El apellido

Como mujer espa?ola he de reconocerme satisfecha ante el hecho de que las leyes de mi pa¨ªs no me hagan tener que adoptar ¨¦l apellido del hombre al contraer matrimonio, pudiendo seguir llam¨¢ndome de la misma forma durante toda m¨ª vida; pero lo que ya no me parece tan bien, vamos, que nada bien ni l¨®gico, es que, al nacer una criatura, el primer apellido que se le pone es el del padre, pudi¨¦ndose dar el caso de que ¨¦ste no sea el verdadero autor gen¨¦tico del beb¨¦, lo que supondr¨ªa que el ni?o llevar¨ªa toda su vida un primer apellido falso.La maternidad de un ser vivo es siempre, indudable e incuestionablemente, atribuible a la hembra, y de hecho los hijos de madres solteras llevan los dos apellidos de la madre, lo cual algunas feministas radicales podr¨ªan considerar discriminatorio.

Pero a lo que iba. ?Qui¨¦n sino la mujer ha contribuido exclusivamente a la formaci¨®n y desarrollo f¨ªsico del feto, debiendo durante nueve meses cuidar su propia alimentaci¨®n y su estado de salud m¨¢s que nunca en beneficio del nuevo ser, teniendo o debiendo al menos privarse muchas veces de h¨¢bitos que podr¨ªan incidir negativamente en el desarrollo feliz de la criatura, como pudieran ser el tabaco o el alcohol?

?Qui¨¦n sino ella es la que sufre los atroces dolores del parto hasta poner a veces en peligro su propia vida? No soy ninguna feminista ultra; soy sencillamente una mujer que es madre y que opina que es el apellido de la madre el que deber¨ªa figurar el primero en el nombre completo de sus hijos, porque, tal como viene ocurriendo, despu¨¦s de tantas fatigas, su apellido acaba perdi¨¦ndose tan s¨®lo tras dos generaciones-