un equipo de cient¨ªficos de la Facultad de Qu¨ªmicas de la Universidad Complutense, que actualmente realiza un estudio sobre todas las armas de este centro, descubrieron,. restauraron y catalogaron este sable, que perteneci¨® al sult¨¢n Mehemet Al¨ª y fue donado al museo por un capit¨¢n de Artiller¨ªa en el a?o 1848, como de "Ieg¨ªtimo acero" de Damasco, uno de los m¨¢s apreciados por su temple y su fuerza.
La pieza, explica uno de los restauradores, el profesor Antonio Jos¨¦ Criado, est¨¢ datada en el a?o 1465, decorada con damasquinados en oro puro, y la hoja, de color mate gris¨¢ceo, a diferencia de otros aceros, tiene dibujadas unas vetas serpenteantes. Conocidos estos datos, su valor se ha disparado: el sable tiene ahora un precio de 400 millones de pesetas.
Por encima s¨®lo cotizan dos piezas de la colecci¨®n del museo: con 1.000 millones de pesetas, la c¨¦lebre espada Tizona, utilizada por El Cid Campeador y cedida al museo por el marqu¨¦s de Falces; y con 500 millones, la espada Gineta, que perdi¨® Boabdil en Lucena (C¨®rdoba).
"Este arma es ¨²nica. Tiene una perfecci¨®n y belleza insuperables. Es capaz de cortar la seda al vuelo con un corte limpio e impecable", resume el profesor de Qu¨ªmica Juan Antonio Mart¨ªnez, que ha bautizado el sable con el nombre de su propietario m¨¢s c¨¦lebre, el guerrero Mehemet Al¨ª. Con la ayuda de historiadores de la Complutense, el sable, adem¨¢s de valor monetario, ha recuperado su propia biograf¨ªa. Ahora se sabe que fue elaborado en el taller de uno de los herreros persas m¨¢s famosos de la ¨¦poca, Asad Allad Isfahani (en castellano, El Le¨®n de Dios). Y que acompa?¨® a Mehemet Al¨ª al frente de las tropas albanesas que combatieron contra el ej¨¦rcito de Napole¨®n en Egipto.
Un corte en la parte central de la hoja demuestra que la espada fue partida en alguna batalla. Los expertos creen que con el sable cay¨® el propietario. Porque un caballero, dicen los especialistas, jam¨¢s entregaba el arma: se rend¨ªa con ella. El aut¨¦ntico acero de Damasco, cuenta la leyenda, tiene un secreto: hab¨ªa que clavarlo en un esclavo musculoso, que contagiaba su fuerza al sable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
