Logotipos
En una novela de F¨¦lix de Az¨²a, Historia de un hombre humillado, el narrador a?ora su infancia, cuando un helado era un helado y no un Camy. Es posible que aquella breve reflexi¨®n novelesca, que data de tiempos en que los pol¨ªticos a¨²n no repet¨ªan como papagayos los m¨¦ritos del mercado libre, sit¨²e al escritor barcelon¨¦s como precursor directo de otro libro que en los ¨²ltimos meses se ha convertido en una especie de biblia antiglobalizadora. Me refiero al ensayo No Logo -?abajo los logotipos!-, de la canadiense Naomi Klein, un alegato contra la tiran¨ªa que las marcas comerciales han llegado a ejercer sobre nosotros, as¨ª como una llamada de atenci¨®n para que nos fijemos en el fen¨®meno embrutecedor de la publicidad.
En una ¨¦poca de total desmemoria, que rompe artificialmente con el pasado para mejor controlar a las personas, Klein se dedica a reconstruir con exactitud la historia econ¨®mica que cualquier logotipo lleva consigo y deja claro que la estrategia de la venta global de una marca, no de un bien gen¨¦rico de consumo, se inici¨® con el final de la guerra fr¨ªa. La ca¨ªda del mal llamado bloque comunista, al dejar v¨ªa libre a un solo competidor, permiti¨® que las multinacionales bombardeasen a los adolescentes de todo el mundo -un bill¨®n de compradores potenciales- con una publicidad feroz. Ahora, los j¨®venes ya no calzan zapatillas, como se llamaban antes por aqu¨ª, sino su marca; los deportes de masas, f¨²tbol, ciclismo, motos, f¨®rmula 1... anuncian coches o lavadoras y los ayuntamientos, encargados del primer pelda?o de la democracia, ceden como est¨²pidos espacio publicitario a cambio de financiaci¨®n, sin darse cuenta de que caen en la trampa de hundir todav¨ªa m¨¢s a los ciudadanos en el consumo, pues una cosa es cierta: los logotipos son la vanguardia de la ideolog¨ªa neoliberal.
Es evidente que ante un complot tan bien orquestado har¨ªa falta decapitar el sistema de la publicidad, pero el obst¨¢culo es fenomenal, pues los partidos pol¨ªticos oficiales -sean de la tendencia que sean- ya no disponen de herramientas para enfrentarse al enemigo, de quien son puras correas de transmisi¨®n. Es este vac¨ªo de poder lo que ha dado lugar al crecimiento de organizaciones paraestatales de lucha contra el liberalismo salvaje -Attac, ONG o, por ejemplo, la militante Recuperemos las Calles-, que son, hoy por hoy, la ¨²nica esperanza de futuro, una vez destruido el espejismo de la democracia parlamentaria. Por eso las cifras de abstenci¨®n son cada vez mayores. ?Para qu¨¦ votar, se dice la gente, si salga quien salga elegido no cambia el fondo de las cosas?
?Y qu¨¦ tiene esto que ver con la Comunidad Valenciana? Muy sencillo: hace poco hemos sabido que un colegio privado de monjas de Alicante, Nuestra Se?ora del Remedio, alquila al mejor postor en su patio de recreo grandes paneles publicitarios, desde donde se incita a los escolares a comprar whisky o tabaco rubio mientras juegan a la rayuela. Me extra?a mucho que las monjitas pongan en pr¨¢ctica entre nosotros esta medida de financiaci¨®n escolar capitalista, tan extendida en Estados Unidos, pero los caminos del Se?or son harto imprevisibles y qui¨¦n sabe si el cielo se ganar¨¢ en el tercer milenio con dinero fresco en el bolsillo, aunque provenga de las arcas del diablo.
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