El monumento a Arriaga en Bilbao recuperar¨¢ su aspecto original
El monumento al m¨²sico Juan Cris¨®stomo de Arriaga, ubicado en el Parque de Do?a Casilda de Bilbao, junto al acceso provisional al Museo de Bellas Artes, recuperar¨¢ su aspecto original. Un proceso de restauraci¨®n permitir¨¢ que el agua vuelva a resbalar por la figura desnuda de la musa Melp¨®mene y caiga por la lira que golpea contra su pecho. As¨ª se formar¨¢n unas cuerdas de agua en el instrumento musical, de la misma manera en la que el autor de la escultura, Francisco Durrio, imagin¨® el llanto de la musa por la prematura muerte de Arriaga. La escultura de Durrio arrastra una rocambolesca historia. El Ayuntamiento de Bilbao encarg¨® en 1906 la realizaci¨®n de un monumento en homenaje a Arriaga con motivo del centenario de su nacimiento. La obra qued¨® inconclusa y no fue instalada en el parque de Bilbao hasta el a?o 1933. Tras una campa?a en la prensa contra la figura femenina por mostrar el cuerpo desnudo, la musa fue sustituida por otra similar, pero cubierta por ropa, obra del escultor gallego Enrique Barros. La original musa que lloraba la desaparici¨®n de Arriaga estuvo depositada en los almacenes del museo hasta que en 1975 regres¨® a la vista del p¨²blico en su actual emplazamiento. El monumento a Arriaga, formado por la escultura de bronce que representa a la musa y una base de granito, fue concebido por Durrio y constituye una de las obras m¨¢s destacadas de su producci¨®n, aunque en su construcci¨®n cont¨® con la colaboraci¨®n de su disc¨ªpulo Valent¨ªn de Due?as. Tabla restaurada La restauraci¨®n de la obra de Durrio, paralela a las reformas que se realizan para modernizar las instalaciones del museo, forma parte del programa que patrocina El Corte Ingl¨¦s desde hace nueve a?os. A cambio de sufragar el coste de la restauraci¨®n, el museo cede a la empresa patrocinadora los derechos de reproducci¨®n de la obra, que es utilizada en cerca de 200.000 tarjetas de felicitaci¨®n de Navidad. Ayer volvi¨® a ser expuesta en las salas del museo, reci¨¦n restaurada, la pintura sobre tabla El ap¨®stol San Juan y la copa envenenada, con la que se completa el tratamiento de conservaci¨®n al que ha sido sometido un tr¨ªptico pintado en la segunda mitad del siglo XV por el maestro de San Nicol¨¢s. La tabla se presenta acompa?ada de material documental, que ilustra el proceso de restauraci¨®n. La obra se encontraba en un estado de avanzado deterioro. En primer lugar, fue necesario realizar un tratamiento contra los insectos xil¨®fagos. Posteriormente, el equipo de restauraci¨®n del museo retir¨® las numerosas superficies repintadas y las capas de barnices oxidados que ocultaban la riqueza crom¨¢tica de la obra. Las faltas de pintura que presentaba la tabla han sido tratadas con una t¨¦cnica que permite distinguir la policrom¨ªa a?adida.
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