Un trabajo perdido
No gust¨® esta versi¨®n de La tempestad en Madrid. Quiz¨¢ le han faltado ensayos en castellano a esta versi¨®n, creada originalmente en catal¨¢n, y el problema no es s¨®lo de la m¨²sica, de la entonaci¨®n o la pronunciaci¨®n de acentos: es el de que no es comprensible muchas veces, a lo cual ayudan los neologismos de la traducci¨®n, que acompa?an a los que del vestuario ha mandado hacer el director, y de un tono mariquita bastante general en todo, que se acent¨²a por convertir al gracioso, y probablemente asexuado Ariel, en una loca a veces travestida y carente de delicadeza (el actor que ha sido dirigido as¨ª, se llama o se hace llamar en el reparto, Pirindollo).No ha tenido suerte hasta ahora en Madrid este director catal¨¢n, Calixto Bieito, que goza en Barcelona de un prestigio sin duda merecido, y tan internacional como para llevarle a dirigir en el Festival de Edimburgo algo tan madrile?o como La verbena de la Paloma.
La tempestad
La tempestad, de William Shakespeare, versi¨®n de Miquel Desclot.Int¨¦rpretes Hermann Bonnin, Francesc Garrido, Ferm¨ª Reixach, Toni Sevilla, Xavier Ripoll, Camilo Garc¨ªa, Eduard Fern¨¢ndez, Manuel Dueso, Alexis Vald¨¦s, Miquel Gelabert, Savina Figueras, Pirindollo, Miquel Gelabert. M¨²sica de Llu¨ªs Vidal, escenograf¨ªa de M¨®nica Quintana, vestuario de Merc¨¦ Paloma, iluminaci¨®n de Xavi Clot. Direcci¨®n de Calixto Bieito. Festival de Oto?o. Teatro Alb¨¦niz. Madrid.
Disgusto
Atribuyo principalmente a esta mala vocalizaci¨®n de los actores, a la que se suman las escasas condiciones de audici¨®n del teatro, el disgusto que expresaron con los pies algunos espectadores, y principalmente a la tibieza de los aplausos: aqu¨ª el teatro catal¨¢n gusta siempre, desde las representaciones sin palabras hasta los textos mas delicados de Flotats o del Lliure.
Esta obra de William Shakespeare se ha visto muchas veces en Madrid, hecha aqu¨ª, con dificultades: parece que los directores encuentran que la conciencia se mantiene libre al interpretar a Shakespeare con toda clase de aditamentos propios: m¨¢s en busca de su propia gloria que por el placer el gran texto.
Ahora es una obra muy recurrida en todo el mundo: algunos estudiosos encuentran que representa a Shakespeare mejor que cualquier otra por la mezcla de lo sobrenatural con la peque?a vida de amores y reyes, de naufragios y de p¨¦rdidas.
Se analizan los personajes de Caliban y de Ariel como formas de creencia espiritual: aqu¨ª quedan como un timo que se arrastra por los suelos muerto de miedo y como un "mariquita del sur" en busca de su azotea.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.