Una turba lincha a machetazos a dos personas acusadas del secuestro de cuatro ni?os en M¨¦xico
Los m¨¢s b¨¢rbaros entre el populacho de Huejutla, en el Estado mexicano de Hidalgo (centro), propon¨ªan desollarlos o, en su defecto, caparlos como a cerdos. Desde las filas menos crueles de la turbamulta se inst¨® a una ejecuci¨®n r¨¢pida, y ning¨²n padre de familia pidi¨® clemencia cuando, en una plaza de la Revoluci¨®n mexicana, Jos¨¦ Santos y Salvador Vald¨¦s fueron acabados a golpes y machetazos y colgados del palo mayor. Dos d¨ªas despu¨¦s de haber sido detenidos como secuestradores de cuatro ni?os estaba claro que ninguno de los dos hab¨ªa de recibir en vida los santos ¨®leos.
Soliviantados por el anuncio de su liberaci¨®n, azuzados por las cu?as justicieras de una emisora, y habi¨¦ndose propalado que el destino de los colegiales hubiera sido un burdel de menores de Tejas, cientos de vecinos asaltaron de madrugada el juzado de Huejutla y, sin escuchar los ruegos del gobernador, lincharon a los reos.La sublevaci¨®n contra el delito fue vand¨¢lica en Hidalgo, masiva y callejera en la ciudad de M¨¦xico, programada en otros Estados, y constituye un asunto oficial de primer orden. "No ha nacido quien pueda acabar con la delincuencia", admiti¨® Rodolfo Debernardi, jefe de seguridad p¨²blica en el Distrito Federal. Que mueran quienes viven en ella, sentenci¨® Huejutla la madrugada del jueves. La venganza se hab¨ªa fraguado este martes ¨²ltimo, d¨ªa en que Vald¨¦s y Santos, 31 y 23 a?os, fueron sorprendidos arrastrando hacia una furgoneta de matr¨ªcula veracruzana a tres ni?as y un ni?o de unos 10 a?os, escolares en la primaria Fausta Careta de la Vega.
Atrapados por la polic¨ªa, fueron conducidos al calabozo de la comisaria judicial. Para entonces la calle daba por sentado que al intento de rapto, Santos y Vald¨¦s sumaron un asqueroso manoseo de las ni?as, y ten¨ªan decidida su venta a mil quinientos d¨®lares la pieza en alg¨²n zoco de carne norteamericano. Otros voceaban que iban ser asesinadas para comerciar con sus ¨®rganos.
El gobernador, Jes¨²s Murillo, y el fiscal del Estado, Omar Fayad, supieron despu¨¦s que personas cuya identidad se investiga acudieron al domicilio social de una emisora local para pagar la emisi¨®n de cu?as con el anuncio de la inminente liberaci¨®n de los miserables previo pago de una fianza de 70.000 pesetas. No era cierto, afirm¨® el gobernador, pues permanec¨ªan encarcelados al dict¨¢rseles auto de prisi¨®n provisional. El ministerio p¨²blico, antes del alzamiento, determin¨® que no se hab¨ªa consumado el secuestro, y en virtud de lo establecido en el art¨ªculo 119 del c¨®digo penal proced¨ªa dos multas de 5.605 pesos (unas 90.000 pesetas, al cambio). "Y una vez exhibidas las cantidades se les dejar¨ªa en libertad".
El linchamiento era inevitable, como ocurri¨® otras veces en Guatemala, y otros pa¨ªses latinoamericanos. Aullando en demanda de justicia, el locutor encargado de la radiodifusi¨®n de las alertas convoc¨® a la cacer¨ªa, a una reacci¨®n social contra la puesta en libertad.
La tarde del jueves, una concentraci¨®n de padres y vecinos mont¨® guardia frente al juzgado de primera instancia, y no tard¨® en pasar a la acci¨®n. La enardec¨ªa una canalla m¨¢s embrutecida por la ingesta de alcohol que por la indignaci¨®n, dispuesta a abrir en canal a los de Veracruz
Asalto e incendio
Los m¨¢s violentos encabezaron el asalto al juzgado, donde retuvieron a los empleados y a su titular, Anastasio Hern¨¢ndez. Ese grupo destroz¨® las oficinas, incendi¨® y volc¨® la furgoneta de los secuestradores, y dos veh¨ªculos de una patrulla policial sufrieron serios da?os. A punto estuvo de arder el edificio del consistorio, rociado con gasolina, si no fuera porque los pir¨®manos fueron atra¨ªdos por los ritos del grupo que hab¨ªa alcanzado la celda de Jos¨¦ Santos Salvador Vald¨¦s.Advertidos, el gobernador y el fiscal viajaron a Huejutla en helic¨®ptero, y buscaron el apoyo de los padres m¨¢s serenos. No fue posible. Las gestiones de Murillo fueron vanas, y deso¨ªdas las promesas de fiscal de que se impartir¨ªa justicia con todo el peso de la ley.
Santos y Vald¨¦s fueron llevados de los pelos hasta la Plaza de la Revoluci¨®n, pateados, molidos a estacazos, heridos a golpes de machete. Un cuerpo qued¨® sin vida sobre el asfalto, el otro fue arratrado por los linchadores hasta un quiosco, ajenos al hecho de que ahorcaban un cad¨¢ver. Al menos 15 personas fueron detenidas por la polic¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.