Terreno para extranjeros
Drama rural
La temporada 2000/2001 ha comenzado definitivamente, y empieza a notarse en la agenda de conciertos. ?sta, recientemente trufada de artistas aut¨®ctonos, ya ha sido invadida por formaciones extranjeras de distinto cariz que siempre hacen m¨¢s interesante la programaci¨®n, al ofrecer espect¨¢culos dif¨ªciles de ver por estos lares. O sea, que es m¨¢s factible volver a tener la oportunidad de contemplar la puesta en escena de cualquier grupo peninsular que de uno proveniente de Australia, por ejemplo.De las tierras ant¨ªpodas llegan, sin ir m¨¢s lejos, los m¨²sicos que forman Cosmic Psychos, cuarteto de renombre en la escena underground que act¨²a ma?ana en la sala Jam de Bergara. Una cita imprescindible para aquellos que quieran comprobar la fuerza actual de estos vestigios candentes de la pasada supremac¨ªa de Australia en el terreno del rock m¨¢s corajudo. Dicha condici¨®n la ostenta ahora la escena escandinava, aunque el cuarteto de Melbourne, en activo desde 1982, demostrar¨¢ junto al guitarrista Mike Mariconda (ex Raunch Hands), que a¨²n es capaz de hacer temblar los cimientos de una sala con sus guitarrazos. Lo har¨¢ precedido de Mobile Homos.
Algo m¨¢s pr¨®xima, en Nueva York, tiene fijada su residencia la banda que encabeza la velada prevista para esta noche en la propia Jam. Su nombre es Shelter y trae bajo el brazo las canciones de su quinto elep¨¦, When 20 summers pass (Century Media- Mastertrax), y una filosof¨ªa de la vida empapada en comida vegetariana, yoga y medicina natural. Esto invade su hardcore mel¨®dico, un estilo con casi nula representaci¨®n en Euskadi aunque, curiosamente, goza de buena aceptaci¨®n entre la ciudadan¨ªa m¨¢s joven, que siempre acude a los numerosos conciertos del g¨¦nero que se programan. As¨ª, aunque no se decidan a ejecutarlo, s¨ª disfrutan con discos y veladas en las que prima el volumen, las bases r¨ªtmicas aceleradas, las guitarras aceradas de herencia punki y las voces en¨¦rgicas pero cargadas de armon¨ªa. Unas coordenadas en las que m¨¢s o menos encajan las formaciones que hoy acompa?an a Shelter: Ensign y Nil.
Los que tampoco viven precisamente cerca son los tres componentes de Tit¨¢n, vecinos de M¨¦xico D.F. y responsables del contenido de Elevator (Chewaka). ?ste es el t¨ªtulo de su estreno, que ha llegado al mercado cargado de reminiscencias televisivas, ar¨¢bigas, sci-fi (sonidos propios de bandas sonoras de ciencia ficci¨®n), break beat y funk; todas se cuelan en un c¨®ctel sonoro eminentemente instrumental, en el que el desarrollo de los diferentes ritmos cobra una importancia esencial. Un tratamiento que invita a englobar en la categor¨ªa de hip hop a un tr¨ªo que no rapea, aunque exhibe un combinado de sonidos en el que la tecnolog¨ªa permite escuchar samplers, o fragmentos, de temas de los Temptations, Edith Piaf, Satan's Pilgrims, Carole King y de la serie Starsky & Hutch. Dicha amalgama pondr¨¢ a bailar a cuantos se acerquen ma?ana al Azkena Kafe Antzokia a disfrutar de una actuaci¨®n amenizada en sus ratos muertos por pinchadiscos del colectivo vizca¨ªno Getto Flava.
Se supone que el p¨²blico que se acerque a ver al grupo del primer bater¨ªa de Molotov ser¨¢ mayoritariamente joven, lo cual contrasta con la veteran¨ªa de la actriz madrile?a que protagoniza La malquerida este fin de semana en el Teatro Barakaldo.
Dicha responsabilidad recae en Nati Mistral quien, tras 56 a?os sobre los escenarios, tiene tablas suficientes para sacar adelante la obra original de Jacinto Benavente, dirigida en esta ocasi¨®n por Joaqu¨ªn Vida (quien ya ha trabajado con Mistral en Simplemente Lorca y La celestina). Ella encarna a "la Raimunda" en un drama rural que se desarrolla en La Alcarria y fue estrenado en 1913, un obsesivo laberinto en cuyos pasillos cohabitan odio y pasi¨®n filial, intriga y costumbres pueblerinas. Un agrio retrato de la Espa?a rural en el que Vida destaca "la rigurosa construcci¨®n psicol¨®gica de todos los personajes".Tambi¨¦n tiene bastante de pueblo la ambientaci¨®n que Tanttaka Teatroa da a El florido pensil. La compa?¨ªa vasca muestra estos d¨ªas en San Sebasti¨¢n su adaptaci¨®n de la obra de Andr¨¦s Sope?a, una mirada atr¨¢s humor¨ªstica e ir¨®nica; un vistazo exento de nostalgia al sistema educativo de la posguerra espa?ola, y a la educaci¨®n que se impon¨ªa en otras esferas de la sociedad, en el que se recuerdan desde las reuniones familiares alrededor del aparato de radio a las fuertes convicciones religiosas, pasando por los No-Dos. Para ello, cinco adultos vestidos con uniformes t¨ªpicos de la escuela nacional cat¨®lica rememoran durante 100 minutos su infancia.
Por su parte, el teatro Arriaga de Bilbao mantendr¨¢ en cartel hasta el pr¨®ximo 1 de octubre Rent, un musical de los noventa que arrastra la fama de haber revolucionado el mism¨ªsmo Broadway. Para ello, el difunto Jonathan Larson concibi¨® un espect¨¢culo en el que queda constancia de las dificultades a las que deben enfrentarse quienes est¨¢n infectados con el virus del sida. Inspirado en principio en La boh¨¨me, de Puccini, el norteamericano ide¨® una ¨®pera rock que tiene algo de autobiogr¨¢fica por sus conexiones con episodios reales de la vida de Larson, y en la que conviven cineastas, m¨²sicos, bailarines, heterosexualidad, homosexualidad, sadomasoquismo, drogadicci¨®n y dificultades para llegar a fin de mes. Seg¨²n su autor, "Rent trata acerca de una comunidad que celebra la vida enfrent¨¢ndose a la muerte y al sida".
En total son 22 las funciones que a¨²n restan de Rent, pero quienes quieran disfrutar en Bilbao con las ocurrencias de Alexis Vald¨¦s no tienen tanta suerte, ya que disponen ¨²nicamente de tres oportunidades. ?sas son exactamente las veces que el humorista cubano subir¨¢ al escenario de Bilborock dispuesto a interpretar Me sale de mi cabecita, un mon¨®logo que, por el bien de los espectadores, se presupone m¨¢s inteligente que los f¨¢ciles y groseros comentarios con los que, al frente de La vuelta al mando, pretend¨ªa desbancar del trono de la audiencia televisiva nocturna a Cr¨®nicas Marcianas. Sin dicha presi¨®n, actualmente protagoniza un show en el que la palabra y su tergiversaci¨®n son las estrellas. El montaje cierra un ciclo de Teatro de Humor por el que antes han pasado Leo Bassi y Acad¨¦mica Palanca.
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