Vivir entre el anonimato y la huida continua

Los padres ficticios que se apropiaron de los hijos de detenidos-desaparecidos durante la dictadura argentina, sabedores que las Abuelas de Plaza de Mayo andaban tras sus pasos, estaban obligados, en muchos casos, a vivir entre el anonimato y la huida permanente. Uno de aquellos menores robados, Mar¨ªa Jos¨¦ Lavalle, recuerda de su infancia los frecuentes cambios de domicilio. ?Al salir del colegio, me ten¨ªa que esconder dentro del auto para que nadie me viera?.Mar¨ªa Jos¨¦, de 20 a?os, fue localizada y restituida a su familia cuando ten¨ªa 10. Se fue a vivir con su abuela materna y nunca quiso ver a la familia que le usurp¨® su verdadera identidad, a pesar de que el juez le ofreci¨® un r¨¦gimen de visitas con los padres ficticios. ?Mi supuesta madre result¨® ser una polic¨ªa del centro de detenci¨®n. Me dec¨ªa que era mi madre y hasta me lleg¨® a contar c¨®mo fue el parto. Me hab¨ªan inscrito como su hija?. Primero el juez y luego las abuelas le contaron la realidad: Su madre dio a luz en el Pozo de Banfield y poco despu¨¦s, junto a su padre, fueron lanzados desde un avi¨®n al r¨ªo de La Plata, en uno de los vuelos de la muerte.

?Me enter¨¦ que ten¨ªa una hermana, a?o y medio mayor que yo. No quer¨ªa saber nada, no me lo quer¨ªa creer. El juez todav¨ªa me recuerda que le dec¨ªa que hab¨ªa so?ado que ten¨ªa un hermanito en una casa blanca. Lo que m¨¢s me cost¨® entender es lo que pas¨® con mis padres. Me dec¨ªan que iban a present¨¢rmelos y no aparec¨ªan nunca?, explica Mar¨ªa Jos¨¦. ?Al principio extra?aba a aquella mujer, pero poco a poco me fui liberando. Fue como quitarme un peso de encima. Los ¨²ltimos tiempos era muy agobiante vivir siempre escondida. Cuanto m¨¢s sab¨ªa de la verdad, menos quer¨ªa saber de todos ellos y m¨¢s de mis verdaderos padres?, Gustavo Antonio Lavalle, de 22 a?os, ex montonero, y M¨®nica Lemos, de 25 a?os. ?Me mintieron en lo principal de tu vida: c¨®mo vine al mundo. Hab¨ªa que cortar con tanta farsa?.