El alumno Lorca vuelve a Nueva York
Cuando Federico Garc¨ªa Lorca se fue a Nueva York, su vida dio un vuelco total. El poeta granadino necesitaba cambiar de aires. Una etapa de su vida hab¨ªa concluido. La gran ciudad estadounidense, con sus abruptos contrastes sociales y con un ambiente propicio para vivir su homosexualidad de una forma m¨¢s plena, fascin¨® a Lorca. El resultado fue Poeta en Nueva York, uno de los libros fundamentales de la literatura espa?ola.La Universidad de Columbia celebra este a?o el centenario de sus cursos de verano. Y dentro de esta iniciativa se encuadra un curso especial sobre Lorca -uno de sus ex alumnos m¨¢s c¨¦lebres- dirigido por Howard Young, profesor em¨¦rito de Lenguas Modernas en Pomona College, en Claremont (California), y autor de algunos de los primeros trabajos cr¨ªticos en ingl¨¦s sobre Lorca.
En junio de 1929, cuando lleg¨® a la Universidad de Columbia a estudiar ingl¨¦s procedente de Madrid, Lorca cre¨ªa que hab¨ªa entrado en un callej¨®n sin salida como poeta. Su libro Romancero gitano hab¨ªa sido un ¨¦xito de ventas en Espa?a, pero algunos cr¨ªticos le acusaban de ser un vulgarizador. Salvador Dal¨ª, del que estaba enamorado, se hab¨ªa ido a rodar Un perro andaluz junto a Luis Bu?uel. Y Emilio Aladr¨¦n, el amante de Lorca, estaba ocupado con una mujer. Lorca nunca aprendi¨® ingl¨¦s en el curso de verano: de hecho, nunca realiz¨® el examen final. Pero su estancia tuvo como resultado Poeta en Nueva York.
La gran ciudad era una met¨¢fora perfecta de su estado espiritual. El ritmo acelerado de la vida cotidiana y la angustia que destilaba Nueva York le llenaron de asombro. Lorca tambi¨¦n fue testigo del crash de la Bolsa en 1929. En el poema Danza de la Muerte escribe: "Que ya las cobras silbar¨¢n por los ¨²ltimos pisos, / que ya las ortigas estremecer¨¢n patios y terrazas, / que ya la Bolsa ser¨¢ una pir¨¢mide de musgo, / que ya vendr¨¢n lianas despu¨¦s de los fusiles / y muy pronto, muy pronto, muy pronto. / ?Ay, Wall Street!".
Entretanto, prestaba poca atenci¨®n a sus clases en la universidad. Algunas veces "pod¨ªa desaparecer y estar ilocalizable durante un par de d¨ªas", dice Young. Lorca se dio cuenta de que pod¨ªa mostrar su homosexualidad de una forma m¨¢s abierta en Nueva York que en Espa?a.
Pero lo m¨¢s importante es que descubri¨® Harlem, con su pr¨®spera cultura gay. En medio de la podredumbre de la ciudad, era un lugar que parec¨ªa espiritualmente puro. "?Ay, Harlem! ?Ay, Harlem! ?Ay, Harlem! / ?No hay angustia comparable a tus rojos oprimidos, / a tu sangre estremecida dentro del eclipse oscuro, / a tu violencia granate sordomuda en la penumbra, / a tu gran rey prisionero con un traje de conserje!", escribe en el poema El rey de Harlem.
La Universidad de Columbia ten¨ªa uno de los departamentos de espa?ol mejores de EE UU. Young cuenta c¨®mo el poeta Le¨®n Felipe traduc¨ªa en aquel momento Canto a m¨ª mismo, de Walt Whitman. "Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman, / he dejado de ver tu barba llena de mariposas, / ni tus hombros de pana gastados por la luna, / ni tus muslos de Apolo virginal", escribe Lorca en su Oda a Walt Whitman. La influencia del escritor estadounidense le hizo abandonar a Lorca la rima cl¨¢sica e inclinarse por el verso libre.
Al mismo tiempo, ?ngel Flores, amigo de Lorca, estaba traduciendo La tierra bald¨ªa, de T. S. Eliot. "Lorca ley¨® aquella traducci¨®n", dice Young, "y algo del vocabulario y el sentimiento de desuni¨®n y objetos rotos y ausencia de direcci¨®n [de La tierra bald¨ªa] se insin¨²a en Poeta en Nueva York".
En marzo de 1930, Lorca se fue de Nueva York. El poeta era un hombre cambiado. Hab¨ªa contemplado el racismo como testigo de primera fila. Lorca ve¨ªa las semejanzas entre la situaci¨®n de los negros en EE UU y las mujeres y los homosexuales en Espa?a. Sin la experiencia norteamericana, afirma Young, Lorca no hubiera escrito sus Sonetos del amor oscuro (poemas en los que habla de su homosexualidad).
Cuando Lorca recordaba su paso por la Gran Manzana, lo consideraba como "una de las experiencias clave de su vida", indica Young. "Lorca vino a olvidarse de un asunto de amor y en busca de una nueva forma de hacer poes¨ªa que encontr¨® en Nueva York", se?ala Young.
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