El Madrid no perdona al Alav¨¦s
La expulsi¨®n de Ibon Bego?a, al ganarse la segunda amonestaci¨®n con una mano absurda, desboc¨® el partido
El partido se jug¨® al rev¨¦s, pero acab¨® con un resultado convencional: 1-3, el mismo que hace un a?o, en Mendizorroza, a favor del equipo con la mejor cuenta de resultados de la Liga en los ¨²ltimos dos meses. El Real Madrid, famoso por su pegada -y m¨¢s a¨²n con Morientes, Ra¨²l y Figo juntos-, sufri¨® ayer el mal de los peque?os. Necesit¨® un sinn¨²mero de aproximaciones para marcar. Ocurri¨® algo extra?o: cuando mejor jug¨®, en la primera parte, s¨®lo se llev¨® un empate, 1-1, al vestuario y cuando peor se sent¨ªa en el campo marc¨® dos goles definitivos.
Tambi¨¦n el Alav¨¦s extra?¨® su habitual l¨®gica. Man¨¦ hab¨ªa anunciado un ataque sin tregua, y as¨ª ocurri¨® mientras el partido transcurri¨® por los cauces normales. Pero a veces su equipo confundi¨® lo masivo con lo alocado. No fue el Alav¨¦s absolutamente organizado de casi siempre. Tal vez porque el marcador no le dio un minuto de tranquilidad o porque las bandas, sin el rumano Contra, no son iguales, pero el caso fue que el cuadro vitoriano realiz¨® m¨¢s concesiones de las l¨®gicas al Madrid y se comport¨® con impaciencia.
El regalo m¨¢s evidente lo entreg¨® con el segundo tiempo reci¨¦n estrenado. Ocurri¨® en la parcela m¨¢s escrutada, la que ocupaban Figo y su marcador, Ibon Bego?a. Era el duelo m¨¢s desigual: el crack m¨¢s caro del f¨²tbol mundial frente al defensa menos solvente del grupo de Man¨¦. El alavesista, titular accidental, hab¨ªa resuelto hasta entonces su papeleta con discreci¨®n. ?l hab¨ªa facilitado la entrada de Geremi hasta el fondo en el primer gol madridista y tambi¨¦n ¨¦l suministr¨® a T¨¦llez el bal¨®n del empate. Pero, cuando el partido presentaba m¨¢s equilibrio y mejor f¨²tbol, se le ocurri¨® atajar el bal¨®n con la mano donde cientos de ojos miraban. Entre ellos, los del ¨¢rbitro y los del juez de l¨ªnea. Figo, al que el protagonismo le esquiv¨® durante buena parte del partido, asisti¨® como mero espectador a la jugada, que termin¨® en tarjeta roja al defensa al totalizar su segunda amonestaci¨®n.
En los ¨²ltimos 40 minutos, con diez jugadores por parte del Alav¨¦s, nadie puso el control suficiente para ver un partido congruente. El Madrid, m¨¢s que ganar, dej¨® que los dem¨¢s hicieran el trabajo en su lugar. Es lo bueno de las rachas; a veces se le conjuran a uno de modo que gana sin casi buscarlo. Bego?a, por su rid¨ªculo error, y Karmona, por la fatalidad que termin¨® en el 1-2 s¨®lo dos minutos despu¨¦s de la expulsi¨®n, le ahorraron trabajo al equipo de Vicente del Bosque en un d¨ªa en el que, pese a los tres goles, ense?¨® su cara menos efectiva. Hasta el equipo m¨¢s goleador del campeonato tiene deslices.
La jugada del minuto 63 resumi¨® toda la segunda parte: el Madrid mand¨® tres veces seguidas el bal¨®n hacia la porter¨ªa de Herrera y unas veces los jugadores alavesistas y otra el propio Ra¨²l despejaron la pelota.
Guti, muy al final, salv¨® el buen nombre del equipo con el tercer gol en una jugada iniciada por Munitis. Guti jug¨® la ¨²ltima media hora, resignado como est¨¢ a la suplencia, pero recuper¨® la punter¨ªa que le aup¨® en el primer tramo de la Liga a la categor¨ªa de l¨ªder del equipo. Fue una de las mejores noticias para Del Bosque.
Y tambi¨¦n la consolidaci¨®n de Iv¨¢n Helguera en el centro del campo. Sin duda, fue quien m¨¢s arregl¨® los posibles desperfectos para el Madrid. Su partido fue notable. ?l puso el poco orden a un choque incontrolado y fren¨® en el centro al Alav¨¦s, donde el equipo de Man¨¦ tiene un pu?ado de buenos manejadores: Tomic, Jordi, Pablo...
El Madrid, con sus siete victorias consecutivas en la Liga, puede recurrir a la estad¨ªstica para verse como el equipo m¨¢s rotundo del momento, pero le siguen saliendo los colores cada vez que el rival le acosa a bal¨®n parado. El Alav¨¦s, un equipo no especialmente habilidoso en la estrategia, marc¨® su ¨²nico tanto en un saque de esquina. Y m¨¢s que pudo sacar. Pero su l¨ªder goleador, Javi Moreno, no tuvo oportunidades. Le falt¨® compa?¨ªa. S¨®lo tuvo una ocasi¨®n clara y la desperdici¨® ante Karanka. El vitoriano y Hierro, bien atentos a la movilidad del pichichi, fallaron en cambio en los tiempos muertos. Aun as¨ª, no hay quien frene por ahora al Madrid.
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