Sangre
Hoy, martes, tal vez mientras usted est¨¦ leyendo esto (la carnicer¨ªa empieza a las once de la ma?ana), se perpetra, un a?o m¨¢s, una de las mayores bestialidades de este pa¨ªs: el Toro de la Vega de Tordesillas. Es una de esas salvajadas repetitivas a las que los energ¨²menos llaman pomposamente "tradiciones", otorgando a la palabra un car¨¢cter sacrosanto. Pero el circo romano tambi¨¦n fue una tradici¨®n centenaria en nuestro pa¨ªs, y desde luego ha sido de lo m¨¢s tradicional, durante siglos, el poner a los herejes en la picota. S¨®lo que, por fortuna, la sociedad ha superado esa barbarie.Sin embargo, y para nuestra verg¨¹enza, todav¨ªa existe el Toro de la Vega, una fiesta consistente en que m¨¢s de cien lanceros acosan al animal por el campo d¨¢ndole lanzazos, hasta que el pobre bicho, chorreando sangre, acribillado, con la carne hecha piltrafas por las pu?aladas presurosas, se derrumba sin fuerzas, momento en que se supone que le dan la puntilla y le cortan los test¨ªculos. Esto ¨²ltimo a menudo cuando a¨²n est¨¢ con vida, como han asegurado testigos presenciales. Es una tortura lenta, vociferante y tumultuosa, una s¨¢dica diversi¨®n de matarifes. Y a este horror sin nombre llevan a los ni?os para que aprendan.
Esta indecencia lleva celebr¨¢ndose unos tres siglos, aunque fue prohibida varios a?os; pero lo m¨¢s inconcebible es que era ilegal hasta que la Junta de Castilla y Le¨®n la legitim¨® en 1999. Lo cual ya me parece el colmo del reaccionarismo y la burricie pol¨ªtica. La Asociaci¨®n Nacional para el Bienestar Animal ha pedido al menos la "humanizaci¨®n de la fiesta", y ha entregado como prueba un documento de 1966 en el que el Ayuntamiento de Tordesillas solicitaba que se permitiera el Toro de la Vega, prometiendo que lo humanizar¨ªan y que no herir¨ªan ni golpear¨ªan al toro de ning¨²n modo. Luego ellos mismos han admitido que la tradici¨®n no exige el alanceamiento del animal. Por otra parte, no hay tradici¨®n que valga frente a una crueldad tan monstruosa que contraviene toda la legislaci¨®n vigente (incluido el reglamento taurino), adem¨¢s de la compasi¨®n y la cordura. Pobre Toro de la Vega, que tal vez est¨¦ siendo torturado en este mismo momento por esas bestias. El d¨ªa de hoy huele a dolor y sangre, a la Espa?a tenebrosa e inmovilista.
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