El circo de los Rolling invade M¨¢laga

, Aeropuerto de M¨¢laga, terminal de carga. Ocho y diez de la tarde. Dos monovol¨²menes esperan a sus majestades al pie del avi¨®n. Baja primero Richards, embutido en una extra?a vestimenta negra que le sit¨²a a medio camino entre el viejo rockero y el pr¨ªncipe gitano. Ronnie Wood y Charlie Watts, ¨¦ste con un elegant¨ªsimo traje azul¨®n, se abrazan y saludan a los 80 fot¨®grafos que esperan tras las rejas.Por fin aparece el rey, Mick Jagger, con traje beis, zapatillas de deporte y camiseta blanca. Habla con las autoridades. Dice que hace buen tiempo. Se acerca a los periodistas que se agitan tras la reja y declara: "Hola, hola, hola, how are you". Se da la vuelta y su estela se la lleva un Mercedes azul.

Los Rolling actuar¨¢n por fin en Espa?a. No s¨®lo no est¨¢n acabados, sino que andan dispuestos a jugar. Entre las exigencias de las megaestrellas para su entretenimiento antes del concierto de ma?ana jueves se cuentan cuatro enormes consolas con juegos de coches y aeronaves, como las de los salones recreativos, una mesa de ping-pong y otra de billar.

Adem¨¢s de 300 toallas blancas de algod¨®n con un lavado especial para que no suelten pelusa y una lavadora por si las moscas. A los Jagger, Richards, Wood y Watts les gustan el juego y los n¨²meros. Al golf tambi¨¦n jugar¨¢n. Se levantar¨¢n esta ma?ana y decidir¨¢n si se quedan en el campo del hotel de Mijas a hacer un birdie o se marchan a otro campo.

La empresa malague?a de producci¨®n de espect¨¢culos G-2, promotores del concierto junto al Patronato de Turismo de la Costa del Sol, ya no se sorprende de ninguna petici¨®n de los Rolling. "Esto es as¨ª. Ellos son los m¨¢s grandes en todo, hasta en el capricho", asegura el argentino Alfredo Guerisoli, responsable de G-2. Una de sus colaboradoras, Mar¨ªa Jos¨¦ Molina, luce un embarazo de ocho meses y medio. "Espero no parir ma?ana", dice.

El recital de los Rolling cuesta 320 millones de pesetas. Ellos se embolsan un mill¨®n y medio de d¨®lares, algo m¨¢s de 225 millones de pesetas. El primer concierto en Espa?a durante la gira de su trabajo, Bridges to Babylon, ser¨¢ sin duda un negocio de promoci¨®n redondo para M¨¢laga y la Costa del Sol, que d¨ªas atr¨¢s ya han reunido a Van Morrison, Santana, Earth, Wind & Fire o George Benson en una escalada por homologar la atracci¨®n tur¨ªstica con espect¨¢culos internacionales.

La suspensi¨®n de los conciertos de junio en Gij¨®n y Bilbao y el aplazamiento del de Barcelona al pr¨®ximo lunes han aumentado la trascendencia de este concierto. Pero tambi¨¦n han a?adido incertidumbre. "Lo negativo es que la gente no se f¨ªa a¨²n despu¨¦s de tanta suspensi¨®n", dice Guerisoli mientras resuelve la instalaci¨®n de terminales de Internet. Una de las caracter¨ªsticas de la gira es que los internautas pueden votar para elegir parte del repertorio del concierto. "Todo esto quiere decir", contin¨²a el promotor con una extra?a calma, "que todav¨ªa falta vender 10.000 entradas para cubrir gastos". Al mediod¨ªa de ayer, martes, se hab¨ªan vendido 35.000, con unos precios que oscilan entre las 6.500 y las 20.000 pesetas. El aforo m¨¢ximo de la explanada permite entre 55.000 y 60.000 personas. "Se vender¨¢n, seguro, y yo me ir¨¦ el lunes a Barcelona a verlos y a disfrutar... A veces me pregunto c¨®mo fue que me met¨ª en esto; ser¨¢ porque s¨®lo arriesgo con lo que me gusta y no hay nada m¨¢s grande en el rock que un concierto de los Rolling", a?ade Guerisoli.

Los que acudan al concierto ma?ana tendr¨¢n luz suficiente como para iluminar cuatro manzanas, 350.000 vatios. Con 100.000 vatios menos se apa?ar¨¢n con el sonido. Una pantalla gigantesca de v¨ªdeo en medio de la explanada reunir¨¢ al p¨²blico que no ocupe las gradas met¨¢licas de los laterales.

El escenario, uno de los tres que se utilizan en la gira mundial, es tambi¨¦n mastod¨®ntico. Dividido en dos zonas unidas por una pasarela hidr¨¢ulica, se levanta sobre 20 pilares met¨¢licos hasta los 25 metros de altura. Un frente de 56 metros y un fondo de 26 dan espacio suficiente para las correr¨ªas de Jagger, que a su vez dispone de unos 80 metros cuadrados tras el escenario dedicados exclusivamente a sus ejercicios aer¨®bicos.

Unos 90 vigilantes privados, seis perros y un n¨²mero nunca antes dispuesto de polic¨ªas nacionales y locales convertir¨¢n la zona en un campo de concentraci¨®n. Los Rolling comenzar¨¢n a tocar poco antes de las 22.30. Dos horas y pico m¨¢s tarde habr¨¢ pasado todo.