La voz

DE PASADA

La habitaci¨®n est¨¢ pintada de negro, aislada del resto de las salas por tupidas cortinas que aislan su oscuridad de los visitantes. Estamos en el Museo Reina Sof¨ªa de Madrid. La habitaci¨®n est¨¢ casi vac¨ªa, llena de no voz. En la pared de la izquierda un haz de luz se?ala un papel: un certificado de defunci¨®n. Al fondo, una proyecci¨®n de cine repite sin cesar, encadenada con cadencia de pesadilla, una brev¨ªsima secuencia: un hombre vestido de t¨¦tricos ropajes negros gesticula delante de un tel¨®n pintado con planetas. Cuando le vemos mover los labios s¨®lo suena el silencio. "Un silencio que inclina las frentes hacia el suelo", escribi¨® ese hombre disfrazado y mudo. Salimos de la habitaci¨®n sobrecogidos. Entramos en la luz. Una fotograf¨ªa radiante y teatral del mismo personaje mudo preside una especie de refectorio: una mesa poblada de libros escritos por ¨¦l. Los visitantes se nutren de su palabra sin sonido. La muerte es met¨¢fora luminosa. Estamos en la exposici¨®n documental mejor montada nunca sobre Federico Garc¨ªa Lorca. Llegar¨¢ a Granada en diciembre. Dentro de una semana se recordar¨¢n las balas que en el barranco de V¨ªznar acabaron con su vida: 18 ¨® 19 de agosto de 1936. Su certificado de defunci¨®n fue expedido en abril de 1940. Las im¨¢genes de cine se filmaron en 1932 siguiendo la actividad del teatro universitario La Barraca: Federico interpretaba el personaje de La sombra en La Vida es sue?o, de Calder¨®n. No le o¨ªmos: el mejor rapsoda de su generaci¨®n, el que cantaba con un timbre pastoso y seductor, el soberbio repentista, es el ¨²nico personaje de su grupo que no ha dejado su voz grabada, en un siglo donde la tecnolog¨ªa te obliga a registrarte para demostrar tu existencia. Durante toda la semana, en la sala Clamores de Madrid, una mujer cubana se ha puesto delante de un p¨²blico fascinado a hablar, tocar la guitarra y cantar su obra, su vida. La compositora Marta Vald¨¦s -una de las m¨¢s grandes que ha dado la isla- ha logrado que sus canciones y palabras convocaran cada noche a artistas de Cuba (Gema y P¨¢vel), Andaluc¨ªa (Martirio, Ra¨²l Rodr¨ªguez), Zaragoza (Alicia Fern¨¢ndez) y Colombia (Claudia G¨®mez) para suscribir espont¨¢neamente desde el coraz¨®n el lema creador de Lorca: "Amor y disciplina". Si leyendo las palabras de Federico le ponemos voz, al tararear a Marta estrechamos la distancia y levantamos bloqueos. Tambi¨¦n, como la muerte, es met¨¢fora la lejan¨ªa. La voz es una sola.