Llegar los primeros a Polonia

Las empresas alemanas se adelantan sus competidoras de cara a la entrada de su vecino en la Uni¨®n Europea
ENVIADA ESPECIAL
Los empresarios alemanes toman posiciones para el ingreso de Polonia en la Uni¨®n Europea, sin importarles cu¨¢nto puede prolongarse la espera. Desde la frontera polaco-alemana, hoy el conf¨ªn oriental de la UE, los alemanes compiten con otros occidentales por la penetraci¨®n en un mercado de 40 millones de personas con creciente poder adquisitivo. Por su cercan¨ªa a Berl¨ªn (80 kil¨®metros desde la ciudad de Slubice o 140 kil¨®metros desde Szczecin), el occidente de Polonia est¨¢ m¨¢s sometido a la influencia econ¨®mica de la capital alemana que de Varsovia, a m¨¢s de 500 kil¨®metros de aqu¨ª.
Szeczin, una ciudad de cerca de medio mill¨®n de habitantes que perteneci¨® a la Liga Hanse¨¢tica, era el puerto de Berl¨ªn antes de que el mapa de Polonia se desplazara hacia el oeste a resultas de la IIGuerra Mundial y la poblaci¨®n alemana de estas regiones fuera sustituida por polacos que, a su vez, hab¨ªan sido forzados a abandonar las zonas orientales anexionadas por la URSS.
Los alemanes son fuertes en el sector automovil¨ªstico, alimenticio y de construcci¨®n de Polonia. De las 28.000 empresas con capital extranjero, entre 6.000 y 7.000 son alemanas, y de ellas, 180 han invertido m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares (176 millones de pesetas), seg¨²n Reinhard Klein, el presidente de la Asociaci¨®n de Fomento Econ¨®mico Germano-Polaca.
La penetraci¨®n en el mercado interior es su principal motivaci¨®n (73,8%), seguida de los sueldos (unos mil zlotys de media o algo m¨¢s de 40.000 pesetas), que son un tercio de los sueldos alemanes. Sin embargo, los fantasmas del pasado mantienen ciertas sensibilidades a flor de piel. La adjudicaci¨®n del crematorio de Szczecin a la empresa alemana Polarstone ha despertado una oleada de indignaci¨®n en la ciudad.
Por otra parte, los polacos temen la compra de tierra por los alemanes y el Gobierno desea que Bruselas le garantice largos plazos de transici¨®n para la compra de terrenos por los extranjeros. Los empresarios que desean comprar terreno (no urbano) pueden hoy hacerlo con un permiso especial del Ministerio del Interior. Los alemanes, que han sido los compradores m¨¢s destacados, recibieron 502 permisos de compra y adquirieron casi 1.200 hect¨¢reas en 1998. Las colas en los pasos fronterizos y los embotellamientos en la carretera no disuaden a los empresarios alemanes, que van y vienen entre su trabajo en las zonas fronterizas polacas y sus hogares en Berl¨ªn. Hacia Polonia circula un enjambre de turistas, que van a llenar el dep¨®sito de gasolina (unas cuarenta pesetas m¨¢s barata) o a comprar bebidas alcoh¨®licas y cigarrillos.
Desde Berl¨ªn hay viajes organizados en autob¨²s (850 pesetas ida y vuelta) para hacer las compras en supermercados que, a diferencia de los alemanes, abren los domingos. Los alemanes hacen tambi¨¦n excursiones en barco por el Oder; llegan a la zona polaca del r¨ªo para comprar sin impuestos.
Entre los empresarios que pasan el fin de semana con la familia en Berl¨ªn est¨¢ Hartmut N¨¹rnberg, el director del hipermercado Hit de la ciudad de Gorzow (130.000 habitantes). Con 300 empleados y m¨¢s de 5.000 metros cuadrados de superficie, el establecimiento es una de las 11 filiales polacas de la cadena Dohle-Hit, con sede en el Oeste de Alemania, y es el ¨²nico en Gorzow. Metro-Real (con 7.000 millones de zlotys de ganancia) y Dohle-Hit, encabezan la lista de las 10 primeras cadenas de supermercados en Polonia (todas ellas extranjeras).
Los extranjeros imponen sus condiciones de pago a los proveedores y arruinan a los peque?os comerciantes, que no pueden competir con sus precios (entre un 5% y un 17% m¨¢s baratos). En Szczecin, los peque?os comerciantes se manifestaron hace poco en contra de los hipermercados. N¨¹rnberg, que fue ciudadano de la RDA, dice haber aprendido la importancia de llevarse bien con el p¨¢rroco, que, en su caso, le ha bendecido el establecimiento, en lugar de protestar como sus colegas alemanes por la apertura de los comercios en domingo. La Sociedad del Fomento Ecom¨®mico Germano-Polaca, con participaci¨®n estatal y regional, ayuda a los empresarios que desean hacer negocio en uno de los dos pa¨ªses. Bernd Wessel, el jefe de proyectos, considera un ¨¦xito el caso de la f¨¢brica Dr?xelmeier Systems (DSE) de Baviera. Esta empresa comenzar¨¢ en diciembre a producir cables y componentes destinados a Volkswagen, que emplea a m¨¢s de 3.000 pesonas en sus factor¨ªas de Posnan y Polkowice. La DSE crear¨¢ otros 1.100 puestos. Con algo m¨¢s de 6.000 millones de d¨®lares, Alemania es el primer inversor en Polonia, por delante de Estados Unidos y Francia; y con un volumen de 41.200 millones de marcos, tambi¨¦n su primer socio comercial. A Alemania va a parar el 36,3% de las exportaciones polacas y de Alemania vienen el 25,3% de las importaciones de Polonia. Curiosamente, las relaciones m¨¢s intensas no se dan entre las regiones fronterizas, que viven casi de espaldas entre s¨ª, sino con las regiones ricas de la RFA. Renania del Norte-Westfalia, la regi¨®n occidental con la econom¨ªa m¨¢s potente de Alemania, es el principal origen y destino del tr¨¢fico de mercanc¨ªas entre los dos pa¨ªses, muy por delante de todas las dem¨¢s regiones alemanas. Los contrastes entre el este de Alemania y el oeste de Polonia son chocantes. No s¨®lo por la mediocridad de su relaci¨®n comercial, sino por la situaci¨®n social.
En los tres l?nder (Estado federado) de Alemania fronterizos con Polonia, el paro oscila entre el 17,6% y el 18,5% y, pese a las enormes sumas que el Gobierno federal destina al este, ha sido hasta hace poco mucho mayor que en las regiones occidentales polacas. El paro (13% de media) aumenta ahora tambi¨¦n en Polonia, que tiene un modesto sistema de prestaciones (seis meses a raz¨®n de 600 zlotys por mes). En la regi¨®n de Zachodniopomorski, cuya capital es Szczecin, alcanza un 18%, seg¨²n los dirigentes de la regi¨®n. En la vecina regi¨®n de Lubuskie se ha disparado hasta un 27% en algunas zonas, seg¨²n el jefe de la Administraci¨®n regional.
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