La cumbre de Davos concluye sin prestar atenci¨®n a la crisis del pa¨ªs latinoamericano
Dirigentes econ¨®micos y pol¨ªticos cerraron ayer las sesiones del Foro Econ¨®mico Mundial sin avanzar en la definici¨®n de un "rostro humano" para la universalizaci¨®n econ¨®mica. Adem¨¢s, el ¨²ltimo episodio de la crisis financiera internacional, el de Brasil, apenas ha estado presente en unos debates caracterizados por la euforia, como si apenas fuera a tener consecuencias. Tuvo que ser el conocido especulador George Soros quien pusiera un contrapunto al clima reinante calificando de "pura ret¨®rica" las discusiones del Foro sobre las consecuencias sociales de la mundializaci¨®n.
A pesar de la categor¨ªa de los asistentes, pomposamente destacada por el presidente del Foro, Klaus Schwab, las sesiones de esta ¨²ltima reuni¨®n no se centraron en analizar los efectos de la crisis financiera. Los latinoamericanos deambularon por las salas de reuniones sin conseguir atraer el inter¨¦s de la concurrencia, m¨¢s ocupada en destacar el car¨¢cter irreversible de la mundializaci¨®n -de la que los presentes encarnan la cara triunfadora-, en contemplar entusiasmada las megafusiones que dominan el panorama empresarial europeo y norteamericano y en lanzar hurras al euro. La ausencia de efectos graves de la crisis brasile?a sobre las bolsas mundiales y el sistema financiero contribuy¨® en gran medida a esa atm¨®sfera de optimismo. Incluso Soros se apunt¨® a ella, al pronosticar un debilitamiento de la tormenta financiera, que cree que perder¨¢ fuerza a medida que pase el tiempo, siempre y cuando se intervenga r¨¢pido en Brasil.S¨ª emergi¨® en las reuniones el que ser¨¢ uno de los asuntos claves, las disputas comerciales entre Estados Unidos y sus socios europeos y japoneses. La delegaci¨®n estadounidense, encabezada por el vicepresidente, Al Gore, y el secretario del Tesoro, Robert Rubin, dej¨® bien claro que la negociaci¨®n sobre barreras comerciales es una de sus primeras preocupaciones. Para los pr¨®ximos meses se anuncia un calentamiento de las relaciones entre las tres potencias. En el caso de Europa y Estados Unidos el tema del pl¨¢tano ya mantiene los ¨¢nimos tensos, sobre todo en referencia a los asuntos agr¨ªcolas: subvenciones europeas y biotecnolog¨ªa, tal y como adelant¨® Gore.
Uno de los asuntos sobre los que Davos aport¨® algo de luz es la clarificaci¨®n de las diferencias m¨¢s generales entre Europa y EEUU. Mientras los gobiernos europeos, especialmente Francia y Alemania, apuestan por pol¨ªticas activas de est¨ªmulo del crecimiento y reclaman una mayor cooperaci¨®n internacional para aportar estabilidad al sistema financiero, los estadounidenses quieren dejarlo casi todo a las fuerzas del mercado y a la solidez de las pol¨ªticas fiscal y presupuestaria de ¨¢mbito nacional. Rubin, durante su intervenci¨®n, descart¨® las pocas propuestas concretas que se han puesto sobre la mesa para la creaci¨®n de la llamada nueva arquitectura financiera internacional, y se limit¨® a mostrar su apoyo a las pol¨ªticas seguidas hasta ahora por el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este debate, curiosamente, el insaciable Soros se situ¨® del lado europeo, mientras que el presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, se aline¨® con las propuestas m¨¢s ortodoxas del Tesoro de EEUU. En cualquier caso, ayer el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, se mostr¨® optimista sobre la posibilidad de convencer al otro lado, aunque reconoci¨® que llevar¨¢ tiempo.
Algunos representantes de sindicatos presentes en las jornadas manifestaron sus buenas relaciones con el Banco Mundial, pero cargaron contra el FMI, al que calificaron de "refugio de neoliberales". Como viene siendo norma, el FMI recibi¨® una buena raci¨®n de cr¨ªticas, algunas ya conocidas, como la del economista Jeffry Sachs o Soros, y de pa¨ªses del sudeste asi¨¢tico.
El contrapunto a la id¨ªlica visi¨®n de empresarios y pol¨ªticos vino del lado de los acad¨¦micos y de los estrategas de grandes instituciones financieras. Para estos, las bolsas de los mercados desarrollados est¨¢n aprovechando la masiva llegada de capitales desde los ahora considerados poco seguros mercados emergentes y est¨¢n alcanzando m¨¢ximos insostenibles. Para muchos analistas, el peligro que se cierne sobre la econom¨ªa mundial es que esta burbuja estalle y golpee la demanda interna de esos pa¨ªses, especialmente Estados Unidos.
La preocupaci¨®n crece si se suma a lo anterior la manifiesta situaci¨®n de sobreproducci¨®n, es decir una oferta que supera claramente a la demanda, en importantes sectores de la econom¨ªa. Seg¨²n los expertos, esta tendencia podr¨ªa agravarse cuando muchas multinacionales pongan en funcionamiento factor¨ªas, ya en construcci¨®n, en mercados de pa¨ªses emergentes.
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