El Ej¨¦rcito chileno supedita la compra de submarinos al destino de Pinochet

El comandante en jefe de la Armada chilena, almirante Jorge Arancibia, lleg¨® ayer a Londres, donde se entrevist¨® durante dos horas con el general Augusto Pinochet, detenido en la capital brit¨¢nica desde el pasado mes de octubre. Adem¨¢s, tiene previsto reunirse ma?ana martes con los directivos del consorcio europeo DCN, de nacionalidad francesa y encargado de la construcci¨®n de submarinos para la Armada chilena. Arancibia opina, en declaraciones al corresponsal de la Televisi¨®n Nacional de Chile en Londres, "que ser¨ªa inc¨®modo enviar una dotaci¨®n de hombres a Espa?a para adiestrarse en el manejo de los submarinos mientras Pinochet tuviese que estar en manos de la Audiencia Nacional". "Yo me atrever¨ªa a decir en t¨¦rminos generales que [el exdictador] est¨¢ con la misma inteligencia de siempre y le queda la voluntad de siempre, pero le veo medio deca¨ªdo, con poca fuerza. Tiene fe en la justicia de su causa, pero ha visto que esto se ha complicado paso a paso", dijo Arancibia. "Yo creo", a?adi¨®, "que el general piensa que es una opci¨®n posible de activar [la de las razones humanitarias] y quiz¨¢s en el tiempo es la que sea m¨¢s adecuada a su condici¨®n de salud. Est¨¢ consciente de que es una causa de largo aliento, por eso ve lo de las razones humanitarias como la salida m¨¢s pr¨®xima, aunque si le preguntaran, en esencia le gustar¨ªa volver a Chile como resultado de [la dedisi¨®n de] los tribunales".El fin del encuentro del almirante con el exdictador es plantear el futuro del proyecto de compra de submarinos en el caso de que Pinochet fuera enviado a Espa?a.

El grupo DCN se hizo, junto con la empresa espa?ola Baz¨¢n, con el contrato de construcci¨®n de dos submarinos Scorp¨¨ne, por un importe de 60.000 millones de pesetas. En el caso de que se rompiera el contrato, existe una cl¨¢usula de penalizaci¨®n que obliga a Chile a pagar una fuerte indemnizaci¨®n.

Ya en noviembre de 1998 la Armada chilena advirti¨® de que Baz¨¢n podr¨ªa quedar excluida del contrato si continuaba adelante el proceso. Entonces, la Marina no plante¨® directamente la ruptura del contrato pero amenaz¨® con trasladar al arsenal de Cherburgo (Francia) todo el trabajo, dejando fuera a la factor¨ªa de Cartagena.