El triunfo de las Abuelas
Los familiares de 'desaparecidos' dicen que son 500 los ni?os robados durante la dictadura militar argentina
Los desaparecidos aparecen. Poco a poco. Son 8.790, seg¨²n las denuncias que recibi¨® la Comisi¨®n Nacional sobre la Desaparici¨®n de Personas (Conadep). Cerca de 30.000 en la memoria popular. Son los ausentes siempre presentes de los ¨²ltimos 20 a?os de la historia argentina. Una y otra vez, llaman a la puerta de la sociedad con la cara que ten¨ªan en el ¨²ltimo recuerdo. Est¨¢n ah¨ª, con sus abuelas, con sus madres y sus hijos, esperando su derecho a tener una tumba con nombre en la tierra. Los Gobierno democr¨¢ticos que sucedieron a la dictadura acudieron primero a la justicia para condenar a los responsables, pero despu¨¦s acordaron las leyes generosas que libraron de culpas a los subordinados. El presidente Carlos Menem fue m¨¢s lejos que nadie: orden¨® el olvido por decreto.Estela Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, recuerda su propia historia: ?Mi hija, Laura, fue secuestrada junto con su marido. Por una carta an¨®nima nos enteramos de que estaba viva y que su embarazo segu¨ªa adelante. Nos ped¨ªa que estuvi¨¦ramos atentos al nacimiento del beb¨¦, que deb¨ªa producirse en junio de 1978. La asesinaron en la madrugada del 25 de agosto. El polic¨ªa que me atendi¨® me dijo que iba en un autom¨®vil y no acat¨® la orden de detenci¨®n. Por eso fue eliminada. No pude verla. No me dejaron verla. Pero despu¨¦s nos enteramos de que ten¨ªa la cara destrozada por un disparo a quemarropa y que tambi¨¦n le hab¨ªan destrozado el vientre, seguramente para que no se pudiera comprobar el nacimiento de mi nieto. Por gente que pas¨® por el centro clandestino de detenci¨®n donde estuvo ella s¨¦ que es un var¨®n. Yo lo sigo buscando. Y lo seguir¨¦ buscando todos los d¨ªas de mi vida?. Es, tan s¨®lo un caso. Uno de los que han servido para encerrar a Videla.
A¨²n hoy, con el ex general preso, Argentina se divide. La oposici¨®n teme que todo se trate de una burda maniobra del Gobierno para mejorar su imagen. El Ejecutivo, acosado por la multiplicaci¨®n de juicios contra los golpistas dentro y fuera del pa¨ªs, necesita ox¨ªgeno, argumentan. Desde el poder se rechaza la detenci¨®n de Videla. La califican de pol¨ªtica. No entienden que la orden de captura llegue por procesos iniciados hace m¨¢s de 10 a?os.
Mientras los hombres discuten, las Madres y los hijos exigen. Gritan, insultan, cantan. Ol¨¦, ol¨¦, ol¨¢ / como a los nazis / les va a pasar / adonde vayan / los iremos a buscar / ol¨¦, ol¨¦, ol¨¢. O pintan con aerosol en las paredes donde viven los responsables esa palabra tantas veces callada: ?Asesinos!
Las Abuelas estiman que hay 500 ni?os desaparecidos. Hasta ahora s¨®lo recibieron 255 denuncias y comprobaron que 71 de esos chicos fueron secuestrados; 131 nacieron en cautiverio y 45 fueron hallados. Hay cinco casos de chicos muertos, cuatro asesinados por los militares y uno abandonado hasta su muerte en un hospital. Hay 13 ni?os que conocen su verdadera historia y llevan el apellido de sus padres biol¨®gicos pero contin¨²an viviendo con sus padres de crianza por un acuerdo de las partes. Otros 22 fueron reintegrados a sus familias de origen, siete de ellos por orden judicial.
Paula Lugones, secuestrada junto con sus padres a un mes de cumplir dos a?os, fue la primera ni?a localizada. Un comisario de polic¨ªa y su esposa la hab¨ªan inscrito a su nombre. En diciembre de 1983 se hizo la denuncia y el juez, tras comprobarse su verdadera identidad con los an¨¢lisis de laboratorio, orden¨® la restituci¨®n.
Las mujeres reconstruyen a sus hijos y nietos. Reparan, cosen las heridas, los recuperan... Ellas dicen que los desaparecidos est¨¢n vivos. En junio, hace 20 a?os, Videla festejaba en las gradas del estadio del River los goles de la selecci¨®n Argentina de f¨²tbol, que gan¨® en 1978 su primera Copa del Mundo. Ayer, su esposa le hizo llegar a su celda un aparato de televisi¨®n para que siga los partidos del campeonato mundial de Francia. Pero Videla no parece interesarse por nada. Desde afuera s¨®lo le llegan las voces y los gritos... Son 9.000, 30.000 o tal vez muchas m¨¢s. Son las voces de los desaparecidos. Hablan porque, de alguna forma, todos est¨¢n vivos.
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