Por cortes¨ªa
Estaba pensando, y tambi¨¦n comenzaba a escribir, que la pol¨ªtica espa?ola se divide por momentos entre m¨¢rtires y desertores, entre los que se enfrentan a problemas sin salida y los que renuncian a las causas que defend¨ªan hasta hace poco. En ambos casos, siguiendo la interpretaci¨®n de los cl¨¢sicos, se practica el escapismo como actitud pol¨ªtica. Y justo en ese momento, para suerte de todos, percib¨ª la descortes¨ªa que estaba cometiendo. Resulta evidente que decir esas cosas, un s¨¢bado por la ma?ana, en un extremo de la p¨¢gina, con la absurda pretensi¨®n de justificarlo mientras se precipita uno columna abajo, es pr¨¢cticamente una groser¨ªa.
Por supuesto que existe una cortes¨ªa period¨ªstica, como existe una cortes¨ªa para casi todo lo que hacemos. El ¨²nico problema es que cambia de sitio a la velocidad de un correcaminos. De peque?os nos hablaban de urbanidad, de c¨®mo comportarnos en sociedad, como por ejemplo ceder el paso a los mayores o no hablar con la boca llena, antiguas normas de un inter¨¦s casi exclusivo para antrop¨®logos e historiadores.
M¨¢s adelante, con la incultura del coche, apareci¨® la educaci¨®n vial que estaba m¨¢s preocupada por la seguridad f¨ªsica que por los buenos modales. Pero tambi¨¦n, por unas razones o por otras, recomendaba no beber mientras se conduc¨ªa, no tirar cosas por las ventanillas o reprimir los gestos que alud¨ªan a la orientaci¨®n sexual de los dem¨¢s conductores. Todav¨ªa quedan restos de esta cortes¨ªa automovil¨ªstica, pero creo que ya s¨®lo se estudia en las altas instituciones universitarias.
Ahora tenemos que practicar la cortes¨ªa en la red, estudiar educaci¨®n digital, unas reglas de etiqueta para circular por Internet. Se dice, por ejemplo, en uno de estos libros sobre el comportamiento del buen internauta, que debe ofrecerse toda la informaci¨®n en ingl¨¦s, salvo en el caso raro de que utilicemos alg¨²n lenguaje 'local'. A?ade que para evitar malentendidos, a causa de diferencias culturales, religiosas u otras, hay que ser muy cuidadoso con lo que se dice, evitar el humor y los chistes que pueden ser equ¨ªvocos y molestos para los dem¨¢s.
M¨¢s todav¨ªa. Un buen internauta debe tener en cuenta que, por extra?o que le parezca, el ingl¨¦s puede no ser el primer idioma del destinatario y, en consecuencia, la expresi¨®n debe ser simple y elemental para facilitar la comprensi¨®n a las personas que tienen un conocimiento limitado.
Por ¨²ltimo, seg¨²n leo y aprendo con ansia, casi dir¨ªa que con angustia, se recomienda enviar pocos gr¨¢ficos y con poco colorido para agilizar la transmisi¨®n, y facilitar as¨ª la informaci¨®n a los individuos que tienen modems muy lentos y con poco ancho de banda.
Lo intent¨¦, ustedes son testigos de que lo intent¨¦, por cortes¨ªa, urbanidad, educaci¨®n o como prefieran llamarlo. Pero aunque sea s¨¢bado, por muy s¨¢bado que sea, lo cort¨¦s no quita lo valiente, y sigo pensando que la pol¨ªtica de este pa¨ªs se est¨¢ dividiendo peligrosamente entre los que se enfrentan a lo imposible y, adem¨¢s, saben que es imposible, y aquellos otros que ya no creen lo que hasta hace poco defend¨ªan, pero no encuentran nada nuevo que defender. De momento, s¨®lo nos quedan las buenas maneras.
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