Aceituneros
No s¨¦ c¨®mo andaremos de estudios demosc¨®picos acerca de la inmigraci¨®n y la fuerza de trabajo agr¨ªcola en Andaluc¨ªa. Sabemos que en Almer¨ªa una buena parte de la mano de obra es irregular e inmigrante. En otras actividades estacionales tambi¨¦n la temporalidad y la ilegalidad van unidas al potente rendimiento de ese sector. Los sindicatos, aunque con la boca chica, reivindican claridad y regularidad en un mercado laboral como el agr¨ªcola sometido a fuertes presiones para esquivar derechos.?ltimamente es la recogida de la aceituna, actividad que por su rudeza y severidad ha representado a la Andaluc¨ªa t¨®pica, la que ha pasado a ser fuente de trabajo para la mano de obra magreb¨ª. Por lo que se ve ya no se emigra desde los pueblos del valle del Guadalquivir hacia Ja¨¦n para esa recogida. Los j¨®venes andaluces de las serran¨ªas y campi?as del santo Reino ya no trabajan en la recogida de ese fruto porque seguramente o se han ido a las ciudades o estudian en la Universidad o trabajan en los servicios, si es que no son ellos hoy los propietarios de esos olivos que subvenciona Europa. Por esos pueblos jiennenses con nombres moriscos o castellanos -Iznatoraf, Villanueva del Arzobispo, Sorihuela, Castellar- vemos a otros chicos pasear al atardecer de un d¨ªa festivo. Venidos en pateras desde la otra costa, miran t¨ªmidamente a los pueblerinos y se re¨²nen en grupo haciendo tiempo hasta que llegue el d¨ªa siguiente de trabajo cuando ir¨¢n donde los olivos a recoger el fruto que otras manos ya no cosechan.
Han cambiado los tiempos. Los nietos de aquellos andaluces de Ja¨¦n, aceituneros altivos que cantaba el poeta, son hoy los empleadores, esperemos que no explotadores, de una nueva casta de moriscos que hacen el duro trabajo que antes ejercitaron jornaleros andaluces. Es una mano de obra m¨¢s barata, m¨¢s f¨¢cil de contratar, con pocos derechos y ningu-na seguridad social. Zarr¨ªas, el hombre de la Junta en Ja¨¦n, se extra?a por la falta de previsi¨®n al no preparar alojamientos para estos nuevos temporeros. Mejor har¨¢ si impulsa desde su consejer¨ªa una eficaz pol¨ªtica de acogida e integraci¨®n del emigrante que evite el estallido futuro de otro Ejido.
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