J¨¦r?me Lindon,un editor independiente
Muri¨® de manera tan discreta como vivi¨®, v¨ªctima de un c¨¢ncer que acab¨® con ¨¦l a los 75 a?os de edad. La desaparici¨®n de J¨¦r?me Lindon, el m¨¢s individualista de los editores franceses, se ha conocido varios d¨ªas despu¨¦s de su muerte e incluso de su entierro en el cementerio parisiense de Montparnasse. Con ¨¦l se va un hombre que forj¨® su vida en un conjunto de batallas sucesivas: la resistencia frente a los nazis, la protesta frente a la guerra de Argelia o la defensa de un modelo de cultura opuesto a las fuertes tentaciones mercantilistas de los ¨²ltimos decenios.
Desde 1948 fue el alma de ?ditions de Minuit, una peque?a editorial que mantuvo a lo largo de toda su vida, en medio de las borrascas que afectaron sucesivamente al paisaje intelectual de Francia. Fue el inspirador de la ley sobre el precio ¨²nico del libro, votada a principios de los a?os ochenta, que logr¨® el m¨¢ximo consenso entre autores, editores, libreros y lectores. Pero hasta llegar a ese nivel de reconocimiento general libr¨® otras muchas batallas, a menudo en solitario. Lanz¨® a dos premios Nobel de Literatura (Samuel Beckett y Claude Simon) y fue el editor de la nueva novela de la segunda mitad del siglo XX, un conjunto de escritores (Michel Butor, Claude Ollier y Alain Robbe-Grillet) que rechazaban el relato lineal de una intriga y ensayaban otros caminos para la novela. En los ¨²ltimos a?os ha dado a conocer a una nueva generaci¨®n de autores (Echenoz, Oster, Toussaint y otros) que no se reconocen miembros de escuela alguna
La editorial de Lindon public¨® en 1958 La question, el testimonio de un periodista argelino sobre las torturas de las que ¨¦l mismo hab¨ªa sido v¨ªctima a manos del Ej¨¦rcito franc¨¦s. Desde entonces mantuvo un compromiso editorial constante contra la guerra de Argelia, que le vali¨® varios procesos en su pa¨ªs. Todo ello en medio de las dificultades financieras con que hubo de desenvolverse, que no le arredraron para publicar a escritores poco o nada conocidos y para conducir, hasta el final, una vida de las que ya quedan pocas.
El mundo pol¨ªtico y literario de Francia le ha rendido homenaje al conocer su desaparici¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.