?Qu¨¦ sala cumple la ley?
El 16 de febrero de 1993 este peri¨®dico public¨® una investigaci¨®n realizada en todos los teatros de Madrid, incluidos los p¨²blicos. Fue a ra¨ªz del conflicto que hubo en el teatro Alfil, cuando el concejal de Centro, ?ngel Matanzo, intent¨® su cierre. El edil aleg¨®, d¨ªas despu¨¦s de que en este espacio se estrenara una obra en la que Matanzo se sent¨ªa ridiculizado, que la sala no se adecuaba a la normativa municipal vigente.En la investigaci¨®n realizada por este diario se concluy¨®, y nadie dijo lo contrario, que todos los teatros de la ciudad estaban fuera de la ley.
Las cosas no han cambiado mucho desde entonces. M¨¢s bien nada, teniendo en cuenta que muchas normativas son contradictorias y los informes y dict¨¢menes dependen de los t¨¦cnicos.
Los reglamentos, licencias y ordenanzas por las que se rigen los teatros de Madrid son innumerables, y en alg¨²n caso de imposible cumplimiento. Cualquier decisi¨®n de cierre de un teatro tiene detr¨¢s una ley que ampara tal acci¨®n.
La situaci¨®n del teatro Calder¨®n no es distinta como reconocen los afectados. El problema en esta ocasi¨®n es que el Ayuntamiento se ha saltado a la torera sus leyes, seg¨²n los propietarios del teatro. Los m¨¢s perjudicados son los profesionales.
El intervencionismo del Ayuntamiento en este caso no s¨®lo ha sido desmesurado, sino fundamentalmente an¨®malo, seg¨²n los profesionales del sector. Adem¨¢s, se?alan, se da el agravante de que los propietarios del Calder¨®n se han preocupado, desde hace meses, por estar al d¨ªa. Pero carecen de medios para luchar contra la dispersi¨®n legal y la descoordinaci¨®n entre distintos departamentos del municipio madrile?o, seg¨²n se lamentan.
Protecci¨®n Civil y la Gerencia de Urbanismo trataron de reconducir ayer el asunto. Pero el camino recorrido hace inviable la marcha atr¨¢s.
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