Tristeza, pesimismo y miedo en Eibar y Ermua

Cerca de 2.000 personas abarrotaron en la medianoche de ayer la plaza del Cardenal Orbe de Ermua (Vizcaya), el pueblo de Miguel ?ngel Blanco, que se qued¨® a oscuras, con la sola luz de las velas. Con la familia del secuestrado sentada en el centreo, una nube de velas encendidas y un completo silencio llenaron el centro de la poblaci¨®n vizca¨ªna. Durante una hora, miles de personas permanecieron sin decir palabra y con una vela entre sus manos. Durante todo el d¨ªa, tanto Ermua (17.000 habitantes), como Eibar (Guip¨²zcoa, 31.000 habitantes), el pueblo en el que trabaja Miguel Angel, vivieron una jornada de solidaridad, tristeza, pesimismo y miedo, mucho miedo.

A la una de la madrugada, justo una hora despu¨¦s de que comen zara la protesta, un estruendoso y largu¨ªsimo aplauso interrumpi¨® el silencio para dar paso a un grito: "Libertad", que profirieron los all¨ª concentrados. La familia de Miguel ?ngel pernoct¨® en la plaza acompa?ada de decenas de vecinos.Un grupo de unos 50 j¨®venes se encerr¨® simb¨®licamente en el Ayuntamiento de Ermua para exigir la puesta en libertad de Blanco. Otro. grupo, ¨¦ste m¨¢s reducido y perteneciente a un grupo cultural de la ¨®rbita radical, tambi¨¦n pas¨® la noche exigiendo a ETA que no matara a Miguel ?ngel y al Gobierno que reagrupara a los presos vascos en Euskadi.

"Los que somos normales estamos acogotados. No podemos decir ni nombrar que somos espa?oles, y soy navarra. Son unos canallas", aseguraba ayer con indignaci¨®n Mar¨ªa Luisa D¨ªez P¨¦rez, de 81 a?os. Su angustia era compartida por la gente que estaba a su alrededor en la concentraci¨®n de la una de la tarde frente al ayuntamiento de Eibar (Guip¨²zcoa). Sin embargo, pocos se atreven a dar el nombre. Mar¨ªa Luisa lo da porque "soy vieja y poco importa".

"Antes no se pod¨ªa hablar por el franquismo y ahora por culpa de ¨¦stos", se?alaba una quiosquera de Eibar. Los dos pueblos de Miguel ?ngel Blanco Garrido, Ermua, el suyo de siempre, y Eibar, el de su trabajo, trataban de asimilar la desgracia que estaban viviendo y combatirla. El lazo azul se vio a lo largo del d¨ªa cada vez en m¨¢s solapas.

El secuestro era el tema central de conversaci¨®n. En todas partes, salvo en la Herriko Taberna, sede social con bar de Herri Batasuna, se alud¨ªa a lo sucedido como una "barbaridad". Algunos iban incluso m¨¢s lejos y en tono desafiante advert¨ªan a los radicales de Ermua: "En el pueblo sabemos qui¨¦n monta estas broncas y son cuatro. Hasta ahora hemos convivido tranquilamente, pero si a Miguel ?ngel le pasa algo puede haber m¨¢s que palabras".

Las reacciones espont¨¢neas de la gente y su sentir se entremezclaban con la incesante tarea pol¨ªtica en la zona. A la una de la tarde, frente a los dos ayuntamientos, unas 600 personas en total se concentraban en silencio para pedir la libertad de Blanco. Mientras el alcalde de Ermua, Carlos Totorica, hablaba de "esperanza", su colega de Eibar, tambi¨¦n socialista, l?aki Arriola, hac¨ªa un llamamiento al pueblo para que llevaran a sus amigos y familiares a las manifestaciones y concentraciones.

Los dos ayuntamientos condenaron el secuestro y, como es tradicional, no se cont¨® con el apoyo de los concejales de Herri Batasuna. El ayuntamiento de Ermua, adem¨¢s, suspendi¨® las fiestas del pueblo. Un acto de solidaridad que lleg¨® pr¨¢cticamente a la misma hora -pasadas las tres de la tarde- que la hermana de Miguel ?ngel, que se encontraba de vacaciones en el Reino Unido. Todo pasaba ayer r¨¢pido en la zona del Bajo Deba. El tiempo jugaba en contra y no quedaba m¨¢s remedio que intentarlo todo. Sin embargo, al final lo m¨¢s duro era el desconsuelo. "Esto pasado ma?ana se ha olvidado. Ya no es rabia o impotencia, lo que nos da es asco. Que se vayan a la mierda y nos dejen vivir en paz", comentaban en la Casa del Pueblo del PSE-EE en Eibar.

Una opini¨®n que no compart¨ªan en la Herriko Taberna del mismo pueblo: "Cada uno tiene su propio criterio y respetamos ambos. A unas cosas se les da mucho bombo y a otras no. Cada uno utiliza las armas que tiene". Y tambi¨¦n: "Adem¨¢s, parece que a Mayor Oreja le importa poco esta persona. Se lo van a cargar despu¨¦s de las declaraciones que hizo ayer [por anteayer] A todos nos interesa que le suelten, pero si no traen a los preso, es para pens¨¢rselo". La opini¨®n en el otro bar-sede pol¨ªtica de Eibar, el batzoki del PNV, era completamente opuesta: "Han ido a por la v¨ªctima m¨¢s f¨¢cil, sin guardespaldas, siempre hac¨ªa el mismo recorrido. Lo ten¨ªan a pelo. La gente se queda muda con estas cosas. O cede alguien o va a pasar como con el nazismo en Alemania".