?Es real lo real?
Una mayor¨ªa de los norteamericanos han declarado sentirse asqueados con los detalles escabrosos que salpicaron el interrogatorio del Presidente. Otra buena porci¨®n de ciudadanos aseguraron que eligieron no verlo, por dignidad y como declaraci¨®n de principios ante lo que consideran chabacaner¨ªa o simple infamia. El resultado, tras la emisi¨®n del lunes es, sin embargo, que apenas ha quedado nadie en Occidente sin contagiarse de lo ocurrido, y miles de millones de seres humanos viven implicados o repetidamente importunados por el hecho banal de que Bill Clinton intercambiara tocamientos impuros con una muchacha, lo que ante el asombro de todos -enemigos incluidos-, puede acarrearle la destituci¨®n.En numerosas ocasiones durante este final de siglo se obtiene la impresi¨®n de que los hechos imitan al cine, lo real a la ficci¨®n, y aquello que se supone concreto adquiere una naturaleza inmaterial, parecida a los haces de luz que inciden en las plantallas. Recibimos, se dice, informaci¨®n procedente de la realidad, en directo, sin interferencias, mientras nunca se ha sentido m¨¢s intensamente que s¨®lo contemplamos sucesos imaginarios. El desmoronamiento de Rusia, las cat¨¢strofes en las bolsas de un conf¨ªn a otro del mundo, Hong Kong hundiendo a M¨¦xico, Malaisia y Singapur a Brasil, Tokio y Mosc¨² a Europa y EE UU, o viceversa, reproducen las grandes secuencias de una superproducci¨®n muy taquillera.
Se da por aceptado que los hechos tienen lugar en la realidad pero lo real no ha dejado de perder sentido y consistencia. La globalizaci¨®n, lejos de crear un mundo m¨¢s tangible y comprensible, ha producido una creciente realidad inmanejable, impronosticable, aut¨®noma, apartada de toda explicaci¨®n. Lo que sucede en nuestro entorno se parece menos a una bien ligada concatenaci¨®n de factores hist¨®ricos que al panorama de una sala donde se proyectan de modo simult¨¢neo y sobre diferentes paneles un repertorio de v¨ªdeos heterog¨¦nos, tal como hacen, buscando aturdir, en los pabellones de cualquiera Expo. Ni entre las im¨¢genes de una y otra pantalla existe conexi¨®n alguna ni en la consideraci¨®n del conjunto se afianza, mediante la informaci¨®n, ninguna idea totalizadora. M¨¢s bien esa provisi¨®n de informaciones conduce a un efecto de irrealidad o de una nueva realidad que podr¨¢ pervivir independientemente, liberada de cualquier referencia, propag¨¢ndose aut¨®nomamente en otras seudorealidades del mismo gen, en suplantaci¨®n de lo existente.
?Vivimos lo real o su simulacro? Esta cuesti¨®n que zanja siempre Baudrillard diagnosticando el ¨¦xito del simulacro, ha parecido, en ocasiones, s¨®lo un bucle intelectual para rizar el rizo. Pero el asunto Lewinsky reivindica a Baudrillard: cada vez que nos detenemos a pensar en qu¨¦ cosa ha concentrado la atenci¨®n planetaria durante meses, se conviene en que "ellos" est¨¢n locos, estamos locos o algo fundamental ha enloquecido. Y, efectivamente, el patr¨®n de valor que hac¨ªa posible diferenciar lo grave de lo banal, lo accidental de lo trascendente, ha quebrado en el sistema de las informaciones y ahora se hace imposible discernir.
De acuerdo, admitamos que los devaneos de Clinton son una trivialidad pero ?qui¨¦n podr¨ªa hoy despreciar las trivialidades? La actualidad ha mostrado, por ejemplo, que una t¨®pica trivialidad como el f¨²tbol es el suceso de mayor atracci¨®n planetaria y que ni la misma Francia, racionalista y grave, en crisis de identidad durante a?os, ha dejado de experimentar una espectacular metamorfosis de autoconf¨ªanza gracias a unos goles de Zidane.
Lo importante se convalida hoy por lo banal, una vez que han desaparecido las referencias superiores. El mundo no dispone ya, como antes, de un exterior, ut¨®pico o metaf¨ªsico, por el que juzgarse. El ¨²nico doble del mundo es el mundo virtual donde los sucesos se doblan como en un segundo espejo. El crash financiero se produce al modo de Godzilla o el caso Lewinsky al estilo de Primary Collors, o al rev¨¦s. Alcanzado un punto en la reproducci¨®n universal de los media, no hay indicio de vida que no sea absorbido en su esfera, no hay realidad que no sea realidad virtual.
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