La feria de Madrid ampl¨ªa sus instalaciones y ya factura el doble que la Fira de Barcelona

Un estudio de la consultora KPMG encargado por la asociaci¨®n europea de ferias de muestras (Emeca) revela que el impacto indirecto de la Fira de Barcelona en la econom¨ªa de la ciudad es de 180.000 millones de pesetas, el 0,18% del PIB espa?ol y el 0,95% del catal¨¢n. El mismo estudio destaca que la actividad ferial sostiene 30.000 puestos de trabajo. Para nadie es un secreto que estos datos mantienen su alto valor de promedio gracias principalmente a salones como Construmat, Alimentaria, Expoqu¨ªmica e incluso el del Autom¨®vil, a pesar del rev¨¦s sufrido por este ¨²ltimo en su reciente edici¨®n.

En el conjunto de la Uni¨®n Europea, los analistas colocan la de Barcelona por delante de otras ferias, como las de D¨¹sseldorf y Bolonia, y por detr¨¢s de otras con instalaciones similares, como las de Utrecht (180.000 metros) y Basilea (140.000). Seg¨²n las clasificaciones de Emeca y de la propia UFI (Uni¨®n de Ferias Internacionales), Barcelona ha elegido un modelo que nunca podr¨¢ competir con los de las ferias situadas en el extrarradio de las ciudades, entre las cuales se encuentran Ifema y la feria de M¨²nich, situada en la antigua zona ol¨ªmpica de la ciudad b¨¢vara. En este rango se incluye tambi¨¦n la de Birmingham (250.000 metros), la mayor de Europa, levantada sobre los solares de las f¨¢bricas de autom¨®viles que fueron clausuradas durante los a?os ochenta y lejos del centro hist¨®rico de la ciudad, destruido durante la II Guerra Mundial.

La eficacia del modelo de la Fira depender¨¢ de la conexi¨®n entre Montju?c y Pedrosa

Uno de los mejores activos de la Fira de Barcelona es precisamente el impacto econ¨®mico sobre el entorno, que justifica el modelo urbano por el que ha apostado la instituci¨®n. A partir de ahora, la eficacia de este modelo depender¨¢ en gran medida de la conexi¨®n entre Montju?c y Pedrosa, y tambi¨¦n de la habilidad que demuestren sus gestores a la hora de conectarla con otros espacios emergentes, como el F¨°rum 2004, que proyecta un gran centro de convenciones.

A la implicaci¨®n de la Fira de Barcelona en su medio natural, Madrid contrapone la monumentalidad de una oferta institucional sin l¨ªmites, a la que el mercado est¨¢ respondiendo favorablemente. El parque ferial Juan Carlos I de Ifema se halla ubicado en la zona norte de la capital (el Campo de las Naciones), considerada actualmente uno de los fundamentos del nuevo Madrid de los negocios. Los recintos de Ifema, el Palacio Municipal de Congresos, sus dos hoteles y el gran parque que circunda la instalaci¨®n tienen estaci¨®n de metro en la misma puerta y est¨¢n sobre los ejes de circunvalaci¨®n M-30 y M-40. La posici¨®n de Ifema es tambi¨¦n privilegiada respecto al gran nudo ferroviario de Chamart¨ªn y a la principal arteria urbana de la ciudad, el paseo de la Castellana. Algunos de sus salones, como Fitur, Expofranquicia, Exporta, Arco y Expon¨¢utica, hablan por s¨ª solos en cuanto a expositores y visitantes.

En conjunto, Ifema cuenta con 28 salones internacionales, frente a los 17 que tiene Barcelona. La denominaci¨®n de sal¨®n internacional depende de una calificaci¨®n que otorga la Secretar¨ªa de Estado de Comercio, y cuesta poco imaginar que Madrid se ha beneficiado mucho de las llamadas sinergias de capitalidad. Tambi¨¦n es cierto que, por su parte, Barcelona no ha sabido responder con firmeza.

Un buen ejemplo de este toma y daca que existe entre ambas ferias se encuentra en los controvertidos salones automovil¨ªsticos. Madrid prepara la tercera edici¨®n del Sal¨®n del Autom¨®vil apoy¨¢ndose en la muleta que le presta el desgaste sufrido por el Sal¨®n Internacional del Autom¨®vil de Barcelona, celebrado recientemente sin la presencia de las principales firmas importadoras de coches, como Volvo y BMW. Los desacuerdos y recelos existentes entre los importadores, agrupados en Aniacam, y los fabricantes de autom¨®viles, representados en Anfac, han acabado perjudicando la imagen de la Fira de Barcelona.

?Qui¨¦n alimenta el boicot de los importadores? ?Qui¨¦n mueve los hilos en la sombra? Este tipo de interrogantes, muy socorridos ahora en algunos medios empresariales, apuntan obviamente a Madrid, el enemigo exterior, que, una vez m¨¢s, consolida la desgracia compadeciendo a los de casa.

Es bien sabido que, para frenar los beneficios de capitalidad que disfruta Madrid, Barcelona cuenta con la influencia de los grupos de presi¨®n cercanos al poder. Sin embargo, estos lobbies -los formados en torno a los ministros catalanes del Gobierno de turno pueden servir de ejemplo- mantienen respecto a la Fira de Barcelona un ominoso olvido.

La Generalitat tampoco ha destacado como b¨¢lsamo ferial. Para el Ejecutivo de Jordi Pujol, la Fira de Barcelona ha sido m¨¢s bien un front¨®n institucional, ¨²til a la hora de practicar el desatino y la falsa meritocracia. El Departamento de Industria ha vulnerado la tutela institucional sobre el consorcio permitiendo que delante del pol¨ªgono Pedrosa se instale un gran centro comercial cuya fachada taponar¨¢ la entrada del consorcio ferial, frente a la Gran Via. La Fira quiere levantar en este punto un edificio emblem¨¢tico capaz de simbolizar a la instituci¨®n en la puerta sur de la ciudad y a ocho kil¨®metros del aeropuerto de El Prat.

Por su parte, aun reconociendo el error, los gestores de la entidad argumentan que la dif¨ªcil convivencia entre un logotipo de la marca Pryca y el emblema ferial de Barcelona se corregir¨¢ gracias 'a un urbanismo integrador'. De momento, las numerosas gr¨²as que impiden la vista de los nuevos pabellones son los ¨²nicos testigos del dislate que se avecina.

Para los m¨¢s optimistas, queda un margen de esperanza. Uno de ellos, el presidente de la entidad, Jaume Tom¨¢s, expuso el pasado viernes el plan estrat¨¦gico al consejero de Econom¨ªa, Francesc Homs, un pol¨ªtico que durante muchos a?os fue un puntal de los nacionalistas catalanes en Madrid y que no prest¨® especial atenci¨®n a la Fira. Homs, ahora m¨¢s reconciliado con el proyecto, ha encomendado la vigilancia del consorcio al director general de Promoci¨®n Econ¨®mica de su departamento, Pere Gal¨ª. Es un gesto que los empresarios aplauden, al considerar que el sesgo economicista de Gal¨ª est¨¢ m¨¢s contrastado que el del anterior comisario ferial de la Generalitat, el secretario de Industria, Jaume Angerri.