Profesores y asociaciones de vecinos denuncian que 800 alumnos del sur est¨¢n escolarizados 'en situaci¨®n deficiente'

El panorama de la educaci¨®n en la zona sur de la capital no resulta muy alentador, al menos para el Movimiento por la Calidad de la Educaci¨®n en el Sur y el Este de Madrid. Este colectivo, formado por profesores y asociaciones de vecinos, denunci¨® ayer que 800 alumnos de esta zona est¨¢n escolarizados 'en situaci¨®n deficiente' o no se encuentran todav¨ªa en sus centros de destino. Los representantes del movimiento se reunir¨¢n hoy con el viceconsejero de Educaci¨®n, Juan Carlos Doadrio.

Cinco miembros del movimiento aseguraron que hay 'bastantes obras' por ejecutar en los centros de educaci¨®n primaria y en los institutos de educaci¨®n secundaria de distritos como Usera, Villaverde o Carabanchel. Y eso a pesar de que ten¨ªan fecha de finalizaci¨®n para antes del 31 de julio, seg¨²n afirmaron profesores afectados.

Los representantes de este colectivo explican que hace dos a?os se firm¨® un acuerdo por la calidad de ense?anza entre la entonces ministra de Educaci¨®n, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano. Todo aquello qued¨®, seg¨²n los afectados, 'en agua de borrajas'.

Ahora piden medidas urgentes a la Comunidad de Madrid, que es la competente en materia educativa. 'Las obras se acometen a la ligera y todo se hace al rev¨¦s. El dinero tambi¨¦n nos llega con cuentagotas, cuando realmente llega', explic¨® Manuel Jes¨²s, un profesor del instituto Tierno Galv¨¢n.

Uno de los principales problemas que ha encontrado el movimiento son las llamadas aulas de compensaci¨®n educativa. Deber¨ªan funcionar en diez centros y contar con material suficiente para llevar a cabo su labor de reintegrar en el sistema educativo a los alumnos de 15 y 16 a?os m¨¢s problem¨¢ticos. Actualmente a¨²n no han abierto dos de estas aulas y el resto se encuentra, seg¨²n el movimiento, sin material suficiente para desempe?ar su trabajo. 'Prometieron dotarlas con dos millones de pesetas por aula y comprar la maquinaria necesaria, lo que supon¨ªa unos dos millones y medio por centro. Hasta la fecha no se ha recibido ni un duro. Tampoco han llegado los ordenadores que estaban previstos', explic¨® Paco Sevilla, miembro del colectivo.