Protesta controlada

La protesta de agricultores y transportistas se est¨¢ extendiendo por todo el pa¨ªs en acciones intensas que buscan un impacto en la opini¨®n p¨²blica, aunque por ahora controladas. Los tractores han llegado a Madrid, seis centros de distribuci¨®n han sido bloqueados y, seg¨²n los sindicatos, decenas de miles de agricultores han salido a las calles y a las carreteras para exigir que el Gobierno reduzca la carga fiscal del gas¨®leo. A pesar de la magnitud de la protesta, es evidente que en Espa?a no ha alcanzado la virulencia de las que se han registrado en Francia o el Reino Unido, los dos pa¨ªses de referencia pr¨®ximos, en los que llegaron a darse casos de racionamiento de combustibles y acaparamiento de productos alimenticios.Sorprende la par¨¢lisis informativa del Gobierno, cuyas posiciones exactas no acaban de conocerse, salvo su decisi¨®n inicial de no reducir el impuesto especial de los carburantes, que es correcta y debe ser defendida. Luego ha presentado propuestas de aumentar la compensaci¨®n tributaria que perciben los agricultores por los impuestos indirectos que no pueden repercutir en los precios finales. Si finalmente se llega a una soluci¨®n de este tipo, el Gobierno deber¨ªa explicar no solamente el resultado de la negociaci¨®n, sino sus consecuencias y, por supuesto, su coste. Porque las modificaciones fiscales tambi¨¦n tienen efectos negativos -p¨¦rdida de ingresos, por ejemplo- que los ciudadanos tienen derecho a conocer.

La flexibilidad en la negociaci¨®n debe contemplar a partir de ayer el expediente abierto por la Comisi¨®n Europea a Francia, Italia y Holanda para obligarles a informar del contenido de los acuerdos que han firmado con el sector del transporte y verificar si las rebajas fiscales que contemplan son compatibles con las normas comunitarias. Seg¨²n su vicepresidenta, Loyola de Palacio, la rebaja de impuestos de los carburantes es una soluci¨®n a excluir para hacer frente a la crisis, porque supondr¨ªa dar la raz¨®n a la OPEP y ser¨ªa contraria a las grandes l¨ªneas de la pol¨ªtica energ¨¦tica y de transporte de la Uni¨®n Europea. Ya era hora de que la Comisi¨®n apelase a una pol¨ªtica energ¨¦tica unitaria, excluida hasta ahora.

Ni el Gobierno espa?ol ni la Comisi¨®n Europea han sabido explicar con claridad su visi¨®n del problema ni las soluciones razonadas que proponen. Inquieta un poco imaginar lo que podr¨ªa haber ocurrido frente a una protesta m¨¢s radical, como las habidas en Francia o el Reino Unido.