Cuesti¨®n de calidad

Por fin ha llegado el momento de la gloria para uno de los mejores compositores en lengua castellana aparecido en los ¨²ltimos a?os. Siempre result¨® extra?o que, teniendo todo a su favor, la suerte comercial y el reconocimiento masivo se le hubieran negado a este uruguayo de verbo seguro, voz especial¨ªsima y una personal forma de mezclar ra¨ªces musicales diversas en un crisol del que terminan saliendo casi siempre bell¨ªsimas canciones.

Rodeado por un extraordinario grupo de m¨²sicos, Jorge Drexler cre¨® en Madrid un tejido sonoro en el que tanto lucen las melod¨ªas como las letras, como la dulzura e inmediatez con las que son interpretadas. Aparte, Drexler ha tocado a lo largo de su carrera muchas veces en solitario y en corto y sabe c¨®mo sacarle un partido r¨ªtmico a su m¨¢s que correcto modo de tocar la guitarra. De este modo, lejos de crear un magma mel¨®dico solemne y repleto de mensajes que hay que pillar al vuelo -que es lo que suele ocurrir con muchos cantautores-, hace f¨¢cil, llevadero y hasta bailable un repertorio de aut¨¦ntico lujo.

Del rico mensaje de la pluralidad en De amor y casualidad al hedonismo sensual de Princesa bacana; de la memoria hist¨®rica y el tir¨®n de las ra¨ªces en Un pa¨ªs con el nombre de un r¨ªo al amor en estado puro en 730 d¨ªas; de la solidaridad y la identificaci¨®n con los que han sufrido en El pianista del gueto de Varsovia, basada en la novela hom¨®nima de Wladyslaw Szpilman, a la f¨®rmula del single perfecto con Horas. Y todo ese trayecto musical trenzando multitud de estilos musicales emparentados, aunque distintos: candombe, chacarera, bossa... Toda una delicia para una calurosa noche estival a la que se sumaron como invitados Luis Eduardo Aute, con el que Jorge cant¨® Anda, y Pau Don¨¦s, de Jarabe de Palo, junto al que interpret¨® La edad del cielo. Al lado de estas dos figuras, Jorge Drexler demostr¨® que a veces -menos de las que deber¨ªan ser- la calidad es un valor que cotiza en alza, y calidad, ¨¦l tiene much¨ªsima.